Calor y rendimiento f¨ªsico
Por si fuera poco con las etapas y los rivales, los ciclistas tienen otro enemigo al que plantar cara en el Tour: el calor. Temible enemigo.Los m¨²sculos en ejercicio producen energ¨ªa (derivada de las reacciones metab¨®licas) para poder contraerse. Y la mayor parte de esta energ¨ªa se pierde como calor. Adem¨¢s, el cuerpo humano debe eliminar todo este calor interno que le sobra. Y m¨¢s si se calienta tambi¨¦n por las altas temperaturas ambientales. De no ser as¨ª, morir¨ªamos, pues el hombre es un animal homeotermo, es decir, que debe mantener lo m¨¢s estable posible su temperatura corporal para vivir.
Una primera alternativa para perder calor consiste en conducirlo, a trav¨¦s de la sangre que sale caliente de los m¨²sculos en ejercicio, hacia la superficie de la piel. A su vez, las corrientes de aire que est¨¢n en contacto con la piel se llevan el calor acumulado en la misma (es lo que se conoce como convecci¨®n). Por eso el calor se nota m¨¢s a bajas velocidades (como en las subidas a los grandes puertos) que cuando los ciclistas van a toda velocidad (en las etapas llanas). Y tambi¨¦n por eso el viento de cara, aunque les frena, alivia el calor que sufren los ciclistas cuando suben por ejemplo el Joux Plane en un d¨ªa de calor y humedad. Adem¨¢s, cualquier objeto (¨¢rboles o plantas cerca de la carretera, por ejemplo) cuya temperatura sea inferior a la de la piel (unos 33 grados en condiciones normales) pueden atraer el calor de la misma hacia s¨ª (el calor viaja entonces por ondas electromagn¨¦ticas: la radiaci¨®n). Claro que a eso de las cuatro de la tarde el asfalto recalentado por horas de sol irradia calor (y mucho), al cuerpo de los ciclistas.
De todos modos, el mecanismo m¨¢s efectivo de que dispone el cuerpo para perder calor es la sudoraci¨®n. O mejor dicho, la evaporaci¨®n hacia la atm¨®sfera del sudor producido por las gl¨¢ndulas sudor¨ªparas de la piel. El problema es que cuanto m¨¢s profusa es la sudoraci¨®n, m¨¢s l¨ªquido pierde el ciclista (m¨¢s se deshidrata): hasta 5 litros por hora. Si bien algunos soportan mejor el calor que otros (quiz¨¢s por razones gen¨¦ticas), el calor intenso disminuye el rendimiento deportivo de todos los ciclistas. Sin excepci¨®n. Para empezar, con el calor y la deshidrataci¨®n se altera el rendimiento de la bomba card¨ªaca: la frecuencia card¨ªaca sube con temperatura altas. En una dura etapa con calor (m¨¢s si hay humedad, que dificulta la evaporaci¨®n del sudor), el coraz¨®n tiene doble trabajo: por una parte, enviar sangre a los m¨²sculos para satisfacer sus requerimientos de energ¨ªa (hasta m¨¢s de 30 litros por minuto en un esfuerzo intenso), y por otra, a la piel (para disipar calor). En ¨²ltima instancia, siempre son los m¨²sculos los que salen ganando, en detrimento de la piel y, por tanto, de la termorregulaci¨®n. As¨ª, cuanto m¨¢s calor produce el organismo, menos capacidad tiene para eliminarlo. Y menos a¨²n si hace calor. Con el calor, adem¨¢s, se altera el funcionamiento de las c¨¦lulas cerebrales y las fibras musculares gastan antes sus recursos energ¨¦ticos. Aumenta tambi¨¦n el riesgo de padecer calambres. Incluso, aunque el aire caliente es m¨¢s ligero, el calor va asociado con altas presiones atmosf¨¦ricas: el aire se hace m¨¢s denso y resistente, lo que perjudica a los ciclistas.
Para combatir el calor la ¨²nica soluci¨®n es una buena hidrataci¨®n. Es decir, un aporte constante de l¨ªquidos durante cada etapa. Un bid¨®n cada media hora ser¨ªa lo ideal (con agua y sales minerales, que tambi¨¦n se pierden por el sudor). Hay que meter l¨ªquidos por la boca (para que se absorban desde el intestino a la sangre, y as¨ª reponer el plasma sangu¨ªneo perdido), no por encima del cuerpo. Flaco favor les hacen los aficionados a los ciclistas cuando en plena subida al Tourmalet les echan agua por encima: aunque as¨ª se puede enfriar temporalmente la piel, el beneficio fisiol¨®gico es escaso. Adem¨¢s en esos momentos las defensas del deportista est¨¢n muy mermadas, con el consiguiente riesgo de catarros y enfriamientos (al bajar el puerto, por ejemplo). Por cierto, cuando aparece la sed suele ser tarde: el ciclista est¨¢ ya deshidratado (se ha perdido una cantidad significativa de plasma sangu¨ªneo). Quiz¨¢s el cuerpo no sea tan sabio en este aspecto. Por eso el ciclista tiene que adelantarse a los acontecimientos y beber incluso antes de tener sed. Una preocupaci¨®n m¨¢s en el Tour: beber sin tener ganas.
Alejandro Luc¨ªa es fisi¨®logo de la Universidad Europea de Madrid.
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