Rafael Blasco, Sacrist¨¢n, Brecht: un equ¨ªvoco
Hace como tres a?os la barbarie asesinaba a Miguel ?ngel Blanco, y la rabia hizo que la mayor¨ªa de los hispanos apret¨¢ramos los dientes: Miguel ?ngel Blanco ¨¦ramos casi todos. Brot¨® por todos los rincones de la vieja piel de toro la solidaridad, el dolor y la repulsa en forma de manifestaciones, y en Madrid se organiz¨® un acto en este sentido en el que intervinieron, entre otros, Raimon y Jos¨¦ Sacrist¨¢n. La intervenci¨®n de Raimon tuvo sus m¨¢s y sus menos con algunos grupos conservadores, o ultraderechistas, asistentes a aquel acto en una plaza de toros, grupos que no acaban de asumir que las anchas espa?as son plurales y diversas, y que el primer ejercicio c¨ªvico y democr¨¢tico para una convivencia en paz es asumir esa diversidad. Tambi¨¦n es un ejercicio que conduce a la solidaridad y a la unidad. Jos¨¦ Sacrist¨¢n, actor de reconocido prestigio, ley¨® el no menos conocido poema en torno a la solidaridad, para no quedarnos solos, que reza: "Cuando vinieron a buscar a mi vecino comunista, yo no dije nada, porque yo no era comunista". Y luego la barbarie detiene al vecino jud¨ªo, al socialista y al cat¨®lico. Finalizada la lectura, indic¨® Sacrist¨¢n: "Bertolt Brecht". Tal que autor de dicho poema.Ese otro d¨ªa se discut¨ªa en la Diputaci¨®n Permanente de las Cortes Valencianas en torno los lamentables sucesos de Almorad¨ª. En esa poblaci¨®n del Pa¨ªs Valenciano, la tea incendiaria de la sinraz¨®n hab¨ªa arremetido contra las viviendas de algunos ciudadanos valencianos de un determinado grupo ¨¦tnico. Durante el debate en la Permanente de las Cortes, Rafael Blasco, responsable de la Consejer¨ªa de Bienestar Social, ech¨® mano de los archiconocidos versos que, seg¨²n el consejero de la Generalitat, se le atribu¨ªan a Bertolt Brecht y ley¨® o cit¨® una peculiar variante de los mismos: "En eso que vinieron a por los cat¨®licos y tampoco dije nada porque yo era protestante. Al final, ellos vinieron a por m¨ª y en aquel momento no quedaba nadie para alzar la voz".
Jos¨¦ Sacrist¨¢n, Rafael Blasco y un incontable n¨²mero de personas relacionadas con la cultura de la palabra escrita en nuestro pa¨ªs o en otros pa¨ªses de nuestro entorno europeo, han atribuido o atribuyen los versos a Brecht, el dramaturgo que renov¨® la escena europea el siglo XX. Fue una de dichas personas, el valenciano Pepe Benedito Alberola, catedr¨¢tico de matem¨¢ticas e interesado por la literatura, quien hace unos a?os se extra?aba por cuanto los conocidos versos no aparec¨ªan en las antolog¨ªas o traducciones de Brecht que tenemos por aqu¨ª. Y ni aparec¨ªan ni deber¨ªan de aparecer porque los versos no son suyos. La curiosidad del valenciano hizo que algunos rastre¨¢ramos hasta llegar al autor de los mismos, y tambi¨¦n a preguntarnos el porqu¨¦ de un equ¨ªvoco tan generalizado.
El equ¨ªvoco tiene una base: el contenido de los versos constituye un alegato a favor de la solidaridad con el perseguido por su ideolog¨ªa, por pertenecer a un determinado grupo humano o por desarrollar una determinada actividad social. Tienen esas frases una lectura muy l¨ªrica: la solidaridad es interdependiente, y ser solidarios con los dem¨¢s es tanto como ser solidarios con nosotros mismos. Una tem¨¢tica que encaja en la obra de Bertolt Brecht, como encaja la reiteraci¨®n sem¨¢ntica expresiva y el paralelismo gramatical, tambi¨¦n expresivo, con los poemas y canciones del dramaturgo alem¨¢n. Es un estilo en donde se detecta una influencia b¨ªblica de los salmos, una influencia palpable, adem¨¢s, en casi toda la poes¨ªa contempor¨¢nea anglosajona. Es muy probable incluso que Bertolt Brecht utilizase los conocidos versos en alguno de sus montajes teatrales. Pero no fue Brecht quien los escribi¨®, sino un cura protestante con una biograf¨ªa ejemplar: Martin Niem?ller, no demasiado conocido por estos pagos, que fue una conciencia cr¨ªtica de ese siglo XX que todav¨ªa no sabemos si finaliz¨® o est¨¢ por finalizar.
Martin Niem?ller naci¨® en Prusia en 1892 y muri¨® en 1984. Tres a?os m¨¢s tarde, en 1987, la ARD, la primera cadena de la televisi¨®n alemana, emiti¨® un largo programa de casi dos horas con la figura de Niem?ller en el centro. Es una larga entrevista que le hizo al te¨®logo uno de sus amigos poco antes de morir. Al hilo de la entrevista discurre una vida, unos avatares sociales, pol¨ªticos, religiosos y familiares harto interesantes. Son sucesos de una historia que se convierte en espejo de una conciencia europea y humanista, sensible frente a la intolerancia, los totalitarismos, la carrera armament¨ªstica en que se enzarzaron los dos grandes bloques ideol¨®gicos una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Niem?ller fue oficial en un submarino alem¨¢n durante la Guerra del 14. Finalizada la guerra estudi¨® teolog¨ªa y visti¨® el talar como p¨¢rroco de la iglesia luterana. Se cas¨®, tuvo siete hijos y durante los a?os treinta se distanci¨® de forma cr¨ªtica tanto del nazismo como de la actitud sumisa, cuando no c¨®mplice, que la iglesia protestante tuvo con respecto al r¨¦gimen de Hitler. Su toma de postura frente al nazismo y consiguiente persecuci¨®n pol¨ªtica fueron, seg¨²n sus palabras, tard¨ªas De ah¨ª el sentido autobiogr¨¢fico que tienen sus conocidos versos. El 1 de julio de 1937 es detenido y acusado ante un tribunal de enemigo del Estado. Los jueces lo absuelven, pero Hitler lo declara su enemigo personal y lo env¨ªa al campo de concentraci¨®n de Dachau: ya no quedaba ning¨²n comunista, ning¨²n socialdem¨®crata, ning¨²n sindicalista que pudiese protestar. Entre el minuto 44 y 46 del reportaje ya citado aparece el texto con los versos de Niem?ller que tienen como fondo una de aquellas enormes esv¨¢sticas que utilizaban los nazis en sus parateatrales concentraciones.
En abril de 1945, Niem?ller es trasladado de Dachau a Bergwelt, en el Tirol, donde unos soldados del deshecho ej¨¦rcito alem¨¢n lo libran de la muerte segura que le ten¨ªan reservada unos agentes de la SS. El triunfo aliado y la ocupaci¨®n no llevaron al cl¨¦rigo al silencio. Se opuso, frente a Adenauer, a la divisi¨®n de Alemania; los americanos lo tuvieron en arresto domiciliario del que sali¨® tras una huelga de hambre; propici¨® la llamada Declaraci¨®n de Stuttgart de la Iglesia Evang¨¦lica Alemana, en cuyo texto los cl¨¦rigos se autoacusan de "no haber tenido el suficiente valor para enfrentarse a la barbarie". Niem?ller se opone a los experimentos con la bomba de hidr¨®geno, a la pol¨ªtica de bloques, y es tachado de rojo, traidor, descabezado o un don nadie, que no de otra forma lo calificaron pol¨ªticos ultraconservadores como Franz Josef Strauss o excomunistas incrustados en la socialdemocracia alemana como Herbert Wehner.
El autor de los conocidos versos, que hablan de solidaridad, fue presidente de la Iglesia protestante de Hessen y Nassau desde 1947 a 1964. A partir de 1961 fue uno de los seis presidentes del Consejo Mundial de las Iglesias. Pacifista convencido particip¨® en los movimientos por la paz y antiat¨®micos desde finales de los a?os cincuenta. Fue uno de los iniciadores y animadores de las conocidas "Marchas de Pascua" por la paz y contra el armamentismo hasta el final de sus d¨ªas. Fue un hombre de origen conservador cuyo humanismo y fe religiosa le situaron en posiciones revolucionarias. Un europeo que no debe caer en el olvido, cuando repitamos sus versos ante la barbarie. Esos versos, que equ¨ªvocamente atribuimos a Brecht, son los siguientes:
Cuando los nazis fueron a buscar a los comunistas, me call¨¦ / al fin y al cabo yo no era comunista. / Cuando encerraron a los socialdem¨®cratas, me call¨¦ / al fin y al cabo yo no era socialdem¨®crata. / Cuando fueron a buscar a los sindicalistas,yo no protest¨¦ / al fin y al cabo yo no era sindicalista. / Cuando vinieron a buscarme a m¨ª,no hubo ya nadie que pudiese protestar.
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