Espa?a alcanza la final de Copa Davis
Corretja y Balcells ganan el dobles a EE UU y meten al equipo nacional en el partido por la Ensaladera 33 a?os despu¨¦s
Un golpe casi mortal
Joan Balcells, de 25 a?os, peg¨® simplemente su volea ganadora y se dej¨® caer de rodillas al suelo. ?lex Corretja, de 26, tampoco pudo contener su emoci¨®n, se lanz¨® hacia el gigant¨®n espa?ol y le abraz¨® con efusividad. Todos los jugadores del equipo saltaron a la pista de La Magdalena y, frente a 12.500 espectadores, se abrazaron, elevaron los brazos, y se fundieron en una pi?a, junto a su capit¨¢n y al resto de componentes del G-4. Era su momento, el sue?o que todos juntos hab¨ªan estado acariciando desde que en 1996 este grupo tom¨® el mando de la Copa Davis. Ayer lo consiguieron. Clasificaron a Espa?a para la final por tercera vez en la historia (1965 y 1967), e intentar¨¢n entre el 8 y el 10 de diciembre, presumiblemente en Barcelona o Madrid, ganar por primera vez la Ensaladera frente a Australia.El c¨ªrculo se cerr¨® en la segunda jornada (3-0), cuando Corretja y Balcells ganaron el punto del doble, el que siempre crea m¨¢s dificultades al equipo espa?ol. Las victorias de Costa y Corretja del viernes situaron al equipo de EE UU (con las ausencias de Agassi y Sampras) al borde del desastre. Y el d¨²o espa?ol se ocup¨® de darle ayer el ¨²ltimo empuj¨®n. "Lo hemos conseguido y me parece incre¨ªble", asegur¨® Corretja, el l¨ªder incuestionable de este equipo. "Pero hemos tenido que trabajar mucho para hacer historia. Y quiero felicitar a todos los que lo han hecho posible. No s¨®lo a los que estamos aqu¨ª, sino tambi¨¦n a aquellos, jugadores o no, que nos han visto desde su casa".
Sin embargo, el partido de dobles aport¨® m¨¢s emoci¨®n y ¨¦pica que buen juego. Como suelen decir los jugadores: "Estos encuentros no hay que jugarlos bien. Simplemente, hay que ganarlos". Y a eso fueron. McEnroe no renunci¨® a ninguna de sus bazas. Devolvi¨® a la pista a Todd Martin, tras repetir en su conferencia de prensa previa que no le ve¨ªa con esp¨ªritu para jugar el doble y el ¨²ltimo individual, y le junt¨® a Chris Woodruf, el h¨¦roe americano en Zimbabue. Crey¨® que era el mejor doble posible, porque una derrota les dejaba fuera. Pero no le bast¨®.
Se encontraron enfrente a un doble algo desordenado, pero con una fe inquebrantable en sus posibilidades. Corretja y Balcells saltaron a la pista a rematar la eliminatoria o, al menos, a dejarse la vida en ello. Y lo hicieron. Desde la primera a la ¨²ltima bola actuaron como gladiadores, y eso les permiti¨® ir abri¨¦ndose camino m¨¢s con golpes imposibles que con jugadas estrat¨¦gicas propias de un buen doble. Pero ayer daba lo mismo. No importaba. La cuesti¨®n era ir mermando el mayor potencial americano, ir convirtiendo a Martin y a Woodruf (dos buenos sacadores y voleadores) en una pareja mediocre, irles creando presi¨®n para llevarles a la quinta manga. Y una vez all¨ª rematarles.
Las cartas quedaron ya al descubierto en la primera manga, donde a los americanos no les bastaron dos breaks, ni cuatro bolas de set para ganarlo. Fueron por delante en el marcador por 4-1, sac¨® Martin para el set con 5-3 (goz¨® de su primer set-ball) y tuvieron 6-4 a favor en el desempate. Y todo lo fueron perdiendo, hasta dejar la manga en franqu¨ªa, y no poder evitar cederla ante una volea matadora de Balcells. La sensaci¨®n que dio aquello fue que Estados Unidos hab¨ªa recibido un golpe casi mortal. Pero no fue as¨ª. EE UU gan¨® la segunda manga y luego la cuarta, cuando se le volv¨ªa a dar por muerto, y entr¨® en la quinta con un 3-0 en contra.De nuevo aquello parec¨ªa definitivo. Pero otra vez los americanos recuperaron la ruptura, sobre saque de Corretja, y defendieron su suerte hasta el octavo juego. All¨ª ya no les quedaban m¨¢s armas. All¨ª Corretja rest¨® con una precisi¨®n incre¨ªble los saques de Woodruf, y con dos passings de rev¨¦s marca de la casa dej¨® el partido visto para sentencia. Fue de lo mejor que ofreci¨® el partido. Pero quien lo cerr¨® fue Joan Balcells con dos smash consecutivos y una volea que dejaron en blanco a EE UU.
Para los americanos todo hab¨ªa concluido. La cara de John McEnroe en el banquillo no dejaba lugar a dudas. Tambi¨¦n ¨¦l hab¨ªa vivido con tensi¨®n el reto personal de Martin y Woodruf, se hab¨ªa ilusionado con sus remontadas y hab¨ªa vibrado con ellos desde el banquillo, intentando aportar sus conocimientos. Pero tras la derrota, su planteamiento de futuro como capit¨¢n estadounidense de la Copa Davis parece que va a cerrarse a corto plazo. Para los espa?oles, en cambio, la fiesta s¨®lo hab¨ªa comenzado.
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