Un ingl¨¦s que muri¨® fusilado por defender la libertad de Espa?a
Robert Boyd lo ten¨ªa todo para llevar una vida c¨®moda y llena de placeres. Era joven y rico. Nada le imped¨ªa dedicarse a gozar de la existencia. Sin embargo, prefiri¨® luchar por la libertad de Espa?a. Boyd fue fusilado el 11 de diciembre de 1831 por un pelot¨®n de arcabuceros en la playa de M¨¢laga junto a medio centenar de emigrados liberales espa?oles. Su tumba est¨¢ en el cementerio protestante de M¨¢laga, tambi¨¦n conocido como de los ingleses. Es un obelisco g¨®tico rodeado por una verja y cuya l¨¢pida dice: "A la memoria de Robert Boyd Esquire de Londonderry, Irlanda. Amigo y compa?ero m¨¢rtir de Torrijos, Calder¨®n, etc., que cay¨® en M¨¢laga por la sagrada causa de la libertad el 11 de diciembre de 1831 a los 26 a?os de edad".El periodista Tom Burns Mara?¨®n relata la historia de Robert Boyd en su reciente y magn¨ªfico libro Hispanoman¨ªa (Plaza y Jan¨¦s). El poeta ingl¨¦s Tennyson se convirti¨® en un entusiasta partidario de la causa liberal espa?ola cuando los Cien Mil Hijos de San Luis atravesaron la frontera francesa para restaurar la tiran¨ªa de Fernando VII. Tennyson sent¨ªa una profunda devoci¨®n por los generales liberales espa?oles Francisco Espoz y Mina y Jos¨¦ Mar¨ªa de Torrijos, a los que conoci¨® como refugiados en Londres.
La causa liberal espa?ola estaba entonces de moda en Inglaterra. Espoz y Mina y Torrijos fueron recibidos como h¨¦roes cuando se exiliaron en Londres. Percy Bysshe Shelley -el gran poeta del Romanticismo ingl¨¦s junto a Lord Byron y Wordsworth- celebr¨® en un poema el triunfo de la rebeli¨®n de Riego, que propici¨® tres a?os de libertades constitucionales en Espa?a hasta que, en 1823, Fernando VII impuso su poder absoluto. "Un pueblo glorioso vibraba de nuevo / iluminando las naciones: la Libertad / de coraz¨®n a coraz¨®n, de torre a torre, sobre Espa?a / esparciendo un fuego contagioso en el cielo / brillaba...", escribi¨® Shelley. Otro gran poeta rom¨¢ntico ingl¨¦s, Wordsworth, compar¨® a Espoz y Mina con Viriato en un soneto dedicado a los guerrilleros espa?oles.
Tennyson reuni¨® a un grupo de amigos -casi todos ellos compa?eros de la Universidad de Cambridge- para ayudar a Torrijos y a Espoz y Mina a derrocar la tiran¨ªa de Fernando VII. Robert Boyd fue uno de los conjurados. Boyd hab¨ªa sido oficial brit¨¢nico en la India y hab¨ªa combatido en la guerra de Grecia, donde muri¨® Lord Byron. Boyd vendi¨® su comisi¨®n en las fuerzas armadas. A este capital le a?adi¨® una herencia, y puso todo su dinero a disposici¨®n de Torrijos. El gran historiador Thomas Carlyle recordaba el porte aristocr¨¢tico, el atractivo y la inteligencia de Torrijos como factores de seducci¨®n sobre los j¨®venes ingleses que odiaban el absolutismo. Adem¨¢s, para aquellos universitarios, Torrijos era un hombre de acci¨®n que hab¨ªa combatido al ej¨¦rcito napole¨®nico.
Pero entre las palabras y los hechos suele haber una gran distancia. Y, al final, Boyd fue el ¨²nico ingl¨¦s que acompa?¨® a Torrijos en su regreso a Espa?a y en su frustrado intento de sublevaci¨®n. Tras ser hechos prisioneros en una emboscada en Fuengirola, fueron ejecutados en Malaga. En el c¨¦lebre cuadro del fusilamiento pintado por Antonio Gisbert, Boyd est¨¢ en primera fila y en el centro de la composici¨®n. Tiene las manos atadas y sus ojos est¨¢n entrecerrados.
Su compatriota Richard Ford, autor del muy conocido Manual para viajeros en Espa?a y lectores en casa (1845), record¨® a Boyd en un panfleto titulado Los espa?oles y la guerra. El comentario de Ford, un hombre de ideas muy conservadoras, fue demoledor. "Casualmente, yo mismo estaba viajando cerca de Granada cuando Torrijos y Mr. Boyd fueron ejecutados en M¨¢laga. Este incidente fue motivo de pol¨¦mica en las cercan¨ªas de esta ciudad durante tres o cuatro d¨ªas y despu¨¦s cay¨® en el olvido. El hecho circunstancial de que un ciudadano brit¨¢nico fuera una de las v¨ªctimas, la proximidad de Gibraltar y los art¨ªculos de la prensa londinense fueron las ¨²nicas razones por las que este acontecimiento lleg¨® a adquirir importancia y notoriedad; desgraciadamente en Espa?a es un hecho tan com¨²n que no suele recibir atenci¨®n alguna".
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