DANIEL RAVENT?S, profesor y defensor de la renta b¨¢sica universal: "Es posible dar un salario a todo el mundo"
El pr¨®ximo mes de octubre (d¨ªas 6 y 7) se celebrar¨¢ en Berl¨ªn el Congreso del BIEN. Dicho as¨ª, parece algo relacionado con fil¨®sofos o moralistas, pero se trata del VIII Congreso del Basic Income European Network, una reuni¨®n a la que asistir¨¢n economistas y soci¨®logos de todo el mundo. La idea de la que parte es simple (y muy pol¨¦mica): todo ciudadano de un pa¨ªs tiene derecho, s¨®lo por serlo, a un ingreso pagado por su Gobierno, sin tomar en consideraci¨®n si quiere trabajar o no, si es rico o pobre, si tiene o no otras rentas o con qui¨¦n viva. La propuesta naci¨® en 1986 en la Universidad Cat¨®lica de Lovaina (B¨¦lgica), firmada por los catedr¨¢ticos Philippe van Parijs y Robert van der Veen, y ha estado casi reducida a ambientes acad¨¦micos.La novedad en este VIII Congreso es que varios famosos economistas y soci¨®logos han decidido apoyar el debate. No se trata de que los premios Nobel Herbert Simon y James Tobin, o lord Dahrendorf, Andr¨¦ Groz y Michel Rocard sean defensores de la renta b¨¢sica garantizada, pero s¨ª de que, por primera vez, han decidido prestar sus nombres para evitar que la discusi¨®n sobre el BIEN siga circulando en cen¨¢culos y siga siendo desautorizada sin rebatir sus an¨¢lisis.
En Espa?a, uno de los principales defensores de la idea del subsidio universal garantizado es Daniel Ravent¨®s, un profesor, de 41 a?os, de la Facultad de Econ¨®micas de la Universidad de Barcelona. Ravent¨®s ha elaborado una tesis doctoral y escrito un libro, El Derecho a la existencia (Ariel Practicum), en los que explica las bases cient¨ªficas de la propuesta.
Pregunta. Dice usted que plantear el tema de un salario para todo el mundo requiere una justificaci¨®n ¨¦tica y un estudio de viabilidad econ¨®mica.
Respuesta. Son las dos primeras resistencias intelectuales. Hay que responder a dos preguntas: ?es justo que quien no quiera trabajar perciba una asignaci¨®n incondicional?, ?es la renta b¨¢sica o el salario universal garantizado una quimera desde el punto de vista econ¨®mico? Casi todas las corrientes filos¨®ficas sobre la justicia est¨¢n de acuerdo en que esa idea no plantea un rechazo ¨¦tico. En cuanto a la viabilidad econ¨®mica, y aunque pueda parecer raro, una asignaci¨®n universal es seguramente m¨¢s barata que los subsidios condicionados de hoy d¨ªa.
P. ?C¨®mo se calcular¨ªa la cantidad a recibir?
R. Hay dos propuestas de financiaci¨®n. Seg¨²n una de ellas, se fija d¨®nde est¨¢ el nivel de pobreza en ese pa¨ªs y se sit¨²a la renta b¨¢sica por encima de ese list¨®n. Otro grupo de propuestas consiste en calcular cu¨¢nto se gasta actualmente el Estado en medidas sociales contra la pobreza, fomento de empleo, subsidio de paro, pensiones, etc¨¦tera, y dividir esa cantidad entre el n¨²mero total de ciudadanos. El ¨²ltimo proyecto de financiaci¨®n lo ha elaborado un profesor de la Aut¨®noma de Barcelona, y esa divisi¨®n, en el caso de Espa?a, permitir¨ªa dar a cada ciudadano, hoy por hoy, una renta perpetua de unas 70.000 pesetas mensuales para mayores de 18 a?os y de unas 20.000 para menores de esa edad.
P. Si esa renta sustituyera a las pensiones, significar¨ªa un recorte muy importante.
R. Me parece que no tiene usted en cuenta que en este momento la gran mayor¨ªa de las pensiones espa?olas es inferior a esa cantidad. Pero admito que es un problema. Quiz¨¢, a los que ya tienen derecho a una pensi¨®n m¨¢s alta se les abonar¨ªa en dos partes: una, la de la renta b¨¢sica, y otra, hasta completar la pensi¨®n a la que ahora tienen derecho.
P. Supongo que la renta b¨¢sica s¨®lo ser¨ªa posible en pa¨ªses desarrollados...
R. La idea es una implantaci¨®n global, pero, claro, empezando por donde se pueda. Pero no es cierto que est¨¦ pensada para pa¨ªses ricos. En cualquier caso, es evidente que el subsidio universal garantizado no costar¨ªa lo mismo en Bangladesh que en Irlanda. El umbral de pobreza es muy distinto; millones de personas viven hoy con menos de un d¨®lar al d¨ªa.
P. ?Los pa¨ªses con renta b¨¢sica no sufrir¨ªan una presi¨®n inmigratoria intolerable?
R. Tal y como est¨¢n las cosas, creo que los emigrantes ya est¨¢n decididos a entrar, sea como sea, y en las condiciones actuales. Cuando deciden venir, ya han dejado todo detr¨¢s. Pero en fin, la regulaci¨®n de los inmigrantes depender¨ªa de las leyes de cada pa¨ªs o de una pol¨ªtica de inmigraci¨®n para el conjunto de la UE.
P. ?No cree que la renta b¨¢sica har¨ªa que muchas mujeres dejaran de trabajar? ?No tiene el riesgo de cambiar completamente el mapa del mercado productivo?
R. No creo que en sociedades como la nuestra muchas mujeres se retiraran del trabajo. El salario b¨¢sico dar¨ªa libertad e independencia a las mujeres que no la tienen en la actualidad y no perjudicar¨ªa a las que ya han alcanzado ese estatus. S¨ª creo, sin embargo, que la renta b¨¢sica puede tener consecuencias muy notables en el mercado del trabajo. Por ejemplo, algunos salarios subir¨ªan y otros bajar¨ªan. Habr¨ªa que pagar m¨¢s a la gente que hace trabajos desagradables; esos salarios tender¨ªan a crecer, mientras que tender¨ªan a bajar los de aquellos trabajos que llevan en s¨ª mismos un cierto grado de satisfacci¨®n, poder o prestigio social. Seguro que el salario de profesor en la facultad de Econ¨®micas de Barcelona bajar¨ªa.
P. Quiz¨¢ no habr¨ªa nadie para hacer los trabajos desagradables, salvo a precios extraordinarios.
R. No creo. En cualquier caso, el mercado estar¨ªa entonces completamente liberalizado y cada trabajador tendr¨ªa un gran poder contractual. Otra de las consecuencias es que habr¨ªa mucha m¨¢s autoocupaci¨®n y mucho m¨¢s trabajo voluntario.
P. ?Todo esto no implica tambi¨¦n cambios muy profundos en los valores sociales?
R. Estamos en una sociedad en la que ya existe un grupo de gente que tiene la posibilidad de vivir sin aportar nada. El salario universal significar¨ªa extender eso a todo el mundo, pero la inmensa mayor¨ªa de la gente seguir¨ªa trabajando, bien para conseguir m¨¢s ingresos, bien porque le satisfaga. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que este experimento de la renta b¨¢sica no se ha llevado a cabo en ning¨²n lado y que s¨®lo la pr¨¢ctica permitir¨ªa ver qu¨¦ hay que corregir o modificar. En cualquier caso, ser¨ªa una medida muy eficaz contra la pobreza, por definici¨®n quedar¨ªa suprimida.
P. D¨ªgame otra ventaja econ¨®mica.
R. Por ejemplo, que acaba con el fraude. Al ser un subsidio no condicionado, no se puede hacer fraude y no hacen falta funcionarios para detectar ese fraude ni para gestionar complicados papeleos. Ahora, si est¨¢s cobrando el seguro de desempleo y te ofrecen un peque?o trabajo, mucha gente opta por el trabajo negro para no perder el seguro. Si recibiera la renta en cualquier caso, no aceptar¨ªa el trabajo as¨ª, y el control de los impuestos ser¨ªa m¨¢s solvente.
P. Adem¨¢s de en la universidad, ?hay alg¨²n otro foro donde la idea de la renta b¨¢sica se est¨¦ discutiendo?
R. En Espa?a ha empezado a salir de los c¨ªrculos acad¨¦micos hace s¨®lo un a?o y de forma muy humilde. Algunos sindicatos piden informaci¨®n para sus cuadros, unos cuantos pol¨ªticos quieren leer algo sobre el tema... En Irlanda, la comisi¨®n de justicia de la Iglesia cat¨®lica se plante¨® llevarlo al Parlamento de Dubl¨ªn. Aqu¨ª hay ahora un grupo de parlamentarios que se plantea presentar una propuesta de ley en el Parlamento de Catalu?a y, luego, en el espa?ol. La idea ser¨ªa, m¨¢s o menos, un subsidio universal por encima del nivel de pobreza, es decir, de unas 50.000 pesetas.
P. Cuando empez¨® a hablar de estos temas, ?le tomaron por loco?
R. Cuando empiezas a hablar de una renta b¨¢sica o salario universal garantizado para todos, la gente se pregunta si est¨¢s enfermo o has bebido. Pero si consigues que comiencen a analizar la propuesta en concreto, se van venciendo muchas resistencias. Est¨¢ claro que no se trata de una cuesti¨®n de moda, pero resulta sorprendente ver la gente que va apoyando la idea, tanto en la derecha como en la izquierda. De hecho, habr¨ªa que recordar que un economista tan poco sospechoso de veleidades comunistas como Milton Friedman hizo una propuesta en el mismo sentido de intentar erradicar la pobreza, aunque se trataba de un proyecto distinto, el llamado impuesto negativo de la renta.
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