Brigadistas del palustre
Veintid¨®s andaluces dedican sus vacaciones a construir casas en Cuba
Pura Montes ten¨ªa 14 a?os cuando un grupo de barbudos celebraba en La Habana el triunfo de la revoluci¨®n. Dice que desde entonces ten¨ªa ganas de conocer Cuba. Cuarenta a?os despu¨¦s, har¨¢ realidad su sue?o. No va como turista, sino a poner el hombro en la construcci¨®n de 14 viviendas del distrito Diez de Octubre de la capital. Al igual que ella, otros 21 andaluces participar¨¢n en la brigada Rafael Alberti, la segunda que organiza la Coordinadora de Asociaciones de Amistad Hispano Cubana.Son un pu?ado de idealistas que no tienen empacho en pasar sus vacaciones arrimando mezcla con tal de aportar un granito de arena al pueblo cubano y de conocer el pa¨ªs desde una perspectiva distinta a la que da una playa de Varadero. "Est¨¢ claro que vamos de peones, no de t¨¦cnicos; vamos a ayudar, a echar una mano", aclara Carmen Plata, una funcionaria de 45 a?os que repite experiencia. El a?o pasado tambi¨¦n estuvo en Cuba de brigadista ayudando a rehabilitar un antiguo edificio para convertirlo en una escuela de educaci¨®n especial. Cuenta que trabaj¨® duro, porque hasta ten¨ªan que apagar la cal a la antigua usanza, pero ha decidido volver: "Convivir con la gente en el tajo, estar codo a codo con ellos, es otra forma de aproximarte a un pa¨ªs. A m¨ª me cambi¨® mi visi¨®n de Cuba y de mi propia realidad".
Este a?o la brigada va al mismo distrito y se alojar¨¢ justamente en el colegio que el grupo anterior contribuy¨® a remozar. M¨¢s de la mitad son las mismas caras del a?o pasado, se?al de que la experiencia vali¨® la pena.
Encarna Gonz¨¢lez tambi¨¦n va por segunda vez y reconoce que lo suyo es "identificaci¨®n ideol¨®gica con un proyecto socialista". Aclara que el programa permite compatibilizar trabajo, convivencia y ocio: "Es una experiencia de intercambio cultural, de folclore, de comidas, de conocimientos; una oportunidad para contrastar situaciones pol¨ªticas, para el debate y para ver c¨®mo son realmente las cosas". Funcionaria, sindicalista y madre de tres hijos, dice que luego les compensa la ausencia con alg¨²n regalo. El m¨¢s peque?o corrobora el dato. El a?o pasado le trajo tres, uno por cada semana que estuvo fuera. Tendr¨¢ que repetir cifra porque en esta ocasi¨®n la brigada tambi¨¦n permanecer¨¢ 21 d¨ªas en Cuba, hasta finales de agosto.
Todos los gastos corren por cuenta del brigadista. El a?o pasado, incluso parte del fondo com¨²n se destin¨® a cubrir necesidades b¨¢sicas de la escuela remozada. Ahora, el grupo lleva algo m¨¢s que solidaridad: va cargado de material escolar y sanitario, am¨¦n de las subvenciones que ha conseguido recoger la coordinadora a lo largo del a?o.
Para Pepi Garc¨ªa, es la primera vez. Aunque es camarera, se ha apa?ado para que le den vacaciones en plena temporada tur¨ªstica. Est¨¢ convencida de que aunque tenga que gastarlas acarreando mezcla, la experiencia la llenar¨¢ mucho m¨¢s que meterse en un hotel de lujo. Su hija quer¨ªa apuntarse, pero no le dieron d¨ªas libres. Dice que no importa, porque ya est¨¢ enganchada para la causa.
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