Medievo con jam¨®n
Mercadillo y cenas sin tenedor en las Jornadas Medievales de Cortegana
La localidad de Cortegana, ubicada en plena sierra de Huelva, inicia hoy mi¨¦rcoles las V Jornadas Medievales: un encuentro con la cultura, la gastronom¨ªa e incluso las brujas de aquel tiempo. En Cortegana se vuelve al pasado entre vino tinto y disfraces. A las puertas del castillo, que data del siglo XIII, se instala durante cinco d¨ªas un mercadillo que supone un aut¨¦ntico reencuentro con el Medievo. Entre 50 y 60 vendedores disfrazados de la ¨¦poca pondr¨¢n a la venta este a?o desde pergaminos o bol¨ªgrafos de madera a la denominada bruja viagra: una marioneta subida en una escoba, con enormes pechos, cuyo hechizo posibilita la reanimaci¨®n de maridos inapetentes, seg¨²n los vendedores. Adem¨¢s, habr¨¢ ropa, disfraces y adornos. Este a?o se inauguran en el mercadillo las tabernas medievales, donde correr¨¢ el vino tinto y el ponche, y podr¨¢ disfrutarse del jam¨®n de la sierra onubense. Todo amenizado por actores disfrazados de ¨¦poca.Pero una de las mayores atracciones de las jornadas, que cuentan con un presupuesto de 11 millones de pesetas, reside en la cena medieval, donde se come con los dedos y sin tenedores: como en la Edad Media. Unas 100 personas cenar¨¢n cada noche en el patio del castillo hasta el 13 de agosto. Todo a base de recetas extra¨ªdas de la ¨¦poca, que ha dise?ado el t¨¦cnico de la muestra, Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez. La mayor¨ªa de los asistentes suelen acudir a estas cenas con sus disfraces puestos, de modo que, como en a?os pasados, en las distintas mesas habr¨¢ frailes glotones, reyes hambrientos y hadas madrinas con las manos llenas de grasa.
Lugar: Castillo de Cortegana
Hora: 22.30. D¨ªa: Hasta el 13 de agostoPrecio: 4.000 pesetas / cena
Los organizadores creen que este a?o acudir¨¢n a las jornadas unas 20.000 personas, 5.000 m¨¢s que en 1999. Tambi¨¦n habr¨¢ un ajedrez viviente, torneos medievales a caballo y un pasaje ins¨®lito, denominado Callej¨®n de la Inquisici¨®n, en el que los actores representar¨¢n los modos de tortura de la ¨¦poca.
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