El ¨¦xito de un empresario nacionalista hecho con molde
Jos¨¦ Mar¨ªa Korta, presidente de Adegi y aficionado al ciclismo y la pelota, era un firme partidario del di¨¢logo
"Guip¨²zcoa siempre contar¨¢ con sus empresarios". El compromiso de Jos¨¦ Mar¨ªa Korta Uranga con su tierra le ha llevado a la muerte, a que le asesinaran. Ha dado igual que su balance tuviera un saldo positivo. A sus 52 a?os, casado y con tres hijos, se ha convertido en la ¨²ltima v¨ªctima de ETA. La raz¨®n de su muerte es sencilla: ser empresario y crear empleo. El sinsentido se ha llevado por delante la vida de un hombre de pocas palabras que rehu¨ªa los actos p¨²blicos. Los valles de Guip¨²zcoa est¨¢n plagados de peque?os talleres y empresas. La inmensa mayor¨ªa ha nacido en un soportal o en un caser¨ªo. Todas se han creado por gentes emprendedoras. Korta era el prototipo del empresario vasco; m¨¢s en concreto, del guipuzcoano. Su empresa, como el 90% de las que pueblan su tierra, tiene un origen familiar.
En 1972 Jos¨¦ Mar¨ªa y sus diez hermanos fundaron Korta SA. La firma, poco conocida por el gran p¨²blico, era un lujo para la econom¨ªa vasca: 80 empleados, una facturaci¨®n cercana a los 2.000 millones de pesetas e instalaciones nuevas, reci¨¦n estrenadas, en el pol¨ªgono de Gorostiaga. El viejo taller, en el barrio de Narrondo, de la propia Zumaia, se hab¨ªa quedado peque?o. Uno de los orgullos de Korta era un boquete en la pared por el que hab¨ªa sacado un husillo a bolas -componente de precisi¨®n para la m¨¢quina herramienta, su especialidad empresarial- de grandes dimensiones para la plataforma de lanzamiento del cohete Arianne.
La buena marcha del negocio, que a¨²n compart¨ªa con alguno de sus hermanos, llev¨® a cambiar hace dos a?os los turnos de trabajo en verano. Agosto, mes tradicional de cierre, se convirti¨® en laborable con el fin de poder satisfacer especialmente la demanda de los mercados extranjeros.
Un hombre del pueblo
Nadie que viera a Korta por vez primera podr¨ªa imaginar que era el m¨¢ximo responsable de una empresa eminentemente exportadora y de tecnolog¨ªa punta. Sus productos se vend¨ªan especialmente en en el lejano Oriente.Korta era un hombre de su pueblo, Zumaia, donde viv¨ªa, ten¨ªa su negocio, su familia y sus amigos. Naci¨® en el caser¨ªo de Arrona, en Cestona (Guip¨²zcoa), a escasos kil¨®metros, y su lengua era el euskera. Era uno de esos vascos a los que al hablar en castellano se les nota que son euskaldunes. Sin embargo, era licenciado en Filosof¨ªa y Letras y dominaba el ingl¨¦s y el franc¨¦s tras haber pasado periodos de formaci¨®n en Brighton (Reino Unido) y Ginebra (Suiza).
La buena marcha de su empresa y su formaci¨®n cristiana hac¨ªan que tuviera una especial sensibilidad para los chavales del pueblo, que en m¨¢s de una ocasi¨®n recurr¨ªan a ¨¦l en busca de su primer empleo. Su pasi¨®n por la formaci¨®n de los j¨®venes qued¨® patente al ser presidente del Consejo de la ikastola de Zumaia.
Korta asumi¨® en 1995 el puesto de presidente de Adegi en momentos duros, cuando nadie quer¨ªa esa responsabilidad. Hace poco m¨¢s de un mes, el 15 de junio, fue reelegido para otros tres a?os, su tercer mandato. En su primer periodo al frente de Adegi sustituy¨® en el cargo a Tom¨¢s Ariceta. En 1996 tuvo que vivir un atentado con coche bomba contra Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Urchegi, el secretario general de Adegi. En esta acci¨®n terrorista un empleado de la patronal perdi¨® las piernas. Un a?o despu¨¦s volvi¨® a presentarse a la reelecci¨®n.
Adegi es una organizaci¨®n que acoge a empresarios de distintas sensibilidades. De Jos¨¦ Luis Elkoro, antiguo miembro de la direcci¨®n nacional de HB, a ?ngel Iglesias, gerente de Ikusi y t¨ªo de Julio Iglesias Zamora, secuestrado en su d¨ªa por ETA. Korta, en todos sus actos p¨²blicos, reconoc¨ªa siempre esas distintas sensibilidades y ped¨ªa a los pol¨ªticos que siguieran su ejemplo y hallaran "los puntos de encuentro".
Con 23 a?os era ya empresario y con 32 miembro del consejo rector y del comit¨¦ ejecutivo de la patronal guipuzcoana. Pero su imagen de aspecto sencillo y espigado encajaba m¨¢s en el f¨ªsico del aficionado al ciclismo, deporte que en sus d¨ªas libres practicaba por las carreteras vascas en compa?¨ªa de amigos y empleados. Esta afici¨®n por el ciclismo, especialmente el de monta?a, le llev¨® el pasado domingo a ejercer con un veh¨ªculo de su empresa de coche escoba en una carrera de chavales en su pueblo. Era miembro de la pe?a ciclista Zumaiako Txirrindulari Elkartea.Su otra pasi¨®n deportiva, como buen guipuzcoano, era el front¨®n: para ver y para jugar.
Korta era nacionalista vasco y partidario del di¨¢logo. Ayer mismo el diputado general de Guip¨²zcoa, el peneuvista Rom¨¢n Sudupe, dec¨ªa con l¨¢grimas y voz compungida: "Uno de los nuestros". Korta era sencillamente el escaparate del empresariado vasco y, adem¨¢s, no llevaba escolta. Cada d¨ªa cumpl¨ªa con los requisitos b¨¢sicos de seguridad y comprobaba su coche. Pero eso no fue suficiente.
Tender puentes
Korta pertenec¨ªa, a trav¨¦s de Adegi, a la ejecutiva de la patronal vasca, Confebask, y ¨¦sta, en julio pasado, se decant¨® por la defensa "inquebrantable" del Estatuto de Gernika como lugar de encuentro. "Es necesario tender puentes, dialogar con respeto mutuo y aceptar la diversidad y las discrepancias como elementos vertebradores y cohesionadores de cualquier sociedad", manifest¨® en junio, poco despu¨¦s de ser reelegido presidente de Adegi.Korta representaba, en fin, al nuevo empresariado vasco, que cree en la posibilidad de multiplicar el crecimiento econ¨®mico del Pa¨ªs Vasco una vez que se supere la violencia. En el primer trimestre de este a?o, el ¨ªndice de producci¨®n industrial de Guip¨²zcoa creci¨® un 15% frente al 10,3% total de Euskadi y el 8,3% del conjunto de Espa?a. Korta so?aba con el d¨ªa en que Guip¨²zcoa, renunciando a las 35 horas por ley, lograra el pleno empleo. Hoy la tasa de paro que se registra es del 6,9%.
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