El Supremo chileno levanta la inmunidad a Pinochet con una contundente mayor¨ªa
Una explosi¨®n de alegr¨ªa, con gritos, l¨¢grimas y emoci¨®n contenida durante casi 27 a?os de lucha estall¨® ayer en Santiago en los pasillos de los tribunales chilenos cuando, a trav¨¦s de un tel¨¦fono port¨¢til, uno de los abogados querellantes inform¨® a las dirigentas de la Agrupaci¨®n de Familiares de Detenidos Desaparecidos, la principal impulsora del proceso a Augusto Pinochet, que esperaban en el primer piso del edificio, de la contundente decisi¨®n del Tribunal Supremo que hab¨ªa votado en favor del desafuero del ex dictador por 14 votos contra 6, y no por el estrecho margen de 11 votos contra 9 manejado en los ¨²ltimos d¨ªas por los medios de comunicaci¨®n y las personas allegadas al tribunal.
Los presentes, entre ellos los diputados socialistas Isabel Allende, hija del ex presidente Salvador Allende (asesinado durante el golpe militar del 11 de septiembre de 1973), Juan Pablo Letelier, hijo del asesinado ex canciller Orlando Letelier y Gladys Mar¨ªn, secretaria general del Partido Comunista y quien interpuso la primera querella contra el ex general en Chile, se abrazaron y cantaron el Himno Nacional de Chile, seguidos de cerca por un centenar de personas.Aunque era un fallo anunciado, y el resultado final se sab¨ªa con anticipaci¨®n, la alegr¨ªa estuvo contenida hasta ayer, cuando a las 10.30 (las 16.30 hora peninsular), fue oficial que Pinochet dejaba de ser senador vitalicio y perd¨ªa as¨ª su coraza de inmunidad parlamentaria, una coraza con la que intent¨® protegerse cuando en 1998 abandon¨® la comandancia en jefe del Ej¨¦rcito.
Esta nueva situaci¨®n legal es la que hoy permitir¨¢ al juez chileno Juan Guzm¨¢n Tapia iniciar su procesamiento por los 19 secuestros calificados de la llamada caravana de la muerte.
En su mayor derrota en Chile desde que perdi¨® en 1988 el plebiscito con el que pretend¨ªa perpetuarse en el poder, la Corte Suprema rechaz¨® la apelaci¨®n de la defensa de Pinochet y sostuvo que hay sospechas fundadas que permiten el desafuero.
Seg¨²n el fallo, de 51 folios, hay "fundadas sospechas para reputar autor, c¨®mplice o encubridor al parlamentario cuyo desafuero se solicita". Entre ellas enumera que integraban la caravana de la muerte un grupo de militares encabezado por un general de brigada (Arellano Stark, tambi¨¦n procesado), un coronel, dos comandantes y un teniente, asistidos por dos pilotos, "en cumplimiento de una misi¨®n militar encabezada por el a la saz¨®n, comandante en jefe del Ej¨¦rcito, esto es, el actual senador vitalicio Augusto Pinochet".
Atribuye a esta misi¨®n el haber cometido hechos que "revisten incuestionablemente (...) caracteres de delito". Recuerda el fallo que en una instituci¨®n armada, la verticalidad del mando y la obligaci¨®n del inferior de cumplir estrictamente las ¨®rdenes del superior, si no es respetada, puede significar "medidas militares" de castigo por indisciplina.
Agrega que cuando a Pinochet se le representaron los hechos que cometi¨® la caravana -al menos 72 cr¨ªmenes de detenidos pol¨ªticos, de los cuales 19 a¨²n no han aparecido-, Pinochet no tom¨® "ninguna medida contra los responsables" y por el contrario, a uno de ellos lo nombr¨® jefe de la divisi¨®n m¨¢s importante del pa¨ªs -el general Sergio Arellano Strak- y a otro director de la escuela de Caballer¨ªa. Y los oficiales superiores que se opusieron y denunciaron los hechos -los cr¨ªmenes- fueron, "en su mayor¨ªa, posteriormente llamdos a retiro".
De los careos de los testigos deduce el fallo que la misi¨®n de la caravana "ten¨ªa por objeto finalidades ocultas y diversas de las consignadas". Recuerda que de acuerdo a la cadena del mando, en el Ej¨¦rcito "debe ineludiblemente acatarse y cumplirse la orden del superior".
Concluye tambi¨¦n que de acuerdo a la verticalidad del mando, considerando que la misi¨®n fue dotada de todos los elementos log¨ªsticos necesarios para realizar su cometido ni sanci¨®n a los responsables, "debe concluirse que la orden de proceder en la forma en que se ejecut¨® debi¨® haber sido decretada por el propio comandante en jefe de la ¨¦poca". Agrega que como Pinochet ten¨ªa "un claro concepto" de lo que es el mando militar, como lo explica en su libro Pol¨ªtica, politiquer¨ªa y demagogia, de 1983, donde dice que en la vida castrense "se vive quiz¨¢ con mayor claridad formal que en otra parte en la permanente din¨¢mica de mandar y obedecer. En la organizaci¨®n militar, quien no sepa mandar, no sirve. Y qui¨¦n no sepa obedecer, tampoco sirve". Y por todas estas razones, la Corte Suprema confirma la sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago y no ha admite la apelaci¨®n de la defensa de Pinochet.
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