Algo m¨¢s que cositas

Arrastraban las mulillas al tercer toro y nos hab¨ªamos divertido muy poco. El Califa no hab¨ªa podido con el que abri¨® plaza, y D¨¢vila Miura tampoco pudo sacar partido de un gazap¨®n de media casta. S¨®lo Juan Bautista se hab¨ªa lucido con ver¨®nicas y en un quite por caleserinas un tantico embarulladas. "S¨®lo hemos visto algunas cositas", resumi¨® un resignado espectador.Pero en el ¨²ltimo toro de la tarde Juan Bautista hizo algo m¨¢s que cositas. Fue este toro un ejemplar que tampoco dio facilidades, pero algo aprovechable debi¨® verle el joven diestro, porque se lo brind¨® a Julio Aparicio, padre. Empez¨® la faena en el tercio y all¨ª el toro le protest¨®. Se lo llev¨® el matador a los medios y en ese terreno tom¨® el burel la muleta con m¨¢s entrega. Entonces surgi¨® un toreo ligado y templado, por ambos pitones, y con especial brillo en dos series con la mano izquierda. Puede decirse que Juan Bautista exprimi¨® todo el zumo que ten¨ªa el toro.

El Califa no tuvo su tarde. Fue muy flojo su primer toro y no le pudo hacer ese su toreo de poderosa mano baja. Se le fue sin torear. La oreja que le dieron en el cuarto fue un regalito del generoso coraz¨®n de la dama que presid¨ªa el festejo, porque el valenciano no pas¨® de bastote y valent¨®n.

Tampoco pudimos ver a D¨¢vila Miura. Lo intent¨® con el inv¨¢lido quinto, al que hizo una largu¨ªsima faena llena de voces, posturas, paseos y derechazos, muchos derechazos, fuera de cacho y con el pico. Se qued¨® ronco el torero con el griter¨ªo que arm¨® para que el toro se le arrancara, cuando lo que ten¨ªa que haber hecho es ponerse en el sitio y plantarle la muleta en la cara.