S¨®lo uno de cada diez empresarios denuncia los chantajes

La polic¨ªa sospecha que las cinco mafias chinas que operan en Madrid est¨¢n formadas por unos 150 miembros. Estas redes, adem¨¢s de introducir en Espa?a a inmigrantes sin papeles, extorsionan a sus compatriotas y blanquean el dinero de los restaurantes y de talleres de confecci¨®n clandestinos. Cada banda est¨¢ compuesta de unos 20 miembros que carecen de permiso de residencia. Dentro de cada tr¨ªada hay un grupo especializado, de entre 20 y 30 a?os, dedicado a las extorsiones. En su tarea se incluyen el amedrentamiento y las palizas a los empresarios compatriotas, a los que exigen el pago de una media de 300.000 pesetas cada seis meses.

Muy pocas veces se encuentran con la resistencia de los due?os de restaurantes y s¨®lo un 10% de los perjudicados se atreve a denunciar la extorsi¨®n que sufren, seg¨²n la polic¨ªa. Entonces saltan a la luz casos como el secuestro durante seis d¨ªas del hijo de un empresario chino de Getafe que se neg¨® al chantaje en 1992 o el apu?alamiento de un empresario del restaurante chino Tian An Men (en 1993) y la misteriosa explosi¨®n de gas que destroz¨® un a?o despu¨¦s el local situado en la calle del Doctor Esquerdo.

Los extorsionadores asesinaron en 1994 a una mujer de 32 a?os que resid¨ªa en Madrid, donde sus familiares pose¨ªan un establecimiento hotelero. El cad¨¢ver de la v¨ªctima fue hallado descuartizado dentro de una maleta en la estaci¨®n de ferrocarril de Ir¨²n (Guip¨²zcoa).

Un a?o despu¨¦s, dos chinos se presentaron en otro negocio oriental y advirtieron de que cortar¨ªan una mano al patriarca de la familia si no entregaba dos millones de pesetas. Y en 1997 se encontr¨® a otro empresario de Legan¨¦s muerto a cuchilladas.

El hallazgo del empresario asesinado de Alcal¨¢ vuelve a alertar a la polic¨ªa de una escalada violenta de la mafia oriental. Los agentes han lanzado este a?o una campa?a, en colaboraci¨®n con la Embajada china, para animar a los empresarios extorsionados a presentar denuncia.

El hermetismo de la comunidad china dificulta enormemente el trabajo policial. La ley del silencio se impone entre sus miembros. No obstante, hay ocasiones en las que, como ayer, incluso para la m¨¢s secreta sociedad criminal resulta imposible ocultar un cad¨¢ver.