MOGOLL?N AMOROSO
- Habitaci¨®n se escribe con h. Hola. Mart¨ªnez. Eivissa. Ibiza. Llamo a un amigote. Le digo que me saque por ah¨ª. M¨¢s o menos con estas palabras. Hola. Mart¨ªnez. Eivissa. Ibiza. No nos conocemos de nada, pero tr¨¢teme como un amigote y s¨¢queme por ah¨ª. El desconocido a quien llamo se comporta como un amigote y me saca por ah¨ª. Se inicia as¨ª este nuevo cap¨ªtulo de En busca del mogoll¨®n, o el secreto est¨¢ en la masa, que lleva por subt¨ªtulo El amigote desconocido. Se trata de, como viene siendo la norma de esta firma, una superproducci¨®n. De hecho, he hecho acopio de medios para escribir estas l¨ªneas y vencer las dificultades. Dificultades: a) habitaci¨®n cutre de hotel en la que b) el anterior hu¨¦sped/a, que ten¨ªa un vello p¨²bico notoriamente grueso, se cort¨® las u?as de los pies al parecer con c) unos alicates. Mientras escribo esto, d) un animador incita a los usuarios de este hotel -obreros/clase media o/y spice-girls que crecieron a lo ancho; todos de Manches-ter- a bailar La bomba. Previamente les ha invitado a e) hacer areobic con La bomba y f) aquagym con La bomba. Lo peor vendr¨¢ despu¨¦s, cuando g) el cu?ado del animador aparezca con un cassio y toque con el ¨®rgano La bomba y diga come on everybody. En momentos as¨ª uno agradece la compa?¨ªa de esa simp¨¢tica familia de cucarachas de Manchester con la que comparto abitaci¨®n. Vaya, la cucaracha peque?a, que est¨¢ en todo, me dice que escriba habitaci¨®n con h. Es un solete. Esta ma?ana me ha cedido su turno en el lavabo. Si lo gestiono bien, aqu¨ª hay rollete. Dec¨ªa que quedo con el amigote desconocido. - ?El ¨²nico fruto del amor en Ibiza es, snif, la banana? El amigote me lleva a ver ambiente gay. Aunque en Ibiza la cosa no est¨¢ muy diferenciada. Todo el mundo va a su bola, si bien la isla es centro de atracci¨®n homosexual planetario, una mezcla de Port Aventura y public school brit¨¢nica. Cuando el mogoll¨®n viaja tiende a viajar para hacer s¨®lo una cosa. A Ibiza o a Cuba. De ello se desprende que, el resto del a?o, la vida consiste en muy pocas cosas. En la f¨¢brica o en la oficina. Bueno. Las calles est¨¢n repletas de se?ores vestidos del mudito de Muerte en Venecia, se?ores cuadrados, se?ores vestidos de marinero de Querelle, la peli de Fassbinder, y de se?ores con barriguita que se parecen a Fassbinder. El ¨²nico se?or con bigote Village People en esta isla que posiblemente no haya venido a por mixed emotions es Aznar, que en el momento de mi visita est¨¢ practicando el yachting y, probablemente, el vomiting, en el barco de Matutes por las costas Pit?uses. Aunque, al parecer, el viaje durar¨¢ varios d¨ªas, un barco es estrecho y el roce hace el cari?o. El amigote me lleva por las calles de Ibiza, Patrimonio de la Humanidad. Una ciudad bell¨ªsima. Vamos a ver amigotes suyos que tienen un bar. El bar est¨¢ en la calle que es el epicentro del tema. El epicentro del tema son se?ores sentados en terrazas, que se miran entre ellos para, posteriormente, cambiar r¨¢pidamente la direcci¨®n de sus ojos. Parece el III Congreso Planetario de Agentes Secretos. Por el medio de la calle estrecha circula Ibiza. Matrimonios clase media que se han dejado caer por aqu¨ª para ver homosexuales -no pueden tardar en aparecer Hillary Botella y Jose Mari-, gente que traslada su cuerpo de un local a otro y los animadores de las discotecas, un colectivo extra?o. Son j¨®venes de todas las razas que se pasan la noche convocando al personal para que visite la disco que les ha contratado. Van vestidos en plan visite-piso-piloto. Tanto que en ocasiones no van vestidos. En un momento dado, veo a una de las dos o tres chicas m¨¢s bellas de la tierra. Viste con unos zapatos de tac¨®n y con unos gramos de pintura, que se ha dispuesto por su cuerpo con aer¨®grafo. Sobre sus manos lleva un estandarte en el que se lee Amnesia. Por un momento creo que se trata de una met¨¢fora, o de una mani que exige, de una vez por todas, la amnesia total. Cuando voy a ponerme a la cola me comunican que Amnesia es una disco, pollo. La vida, en fin, tiene esos altibajos.
- Las islas y los sentimientos que no son aislados. Hablamos de la vida con los amigotes desconocidos del amigote desconocido. No son de Ibiza. Nadie es de Ibiza. Alguno es de un pueblo enano de la Pen¨ªnsula. Se fueron del pueblo. Cuando llegaron a Ibiza se dieron cuenta de que hab¨ªan salido del pueblo por piernas. En Ibiza se buscaron la vida. Algunos est¨¢n en el d¨®lar. En Ibiza hay una emergente clase empresarial homosexual. Utilizan el dinero de una manera diferente a como lo hubieran utilizado en su pueblo. Son felices. En ocasiones, en alg¨²n bar de carretera de la Pen¨ªnsula, ve¨ªa ?Qui¨¦n sabe donde? En los bares de carretera, la gente que ve¨ªa ese programa lo miraba con cierto miedo. Bueno. A m¨ª me sorprend¨ªa que muchos de los evadidos encontrados se hubieran ido a una isla. Llegu¨¦ a suponer que ten¨ªan el anhelo de ser, por fin, una isla. La vida en los pueblos peninsulares puede ser absolutamente un infierno de dimensiones continentales. Acaba la noche. Me voy a cambiar el agua a las cucarachas. Me despido del amigote desconocido. No s¨¦ si es homosexual. Se trata de eso. Ma?ana me voy a liarla. Igual le pido a Melanie, mi cucaracha, que se apunte.
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