El Castelldefels de Guinovart
A Josep Guinovart le une una especial relaci¨®n con Castelldefels. Vive y trabaja, desde hace a?os, en la poblaci¨®n del Garraf. Concretamente, a dos kil¨®metros de la playa. ?l mismo lo explica en la presentaci¨®n del cat¨¢logo de una exposici¨®n que se puede visitar hasta el 31 de agosto en la sala L'Estaci¨® (Plaza de la Estaci¨®, 2-3, Castelldefels).Es la misma muestra de 13 obras que se pudo visitar en la Maison de la Catalogne de Par¨ªs la pasada primavera. En ella, Guinovart (Barcelona, 1927) recrea con t¨¦cnicas diversas, siempre sobre el soporte de la madera, su visi¨®n del mar que jalona la costa de la poblaci¨®n costera y que conoci¨® con s¨®lo ocho a?os.
Son un mar y una playa que quiz¨¢ no son como el pintor hubiera deseado. Guinovart recuerda en el mismo texto ese viejo proyecto del GATCPAC que en 1934 propon¨ªa reconvertir el perfil tanto de Barcelona como de sus alrededores, dejando a Castelldefels como un lugar de reposo. "El drama de la Guerra Civil trunc¨® definitivamente el proyecto", escribe el artista.
Sin embargo, no ha dejado de acudir repetidamente a jugar con la arena y a contagiarse de la energ¨ªa del mar, que le ha servido de fuente de inspiraci¨®n. Los cuadros de esta muestra son la traducci¨®n pl¨¢stica de esta atracci¨®n, de su observaci¨®n de los contraluces, de las figuras que se mueven en la l¨ªnea que separa la arena del mar. En definitiva, pinturas como El cargol perdut, L'ombra de l'amor, Gos cridant a la lluna o Mirada a l'hivern hablan de los "grandes espacios, de soledades que, como en el desierto, te llevan a la reflexi¨®n y al interior de tus cosas".-
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