La ley de Cajas puede y debe aplicarse

El acuerdo del Tribunal Constitucional de dejar en suspenso ¨²nicamente los art¨ªculos de la ley andaluza de Cajas referidos a CajaSur supone un fracaso en la estrategia del PP de bloquear la aplicaci¨®n de la misma. El argumento de la que la ley estaba recurrida, y por tanto no era de aplicaci¨®n, se ha ca¨ªdo. Tambi¨¦n carece de fundamento la pretensi¨®n de que es necesario un reglamento para hacer los estatutos de las cajas. Cualquiera que haya le¨ªdo la ley lo puede verificar. Es m¨¢s, muchos de los que hoy exigen un reglamento criticaron la ley en su d¨ªa por ser demasiado "reglamentista".As¨ª las cosas no cabe otra salida que la de aprobar los estatutos cuanto antes. Y esto puede y debe hacerse desde la mayor¨ªa pol¨ªtica y social que en su d¨ªa aprob¨® la ley. Si el PP desiste de su estrategia de bloque, bienvenido sea. Pero si no lo hace, habr¨¢ que seguir adelante sin ¨¦l, aunque s¨®lo sea por higiene democr¨¢tica.

Porque lo que nadie parece tener en cuenta, ni el PP ni los sectores rebeldes de las asambleas de las cajas, y, a tenor de sus declaraciones a Canal Sur Radio, ni siquiera el propio presidente del Parlamento de Andaluc¨ªa, es que lo que se est¨¢ bloqueando es la aplicaci¨®n de la soberan¨ªa popular. La afirmaci¨®n de que ¨¦sta es una de las normas m¨¢s importantes de la autonom¨ªa andaluza, no es balad¨ª. Se trata de ejercer la capacidad pol¨ªtica democr¨¢tica que Andaluc¨ªa conquist¨®. Esto choca con los grandes poderes establecidos, como en su d¨ªa ocurri¨® con la Ley de Reforma Agraria. No nos podemos permitir que se reproduzca el fiasco.

La aplicaci¨®n efectiva de la ley es condici¨®n necesaria para contar con un sector financiero andaluz propio. Pero no suficiente. Hay que avanzar en la integraci¨®n de las cajas. Para ello, habr¨ªa que empezar a debatir un proceso viable de fusiones que aparcara de momento el caso de CajaSur. En un primer momento se podr¨ªa llegar a dos o tres cajas laicas y a un mecanismo de coordinaci¨®n, en la l¨ªnea de la entidad financiera com¨²n que se plante¨® en su d¨ªa. Lo primero est¨¢ bastante claro y no es necesario explicitarlo m¨¢s. Lo segundo, es igualmente importante y deber¨ªa empezar a discutirse. La Federaci¨®n Andaluza de Cajas puede ser el ¨¢mbito apropiado. Pero se trata de un proyecto pol¨ªtico con hondas repercusiones. Debe dise?arse tambi¨¦n con las fuerzas pol¨ªticas y los agentes sociales.

Por ¨²ltimo, es tambi¨¦n necesario discutir y alcanzar acuerdos sobre los objetivos de este sector financiero andaluz propio que se quiere construir. No se trata de llegar a un megabanco porque ahora est¨¦ de moda. Se trata de contar con una herramienta financiera ¨²til para el desarrollo econ¨®mico y social andaluz, en unos momentos en que la globalizaci¨®n est¨¢ creando un poder financiero aut¨®nomo comprometido ¨²nicamente con los beneficios a corzo plazo y desvinculado de la econom¨ªa real. La aplicaci¨®n de la ley debe ser el primer paso para introducir la democracia y los intereses generales en una parcela en la que hoy s¨®lo manda el mercado, es decir, el inter¨¦s privado de los poderosos.