Un secuestro por la fe
Uno de los episodios que m¨¢s han dado que hablar de P¨ªo IX es el llamado caso Mortara. La historia del peque?o Edgardo Mortara, nacido en el seno de una familia jud¨ªa de Bolonia, que fue secuestrado por orden papal y educado a la fuerza en el cristianismo. El ni?o hab¨ªa estado muy enfermo y una de las sirvientas cat¨®licas de la familia lo hab¨ªa bautizado a escondidas. Cuando lo intent¨® con otro hermano de Edgardo, la familia lo descubri¨® y se lo impidi¨®. Pero el suceso hab¨ªa trascendido, hasta el punto de que en 1858 el Papa orden¨® que el ni?o fuera trasladado a Roma y educado en la fe cristiana. Bolonia formaba parte de los Estado Pontificios y P¨ªo IX era la m¨¢xima autoridad pol¨ªtica y religiosa. El caso levant¨® una gran polvareda internacional, pero el pont¨ªfice no se dej¨® persuadir por la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica. Defendi¨® hasta el final el deber de la Iglesia de educar cristianamente al peque?o Mortara, quien, al final, reneg¨® del juda¨ªsmo, de su propia familia y se hizo sacerdote. Ni siquiera en los ambientes cristianos fue un¨¢nime la defensa de la actitud del Papa. "Para los jud¨ªos de todo el mundo, el caso Mortara se convirti¨® en un s¨ªmbolo, en el emblema de la intolerancia que la Iglesia hab¨ªa mostrado a lo largo de los siglos", explica el historiador David I. Kertzer, autor de un libro sobre el rapto del peque?o Mortara que ha tenido gran difusi¨®n en Estados Unidos.
El historiador cree, no obstante, que ser¨ªa err¨®neo juzgar al Papa por ese ¨²nico caso. "El problema es que P¨ªo IX reforz¨® al final las leyes discriminatorias contra los jud¨ªos en Italia", afirma.
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