Milicias proindonesias matan en Timor a cuatro funcionarios de la ONU

El resurgimiento de la violencia en Timor ensombreci¨® ayer la inauguraci¨®n de la Cumbre del Milenio. Una turbamulta encabezada por milicias proindonesias incendi¨® el edificio de Naciones Unidas en Atamb¨²a y apale¨® hasta la muerte al menos a cuatro funcionarios extranjeros del Alto Comisariado para los Refugiados (ACNUR). El secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidi¨® un minuto de silencio por los fallecidos, y el presidente norteamericano, Bill Clinton, exigi¨® a Indonesia el fin de la violencia y la intimidaci¨®n.

Un a?o despu¨¦s del refer¨¦ndum para la independencia de Timor Oriental, las milicias proindonesias volvieron a sembrar el terror en la isla. Una multitud enfurecida y encabezada por los paramilitares incendi¨® la sede del ACNUR en Atamb¨²a, en el ¨¢rea occidental de la isla y junto a la frontera con Timor Oriental, donde a¨²n permanecen millares de refugiados que, bajo tutela de la ONU, conf¨ªan en el pr¨®ximo traslado a sus hogares. M¨¢s de 100.000 timorenses orientales a¨²n se encuentran retenidos en diversos campos. Al parecer, como consecuencia del asesinato de un miliciano, los paramilitares proindonesios organizaron una violenta protesta que acab¨® con el apaleamiento hasta la muerte de cuatro funcionarios extranjeros del ACNUR, varios desaparecidos y decenas de heridos, as¨ª como la destrucci¨®n del edificio de la ONU y el incendio de varios veh¨ªculos. Los cuerpos de los fallecidos (un somal¨ª, un puertorrique?o, un bosnio y una cuarta v¨ªctima sin identificar) fueron posteriormente quemados entre la algarab¨ªa de la multitud.

Los responsables del ACNUR en Timor Occidental calificaron la situaci¨®n de "ca¨®tica y explosiva", mientras fuerzas del Ej¨¦rcito indonesio, al parecer, trataban de restablecer el orden en la zona, donde se han refugiado desde el citado refer¨¦ndum centenares de milicianos opuestos a la independencia de la ex colonia portuguesa.

Uno de los responsables del ACNUR en Timor Occidental, Jack Morland, inform¨® de que 54 funcionarios de diversas organizaciones humanitarias fueron trasladados desde Atamb¨²a a Timor Oriental, mientras las fuerzas de paz de Naciones Unidas esperaban autorizaci¨®n indonesia para entrar en la zona occidental y ayudar en las labores de rescate.

El primer ministro portugu¨¦s, Ant¨®nio Guterres, se entrevist¨® a primera hora de ayer en Nueva York con el presidente indonesio, Abderrahman Wahid, quien le garantiz¨® el inmediato traslado a la zona de "dos batallones de confianza" para resolver la situaci¨®n. Los refugiados timorenses y los responsables de las organizaciones humanitarias vienen denunciando desde hace tiempo el clima de terror e intimidaci¨®n que sufren en Timor Occidental por parte de las milicias proindonesias sin que el Ej¨¦rcito de Yakarta tome las debidas precauciones para frenar esa situaci¨®n.

Las milicias, con la ayuda del Ej¨¦rcito indonesio, han impedido el regreso a Timor Oriental de millares de refugiados, que fueron obligados a abandonar sus hogares tras el refer¨¦ndum para la independencia de la ex colonia portuguesa. Precisamente anteayer el primer ministro portugu¨¦s y el presidente indonesio decidieron convocar una pr¨®xima cumbre en Yakarta, junto con las autoridades de Australia y Timor Oriental, para resolver los problemas en el territorio. Las acciones violentas de las milicias se han reducido considerablemente desde el despliegue por todo el territorio de la fuerza multinacional de paz, pero a¨²n provocan incidentes aislados junto a la frontera. Cruzan, atacan y regresan a sus bases en el ¨¢rea occidental de la isla sin el m¨¢s m¨ªnimo control por parte del Ej¨¦rcito indonesio.

La noticia de los asesinatos ensombreci¨®, sin duda, el inicio de la Cumbre del Milenio en Nueva York. El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, decret¨® un minuto de silencio por los fallecidos y ensalz¨® la labor de sus funcionarios por todo el mundo, mientras el presidente de EE UU, Bill Clinton, exigi¨® a Wahid el fin inmediato de la violencia y la intimidaci¨®n en todo Timor.