M¨¢s de 100.000 refugiados se quedan sin la protecci¨®n de la ONU en Timor Occidental

Los funcionarios de Naciones Unidas y diversas organizaciones humanitarias abandonaron ayer Timor Occidental, hasta que las autoridades indonesias garanticen el orden y la seguridad en la zona, despu¨¦s de que las milicias proindonesias asesinaran el mi¨¦rcoles al menos a cinco empleados de la ONU. M¨¢s de 100.000 refugiados esperan, ahora desamparados, su regreso a Timor Oriental. El vicepresidente de la resistencia timorense y premio Nobel de la Paz, Jos¨¦ Ramos-Horta, exigi¨® la adopci¨®n de sanciones contra Indonesia si el Gobierno de Yakarta no restablece el orden en la isla.

La responsable del Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Sagato Ogata, anunci¨® en la madrugada de ayer la evacuaci¨®n "completa" de todos los funcionarios de la ONU en Timor Occidental ante la ausencia de las m¨ªnimas condiciones de seguridad para los empleados de las organizaciones humanitarias. Ogata calific¨® el ataque como una aut¨¦ntica "caza al hombre, ante la pasividad del Ej¨¦rcito indonesio", que concluy¨® con, al menos, seis muertos (tres funcionarios extranjeros y dos locales y un cuarto extranjero a¨²n por identificar), tres heridos graves, dos desaparecidos y un grupo de empleados dispersos por varios lugares. El cuarto extranjero, al parecer de Malaisia, fue sacado de un hotel y quemado vivo entre la euforia de la turbamulta. Los otros cinco fueron asesinados a golpes y machetazos antes de quemar sus cuerpos. [Una de las v¨ªctimas, el trabajador puertorrique?o del ACNUR Carlos C¨¢ceres, consigui¨® informar a un amigo de la inminencia del ataque mediante el correo electr¨®nico, seg¨²n Efe. "Las milicias est¨¢n en camino y estoy convencido de que har¨¢n lo que puedan para demoler esta oficina. Nos sentamos aqu¨ª desarmados, aguardando a que la ola golpee", escribi¨® C¨¢ceres].Fuentes del ACNUR informaron ayer de que m¨¢s de 200 funcionarios de la ONU y diversas organizaciones humanitarias fueron evacuados urgentemente de Timor Occidental y ya se encuentran en la isla de Bali y en Dili, la capital de Timor Oriental. No obstante, el dirigente del ACNUR Bernard Kerblat expres¨® su profunda preocupaci¨®n por la suerte de los refugiados y las familias de los empleados locales de la ONU, que est¨¢n siendo perseguidas y amenazadas por las milicias proindonesias. Kerblat denunci¨® la violencia "indiscriminada e injustificable contra civiles inocentes que est¨¢n desarrollando labores humanitarias" a manos de "grupos de bandidos, porque no tienen otro nombre". El portavoz del ACNUR en Ginebra, Kris Janowski, responsabiliz¨® a las autoridades indonesias del caos en la zona y explic¨® que no reanudar¨¢n sus actividades "hasta que no se produzca una alteraci¨®n significativa en materia de seguridad".

Tras el refer¨¦ndum para la independencia de Timor Oriental, las milicias proindonesias, en colaboraci¨®n con el Ej¨¦rcito de Yakarta, desencadenaron una salvaje oleada de violencia en la antigua colonia portuguesa que concluy¨® con centenares de muertos, decenas de desaparecidos, la destrucci¨®n completa del territorio y m¨¢s de 250.000 deportados al ¨¢rea occidental de la isla. Tras la llegada de la fuerza multinacional, las milicias se refugiaron en Timor Occidental, bajo la cobertura y protecci¨®n de los militares de Yakarta. Los m¨¢ximos responsables de esas masacres contin¨²an protegidos por el Ej¨¦rcito y al margen de las investigaciones judiciales en curso. Durante todo este a?o, las bandas paramilitares han seguido su campa?a de intimidaci¨®n sin que las autoridades lo hayan impedido.

El responsable de la ONU en Timor Oriental, el brasile?o Sergio Vieira de Mello, reclam¨® ayer "el desarme y la neutralizaci¨®n de las milicias" ante lo que calific¨® de "crimen contra la humanidad". "El asesinato de soldados de la ONU y de personal humanitario", dijo, "es un crimen de proporciones internacionales. Calificarlo de lamentable es un eufemismo. Es un crimen contra la humanidad y contra la poblaci¨®n refugiada. Infelizmente, este caso confirma que el Gobierno indonesio ha perdido el control de la situaci¨®n. ?Creo que ya es hora de acabar con este monstruo de una vez por todas!".