Rivaldo resuelve en un santiam¨¦n

Embalado como ven¨ªa de la pretemporada, caliente como estaba, euf¨®rico como se sent¨ªa, el Bar?a entr¨® a saco en la Liga,tal que fuera el amo del mundo. Llegada la media hora ya ganaba y cinco minutos despu¨¦s hab¨ªa dado por resuelta la visita del M¨¢laga, como mandan los c¨¢nones, con dos grandes goles de Rivaldo, mucho juego y sobre todo pasi¨®n e ilusi¨®n entre la hinchada, abrazada a los futbolistas, que fueron y vinieron por la cancha como hac¨ªa tiempo que no se ve¨ªa. Todo sale de carrerilla en el nuevo Bar?a.No le cost¨® nada al equipo azulgrana entrar en el partido, pues el estadio, lleno como estaba, invitaba a jugar a f¨²tbol. La actividad fue febril en el primer tramo. Hasta once veces remataron a porter¨ªa los barcelonistas. La vitalidad del grupo result¨® incontenible para el M¨¢laga. Jug¨® el Barcelona con determinaci¨®n y confianza, subiendo y bajando, defendiendo y atacando, pr¨¢cticamente sin medio campo, una zona de tr¨¢nsito hoy en d¨ªa en el Camp Nou. La velocidad ha sustituido al juego de elaboraci¨®n y combinaci¨®n. No hubo lugar para la pausa.

Le falt¨® atenci¨®n al equipo en las jugadas de estrategia, pues Dar¨ªo Silva remat¨® por dos veces a la salida de un c¨®rner y en un fuera de banda, pero Dutruel estuvo r¨¢pido de manos y la zaga se sinti¨® acompa?ada, tanto que Frank de Boer pareci¨® m¨¢s futbolista que nunca, especialmente en cuanto a autoridad. Le ayud¨® el sentido t¨¢ctico de Cocu, un futbolista que le da equilibrio al grupo.

Para desequilibrar ya est¨¢ Rivaldo, especialmente activo, impecable en la ejecuci¨®n. El control en el primer gol y el remate en el segundo resultaron tan pl¨¢sticos como los gestos t¨¦cnicos de Alfonso, que despleg¨® un gran caudal de juego ofensivo tanto en ataque est¨¢tico como en movimiento. Tuvo el Barcelona un gran dinamismo. No pudo pararle el M¨¢laga, que ha perdido fiereza en ataque por la salida de Catanha y contundencia en defensa, m¨¢s vulnerable que el curso pasado.

Incluso Simao entr¨® por la banda derecha para meter un centro de gol que Rivaldo coron¨® de forma exquisita. El portugu¨¦s ha aparecido de golpe como un jugador interesante, descontrolado si se quiere, pero atrevido y con buena comba a juzgar por la forma como cae la pelota a los pies de los delanteros y de la segunda l¨ªnea.

Pese a la abundancia de conductores, de jugadores que no acostumbran a jugar de primera sino es para tirar una pared, el Barcelona tuvo una presencia ofensiva meritoria, por tratarse del estreno oficial de la temporada. El ritmo result¨® demasiado alto para el rival, un equipo que acostumbraba a tener un buen posicionamiento t¨¢ctico. Quiz¨¢ por la poca resistencia que opuso el M¨¢laga, el Bar?a no extra?¨® un dibujo in¨¦dito cuando tuvo el viento a favor. Actu¨® Gerard de Guardiola (lesionado), Rivaldo de Gerard y Alfonso de Rivaldo. Toc¨® muchas teclas el entrenador y, sin embargo, el colectivo barcelonista tuvo una buena fluidez en el juego y mucha llegada. Desbord¨® por igual por dentro que por fuera y alcanz¨® la porter¨ªa con frecuencia.

El primer tiempo result¨® tan liberador, para jugadores y seguidores, fue futbol¨ªsticamente tan fresco, que el segundo tramo supo a poco, pese a que el Bar?a mantuvo el inter¨¦s por el partido. Le falt¨®, sin embargo, creatividad y especialmente control de juego. No est¨¢ hecho el equipo para atemperar, enfriar la contienda, marcar el tempo, porque carece de jugadores que llenen el medio campo y de futbolistas con sentido de equipo, del juego colectivo.

Estaba el partido muy soso, plano, intrascendente, con Serra Ferrer anunciando la salida en escena de Iv¨¢n de la Pe?a para ambientar el ¨²ltimo tramo, cuando apareci¨® una pelota muerta en el ¨¢rea de Dutruel y Da Silva puso al M¨¢laga en el partido con un remate certero.

Apareci¨® entonces el Bar?a vulnerable y accesible. Los andaluces le quitaron la pelota y los azulgrana retrocedieron, perdieron su sitio en la cancha, tanto por los cambios como por el acoso del contrario. No lo pas¨® nada bien el Barcelona, pero al M¨¢laga le falt¨® un punto de atrevimiento y tambi¨¦n de calidad, para negociar un mejor resultado. La hinchada agradeci¨® el final del partido: pens¨® en una goleada y una derrota del Madrid y acab¨® aplaudiendo un triunfo m¨ªnimo y resign¨¢ndose con el remonte blanco.