Se esfum¨® el sue?o
Se acab¨® lo que se daba. La medalla deber¨¢ esperar al menos otros cuatro a?os. La victoria de Rusia ante Canad¨¢ ha adelantado un final que estaba m¨¢s que cantado. Una vez que todos los equipos han tenido tiempo suficiente para mostrar sus credenciales, Espa?a no ha demostrado poder¨ªo suficiente para estar en la lucha por los metales. Simplemente se ha adelantado un poco el momento de ver esfumarse el gran sue?o del baloncesto espa?ol. Un sue?o que ahora se antoja poco acorde con la realidad. Ante Yugoslavia, como ocurri¨® frente a Rusia y Canad¨¢, certific¨® la distancia que le separa de los aspirantes.Normalmente lo que diferencia los buenos de los grandes equipos radica en los detalles. Esas jugadas, esos momentos en los que unos sacan lo mejor de s¨ª mismos mientras los otros pican en piedra. No siempre suponen grandes diferencias en el marcador, pero dejan a salvo la cuesti¨®n principal: la victoria. Hasta la mitad del segundo tiempo, parec¨ªa que el err¨¢tico comportamiento de Yugoslavia y lo metido que estaba Espa?a en el partido invitaba a elucubrar con una sorpresa ante el actual campe¨®n del mundo. Pero llegada la hora de dar un paso adelante, los ¨²nicos que lo dieron fueron los yugoslavos, especialistas en estos menesteres. Es cuando Danilovic, que ten¨ªa el punto de mira desenfocado, dice aqu¨ª estoy yo. Es cuando Bodiroga decide dejar su aire cansino, pide el bal¨®n, lo reparte o se mete hasta la cocina para dejar detalles de su enorme talento.
No hay motivos para excesivos reproches al equipo. Han hecho lo que han podido y dudo que variando hombres y t¨¢cticas (salvo el d¨ªa de Rusia con la tard¨ªa puesta en acci¨®n de Lopez, Navarro y Rogers) el resultado hubiese sido diferente. El subcampeonato europeo del a?o pasado (no olvidemos que fue conseguido gracias a una carambola) hab¨ªa hecho concebir grandes esperanzas. Tan grandes como excesivas.
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