Los jueces anulan una multa municipal de 25.000 pesetas por orinar en un parque
"Cacas de perros"
Ser incontinente en la micci¨®n puede acarrear un serio problema con el Ayuntamiento de Madrid, o, cuando menos, un pleito; es lo que le ha pasado a un adolescente madrile?o, David T., al que un agente municipal sorprendi¨® en 1996 mientras orinaba en el parque del Oeste de Madrid.Cuando vio al guardia que anotaba su nombre y direcci¨®n, el muchacho no crey¨® que la cosa fuese tan en serio como se vislumbraba en el rostro del agente. Tom¨® conciencia del l¨ªo en el que se hab¨ªa metido un a?o despu¨¦s, al ver que el propio alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, firmaba un decreto en el que le impon¨ªa 25.000 pesetas de multa "por un acto indecoroso", regulado por una ordenanza franquista aprobada en 1948, a¨²n en vigor, que tambi¨¦n permite a los agentes municipales multar a las prostitutas de la Casa de Campo.
Al ver que el l¨ªo crec¨ªa y que resultaban vanos los escritos que su padre envi¨® al Ayuntamiento pidiendo la revocaci¨®n de la multa, el joven y su progenitor acudieron a los tribunales alegando la carencia de dolo en su acci¨®n. S¨®lo fue una incontinencia. El Tribunal Superior le ha dado la raz¨®n y ha anulado la multa de 25.000 pesetas que le impuso el polic¨ªa y luego ratific¨® el regidor madrile?o.
Para sancionar por indecorosa la micci¨®n de un menor en un parque, afirma el Tribunal Superior, el "atento agente" que la impuso debi¨® haber mostrado igual celo al describir el hecho en el atestado, pero no fue as¨ª; es decir, debi¨® indicar en la denuncia d¨®nde orin¨® exactamente el menor, si hubo o no ciudadanos que se sintieran molestos por tal acci¨®n y si pudo o no aguantarse y acudir a alg¨²n "evacuatorio p¨²blico" cercano. "(...) El agente observ¨® dicha conducta y la denunci¨®, mas olvid¨® y omiti¨®, sin embargo, describir los datos que pudieran hacer constatar si el acto en cuesti¨®n era recatado y si el decoro resultaba da?ado; por ello, procede anular el acto administrativo recurrido".
La sentencia que anula la multa, ponencia del magistrado Juan Francisco L¨®pez de Hontanar S¨¢nchez, cuestiona, en primer lugar, la validez de la ordenanza que la tipifica, de 1948. La pol¨¦mica micci¨®n tuvo lugar "al atardecer del viernes 28 de Junio de 1996, concretamente a las nueve de la noche, en el parque del Oeste de Madrid".
La ordenanza del decoro no sirve para estos tiempos, seg¨²n los jueces
Los jueces ironizan sobre el celo del polic¨ªa que redact¨® el escueto pero incisivo atestado. Al respecto, aseguran que en las v¨ªas p¨²blicas de la ciudad de Madrid se cometen a diario otras acciones que, si bien "no afectan al decoro, si lo hacen a la salud p¨²blica, y en lugares donde adem¨¢s la concurrencia de ni?os de corta edad es cotidiana, cual es la de perseguir a los due?os de los canes que con todo pundonor y honestidad permiten que sus animales defequen en las praderas y caminos". Interpreta el Tribunal Superior que las denuncias sobre estas defecaciones "deben ser escasas, o su sanci¨®n aceptada de grado por sus destinatarios", ya que son "pocos los recursos que de dicha materia ha conocido este Tribunal".La tenacidad de su padre ha salvado a David de la multa. Menos suerte tuvieron los ni?os de la canci¨®n de V¨ªctor Manuel, a los que un guardia sancion¨® con dos pesetas de la ¨¦poca cuando acudieron a Gij¨®n para conocer el mar y, apabullados ante tanta agua, fueron sorprendidos orinando sobre la arena.
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