El papel de Serra Ferrer
De cuanto ha acontecido en el inicio del campeonato sorprende el papel del Bar?a, estruendoso en la victoria y en la derrota. A dos buenos partidos, frente al M¨¢laga y el Leeds, siguieron dos derrotas sangrantes en San Mam¨¦s y Estambul y un triunfo apurado contra el Racing. Pese a la variedad del marcador, ha habido detalles en el equipo que se han venido repitiendo y, en alg¨²n caso, agravando: concede muchas ocasiones de gol y no gobierna los partidos, de manera que el f¨²tbol se sucede en las dos ¨¢reas. La divisoria es un lugar de paso, y no de control del juego, de transici¨®n arm¨®nica o sincronizada, de pausa, deficiencia que obedece a la ausencia de medios que llenen la cancha y de un futbolista que marque los tiempos de juego.Al Barcelona le han hecho mucho da?o las lesiones de Guardiola y Cocu, por no recordar la ausencia de Luis Enrique, o las bajas de los ol¨ªmpicos Xavi y Gabri, al margen del traspaso de Ronald de Boer, un jugador muy interesante, por vers¨¢til y porque se presentaba como una alternativa para Sim?o. El portugu¨¦s es hoy un jugador sobredimensionado, quiz¨¢ porque la hinchada quiere olvidarse de Figo y har¨¢ lo imposible por hacer ver que no le a?ora ni necesita. Sim?o ha completado buenos partidos en el estadio, pero no es un futbolista s¨®lido ni se ha ganado la bula de Rivaldo.
Uno por uno, el Bar?a tiene jugadores de muy buen ver, especialmente vistosos por sus gestos t¨¦cnicos, capaces de decidir por su cuenta o de pintar un segundo tanto como el que le marcaron al Racing. Los goles expresan en esta ocasi¨®n la capacidad de los futbolistas para recrearse en el campo con la anuencia del t¨¦cnico.
Quiz¨¢ porque el equipo viene de una dictadura t¨¢ctica, Serra Ferrer ha incidido en asuntos opuestos, como la libertad del futbolista y, sobre todo, en crear el ambiente para que se pueda jugar a f¨²tbol sin miedo. El t¨¦cnico deja hacer, se deja llevar y procura no molestar, como si quisiera contentar a la grada. La actitud del entrenador ha sido muy bien recibida, sobre todo porque se le ten¨ªa por una persona dif¨ªcil de tratar. Hecha la mitad de la faena, le queda, sin embargo, la otra parte: darle consistencia, fiabilidad y sentido al equipo. Necesita el Bar?a de un trabajo t¨¢ctico para evitar que se parta por la mitad. Con insistencia, da la sensaci¨®n de ser un equipo desequilibrado, con poco juego de posici¨®n y una alarmante descompensaci¨®n entre el recorrido que cubren los dos extremos respecto a los media punta. Hay veces incluso que para que puedan jugar todos, hay futbolistas que se repiten, como Iv¨¢n, Rivaldo o Gerard, y le dan al plantel un ritmo de juego lento.
El equipo necesita hilo y aguja, para evitar que se rasgue. Faena para la que, al fin y al cabo, est¨¢ el entrenador. Respecto a Serra Ferrer, hab¨ªa dudas sobre su car¨¢cter, pero siempre se le consider¨® un buen t¨¦cnico, por la herencia que dej¨® en el Mallorca y en el Betis, as¨ª que ahora le toca ejercer de lo que ya sabe una vez que ha demostrado ser valido para lo que hab¨ªa dudas. O, en caso contrario, la gente pensar¨¢ que act¨²a contra natura.
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