Kipketer se inclina por fin
El alem¨¢n Schumann, sorprendente ganador del 800 en el que Borzakovskiy no aguant¨® la presi¨®n
El aire se par¨®, el calor se concentr¨® en una vaharada que invadi¨® la pista. Por primera vez no hac¨ªa fr¨ªo, no soplaba el viento. El mundo se preparaba para el alumbramiento de una nueva estrella y acab¨® descubriendo a un alem¨¢n duro como el pedernal, joven y con la resistencia potente necesaria para convertirse en el nuevo rey de los 800; la prueba que era, desde hace cinco a?os, el coto privado de un dan¨¦s nacido en Kenia, Wilson Kipketer, el rey destronado de ayer.Tuvieron que pasar muchas cosas para que Kipketer, el hombre que borr¨® a Sebastian Coe del libro de r¨¦cords, no pudiera ganar el t¨ªtulo ol¨ªmpico en una carrera que termin¨® con un desaforado sprint, con siete de los finalistas desplegados por cinco calles, con siete terminando metidos en el pa?uelo de un segundo, con los tres primeros separados por ocho cent¨¦simas.
Tuvo que pasar un a?o desde que Sepeng, el surafricano, colocara al habitualmente imbatible Kipketer en el brete m¨¢s grande de su carrera durante la final del Mundial de Sevilla: s¨®lo un esfuerzo sobrehumano del dan¨¦s le permiti¨® ganar por un silbido su tercer Mundial consecutivo. Aquel sufrimiento anunci¨® la decadencia, las sucesivas derrotas que le llegaron a Kipketer ya a los 27 a?os.
Pasaron 12 meses y se multiplicaron los pretendientes. Del Este llegaron dos estrellas fulgurantes. A uno, al alem¨¢n Schumann, de 22 a?os, se le ve¨ªa venir desde el Europeo de Budapest 98. Sus 1,92 metros, su potencia y capacidad para mantener una elevada velocidad en los ¨²ltimos 300 metros le anunciaban como un prototipo de lo que dar¨ªa el futuro. El otro, el ruso Yuriy Borzakovskiy, de 19, un ser genial que llegaba para confirmar que el atletismo es el terreno de los hombres m¨¢quina.
El lunes, el ruso corri¨® una de las semifinales de 800 m¨¢s extraordinarias que se recuerdan. Borzakovskiy fue el ¨²ltimo todo el tiempo, pero no pegado al pen¨²ltimo, ni siquiera a un par de metros: cinco, diez metros en los primeros 600 regal¨® la noche del lunes el ruso a los otros siete. Luego hizo unos ¨²ltimos 200 tan supers¨®nicos que nadie, ni sus rivales, pudo adivinar de donde hab¨ªa salido.
Lleg¨® la final, el mundo aguant¨® la respiraci¨®n pendiente de Borzakovskiy y descubri¨® a Schumann. El ruso se traicion¨®. No supo qu¨¦ hacer. Empez¨® lento, por detr¨¢s, pero se arrepinti¨® enseguida. Hizo los 400 primeros metros (53s marc¨® el primero, el italiano Longo) el ¨²ltimo, pero pegado al s¨¦ptimo. Llegado el 500, al comienzo de la contrarrecta, nervioso e incontenible, ya empez¨® a cambiar de ritmo. Yendo, como iba, la carrera lanzada, lo ¨²nico que logr¨® fue agotarse y simplemente colocarse tercero. Por delante ya el alem¨¢n, el maestro del sprint sostenido, controlaba. Lleg¨® la ¨²ltima recta, el esperado ataque a la desesperada, surgiendo desde atr¨¢s, de Kipketer, hasta entonces escondido. Lleg¨® el esperado ataque, pero tambi¨¦n se dio el inesperado aguante de Schumann, el hundimiento final del ruso, el inexperto, la fulgurante, e insuficiente, llegada del argelino, el r¨¢pido. Lleg¨® el cambio de r¨¦gimen en los 800.
"Y ahora", confes¨® el alem¨¢n, "s¨®lo me apetece tomar un par de cervezas con mi novia. Hace dos meses que no bebo ni una gota".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.