Los fil¨®sofos afirman que el pensamiento espa?ol se crea en las novelas
Savater: "Lo importante no es el idioma en que se hable, sino que nadie eche rugidos"
Ning¨²n fil¨®sofo espa?ol ha creado un gran sistema como pudo hacerlo Kant, pero se pueden rastrear iluminaciones esplendorosas en la literatura, empezando por Cervantes, o en la filosof¨ªa que se publica en los peri¨®dicos, fuera de los gabinetes acad¨¦micos. En este punto concidieron, con matices, los ponentes de la segunda sesi¨®n del coloquio El futuro habla espa?ol, que organiza el pabell¨®n espa?ol de la feria de Hannover y se celebra en G?ttingen.
Fernando Rodr¨ªguez Lafuente, director del Instituto Cervantes, abri¨® el debate El espa?ol como lengua de pensamiento recordando la cruel pregunta de un ilustrado franc¨¦s: ?Qu¨¦ les debemos a los espa?oles? No menos contundente era Heidegger cuando sosten¨ªa que no es posible hacer pensamiento en espa?ol, convencido de que s¨®lo el griego y el alem¨¢n son aptos para la filosof¨ªa, cuyas construcciones no admiten ni tan siquiera la traducci¨®n. Una opini¨®n que parec¨ªa respaldar Zubiri.
El ensayista Ignacio Sotelo cont¨® su visita al fil¨®sofo para preguntarle, cuando ten¨ªa 18 a?os, qu¨¦ deb¨ªa hacer para ser fil¨®sofo. "Estudie griego y alem¨¢n y mientras tanto lea alguna historia de la filosof¨ªa", le recet¨® sin m¨¢s comentarios. Sotelo tambi¨¦n est¨¢ convencido de que un fil¨®sofo en sentido estricto no necesita leer espa?ol: "El espa?ol no es una lengua en que haya cuajado la filosof¨ªa". Dicho esto, suministr¨® el matiz: "Pero el pensamiento no se agota en la filosof¨ªa acad¨¦mica, se puede encontrar, y en Espa?a as¨ª sucede, en la literatura, en el ensayo y en los peri¨®dicos".
En los diarios, la filosof¨ªa, prosigui¨®, se democratiza en forma y contenidos. La c¨¢tedra invita al sistema y algunos trazos del pensamiento contempor¨¢neo (arraigo en lo cotidiano, ¨ªndole fragmentaria) resultan incomprensibles "si no tomamos en consideraci¨®n lo que se escribe en los peri¨®dicos". Las citas a Ortega, Unamuno y D'Ors le sirvieron a Sotelo para avalar esta tesis. Fernando Savater a?adi¨® otro nombre, el del periodista y pensador del XIX Mariano Jos¨¦ de Larra.
Savater tambi¨¦n viaj¨® a su pasado personal para explicar que, cuando empezaba a acudir a foros en el extranjero, se topaba con que mientras los dem¨¢s pod¨ªan abordar cualquier tema, ¨¦l, como espa?ol, ten¨ªa que hacer de espa?ol y hablar de temas espa?oles. Para ilustrarle sobre la idea que hab¨ªa de lo que se esperaba de un fil¨®sofo espa?ol, un colega extranjero le plant¨® una pregunta feroz: ?Ir¨ªas a ver a un torero alem¨¢n? Savater considera que ya se ha roto con este lastre.
?Lenguas privilegiadas?
Tras tributar un homenaje a las editoriales que, durante el franquismo y desde Latinoam¨¦rica, suministraron a los espa?oles textos que no habr¨ªan podido conocerse de otra manera en un pa¨ªs invadido por su propio Ej¨¦rcito, pero que no hab¨ªa podido invadir su propia lengua, Savater retom¨® el tema de si hay lenguas privilegiadas para la filosof¨ªa para negarlo. Y si, como explic¨® Sotelo, los espa?oles del XIX ignoraron a Kant no fue porque el espa?ol sea un idioma que se resista a Kant. "Quienes se resistieron a Kant fueron los espa?oles, no su idioma". Para Savater lo importante no es si el futuro hablar¨¢ espa?ol. "No me importa en qu¨¦ idioma se hable. Lo importante es que los espa?oles se tengan algo que decir, que se hablen y que nadie eche rugidos". Este final despert¨® un aplauso del auditorio, cuya intensidad fue mucho m¨¢s all¨¢ de la cortes¨ªa. El profesor Jos¨¦ Luis Pardo coincidi¨® con Savater en ni tan siquiera plantearse la pregunta sobre la pertinencia del espa?ol para el pensamiento. "La potencia filos¨®fica del alem¨¢n del XVIII y XIX no es por las peculiaridades del idioma; es porque hab¨ªa gente importante pensando en alem¨¢n. Los grandes pensadores acostumbran a ser grandes creadores de sus propias lenguas".
El escritor chileno Jorge Edwards coincidi¨® en que la cultura en espa?ol ha rehu¨ªdo los grandes sistemas filos¨®ficos, pero el "pensamiento se ha colado por otras puertas", y cit¨® la gran tradici¨®n de la narrativa ir¨®nica como una fuente de suministro de este pensamiento.
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