Medalla de plata
El Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2001 presentado ayer es como una medalla de plata: su valoraci¨®n absoluta no puede ser negativa, pero dejan un cierto sabor amargo, por la ambici¨®n que posibilitaba la actual situaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica. Se elimina el d¨¦ficit p¨²blico por primera vez desde 1975, pero parece que el Gobierno va con un a?o de retraso. El equilibrio presupuestario se deber¨ªa haber planteado ya para este ejercicio y, para 2001, un super¨¢vit del 1% del PIB. ?sa era la medalla de oro con la que muchos so?¨¢bamos. La posici¨®n c¨ªclica de la econom¨ªa espa?ola as¨ª lo habr¨ªa requerido.Dicha pol¨ªtica habr¨ªa permitido un crecimiento m¨¢s equilibrado y con menos inflaci¨®n y, por tanto, m¨¢s duradero. Seg¨²n nuestras estimaciones, el d¨¦ficit estructural (es decir, aqu¨¦l ajustado de ciclo y que expresa m¨¢s correctamente el esfuerzo fiscal) se sit¨²a actualmente en torno al 1,5% del PIB, cuando lo razonable es que a largo plazo est¨¦ en torno a cero, para que la pol¨ªtica fiscal se pudiera utilizar como herramienta de estabilizaci¨®n macroecon¨®mica, adem¨¢s de permitir el funcionamiento de los estabilizadores autom¨¢ticos y su traslaci¨®n transitoria a las cuentas p¨²blicas.
La situaci¨®n pol¨ªtica tambi¨¦n habr¨ªa permitido un presupuesto m¨¢s riguroso. Es la primera vez en la actual fase expansiva que el Gobierno dispone de una mayor¨ªa absoluta en el Parlamento para aprobarlo. Una oportunidad no disponible desde 1992. Y el consenso con la oposici¨®n deber¨ªa haber sido posible. Al fin y al cabo, han sido los partidos socialdem¨®cratas de los pa¨ªses anglosajones los que han generado super¨¢vit fiscales en las ¨¦pocas de expansi¨®n del Reino Unido, Australia y EE UU. Pocos partidos de izquierda moderada quedan ya en el mundo que consideren que la existencia de un d¨¦ficit estructural sea "progresista". Quitar algo a las generaciones futuras para d¨¢rselo a las presentes no se justifica, m¨¢xime cuando el actual dise?o del Estado del Bienestar perjudica a las generaciones futuras por la propia din¨¢mica demogr¨¢fica. Lo contrario es situarse en el otro lado de las barricadas de Praga 2000, y perder aspiraciones para gobernar.
La medida de "d¨¦ficit estructural" es controvertida, porque hay distintos m¨¦todos de estimar el ajuste del ciclo. Pero hay otras formas de medir el rigor presupuestario. Una de ellas, el d¨¦ficit descontado de los intereses de la deuda, lo que se conoce como "super¨¢vit primario", recoge el esfuerzo presente una vez descontada la carga de los excesos pasados. Dicho super¨¢vit primario no s¨®lo es inferior al de econom¨ªas en una posici¨®n c¨ªclica similar a la espa?ola, como EE UU, Reino Unido e Irlanda, sino que tambi¨¦n queda por debajo del de pa¨ªses con mayores dificultades econ¨®micas como Brasil, Chile o Italia. Incluso un pa¨ªs como Turqu¨ªa, que ha sufrido dos terremotos recientemente, est¨¢ haciendo un esfuerzo fiscal primario superior al nuestro. Mirando a Turqu¨ªa, ?c¨®mo se puede justificar un d¨¦ficit con "atender nuestras importantes carencias"?
Necesariamente hay que referirse al nivel y a la composici¨®n del gasto p¨²blico, el gran debate ausente en nuestra pol¨ªtica econ¨®mica. En particular, en el proyecto parece positivo el incremento en I+D+I, pero insuficiente, porque se situar¨¢ en torno al 1% del PIB, muy lejos del 2% marcado como objetivo a medio plazo y que superan pa¨ªses como Alemania y Francia, por no hablar de EE UU, por encima del 3%. La inversi¨®n en equipo inform¨¢tico y software deber¨ªa ser otra prioridad para favorecer la difusi¨®n en Espa?a de la "nueva econom¨ªa" y posibilitar aumentos de productividad que permitieran simult¨¢neamente crecimientos de empleo y de salarios reales. No olvidemos que, seg¨²n un documento reciente de la Comisi¨®n Europea, la calidad de las infraestructuras en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y comunicaci¨®n en Espa?a est¨¢ a un 45% de la de EE UU, por debajo de pa¨ªses como Irlanda, Italia e incluso Portugal. Por el contrario, la recuperaci¨®n del poder adquisitivo de los pensionistas del punto de inflaci¨®n derivado de la energ¨ªa es desafortunada, por ser un mal ejemplo para el proceso de negociaci¨®n salarial, que va a ser uno de los factores claves para 2001. Ojal¨¢ no haya que esperar hasta las pr¨®ximas olimpiadas para conseguir el ansiado oro.
Miguel Sebasti¨¢n Gasc¨®n es director del Servicio de Estudios del BBVA.
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