Canales o el arte de la clonaci¨®n
Encaje de bolillos
Antonio Canales prescindi¨® esta vez de los personajes imaginarios a que nos tiene acostumbrados ¨²ltimamente (Bernarda Alba, Cenicienta, Prometeo) para ofrecer un espect¨¢culo m¨¢s convencional, estructurado en palos sueltos del flamenco sin l¨ªnea argumental definida. Flamenco/flamenco, que dir¨ªa un aficionado de casta.Fue, en cierto modo, una vuelta a los principios, antes de aquella historia danzada de tema taurino que le produjo grandes triunfos y le consagr¨® como figura de primer rango. Ha retornado, pues, a un concepto anterior de su forma de hacer espect¨¢culo, pero no ha cambiado su estilo personal, que imprime car¨¢cter a todo lo que hace y a cuantos con ¨¦l trabajan.
Bailaor
Baile: Antonio Canales, Juan de Juan, Bobote, El El¨¦ctrico, Jos¨¦ de Utrera. Guitarras; El Viej¨ªn, Ram¨®n Jim¨¦nez, Iv¨¢n Losada, David Cerreduela, Paquito G. Cante: Montse Cort¨¦s, Guadiana, Pepe Luis Carmona, El Londro. Piano: Jos¨¦ Ram¨®n Jim¨¦nez. Viol¨ªn: Bernardo Parrilla. Sevilla. Bienal de Flamenco. Teatro la Maestranza, 30 de septiembre.
Efectivamente, cuantos han pasado por las sucesivas formaciones de Canales han asimilado, no s¨¦ si consciente o inconscientemente, su influencia y la han incorporado a su propia forma de hacer. A veces el mimetismo es absoluto, como ocurre actualmente con Juan de Juan. Es muy joven y lleva ya varios a?os como primer bailar¨ªn de Canales, por lo que su identificaci¨®n con los modos y estilos del maestro es total. Tanto, que m¨¢s correcto ser¨ªa hablar de clonaci¨®n antes que de mimetismo.
Bailaor, en definitiva, es una larga exhibici¨®n de las habilidades danc¨ªsticas de Canales y De Juan, solos, en d¨²o, en r¨¦plicas y contrarr¨¦plicas. De vez en cuando, un par¨¦ntesis para intervenciones m¨¢s corales de cantaores, guitarristas y tambi¨¦n bailaores, pues Bobote y El El¨¦ctrico -habitualmente limitados al papel de palmeros- insistieron reiteradamente en las pata¨ªtas por buler¨ªas a que nos tienen acostumbrados.
De una gran belleza los temas en concierto de Viej¨ªn y Ram¨®n Jim¨¦nez, que son dos excelentes guitarristas, as¨ª como algunas de las intervenciones en solitario del viol¨ªn de Bernardo Parrilla.
Volviendo al baile de Antonio Canales y Juan de Juan, los dos sobrados de facultades y con una capacidad espectacular para hacer con los pies los m¨¢s veloces y complicados encajes de bolillos, el cr¨ªtico no lo tiene f¨¢cil porque se encuentra, como en tantas otras ocasiones, ante el dilema de optar entre su propio criterio o la evidencia de un teatro puesto en pie y aclamando fervorosamente a Canales y su gente.El baile de Canales ya sabemos que se basa fundamentalmente en el juego de pies. Es decir, zapateados a mil por hora, repetitivos, exasperantemente largos y monocordes. El resto del cuerpo no parece tener mucha importancia para ¨¦l; las manos van con frecuencia agarradas a los bordes de la chaqueta, cuando no pega pu?etazos al aire con esa forma tan personal e intransferible que ¨¦l ha hecho casi popular. Si echamos mano de la gen¨¦tica y todo esto lo clonamos tendremos a Juan de Juan, con las mismas maneras, id¨¦nticos tics y los recursos mil veces vistos a su maestro. Quien crea que esto es el baile flamenco de hombre est¨¢ de enhorabuena y tendr¨¢ en estos bailaores dos verdaderos ¨ªdolos. Mi criterio es que ese g¨¦nero de baile revela una serie de carencias dif¨ªcilmente explicables. Porque el baile de hombre no es ese exacerbado af¨¢n por el taconeo, ese frenes¨ª epil¨¦ptico que de pronto acomete a los bailaores. El baile flamenco es algo mucho m¨¢s hermoso.
Y el espect¨¢culo, el eje sustantivo del espect¨¢culo, fue eso. Por supuesto que Canales tiene un dominio de la t¨¦cnica brillante, lo lamentable es que no la utilice con un mayor sentido de lo que el flamenco, el arte flamenco, exige en s¨ª.
Babelia
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