Los musulmanes de Barcelona acatan la indicaci¨®n del consistorio de no convertir la calle en un lugar de culto
La mezquita m¨¢s frecuentada de Barcelona, situada en la calle del Arc del Teatre, volvi¨® ayer a llenarse hasta los topes para la oraci¨®n semanal. Los musulmanes que llegaron pasadas las 14.00 horas no pudieron entrar a rezar.M¨¢s de un centenar permanecieron en la calle de pie y otros muchos se fueron marchando sin protestar. Nadie se arrodill¨® ayer en el asfalto como ven¨ªan haciendo en los ¨²ltimos meses cada vez que la peque?a mezquita estaba repleta, y no se interrumpi¨® la circulaci¨®n. Los responsables de la comunidad isl¨¢mica Camino de la Paz velaron en todo momento para que se cumplieran a rajatabla las indicaciones del Ayuntamiento contrarias a que la v¨ªa p¨²blica se convierta todas las semanas en un lugar de culto.A la vista de la tranquilidad y del civismo reinantes, parec¨ªa excesivo el despliegue de la Guardia Urbana a la entrada del oratorio y en las inmediaciones para asegurarse de que la calle permanec¨ªa abierta.
Los musulmanes que a partir de las 13.00 horas acuden todos los viernes a la mezquita del Raval son en su mayor¨ªa sun¨ªes, es decir, adscritos a la corriente del islam m¨¢s extendida. La mayor¨ªa de los feligreses proceden de Pakist¨¢n, pero tambien los hay sirios y magreb¨ªes. La comunidad paquistan¨ª afincada en Barcelona prefiere la diminuta Casa de Al¨¢ del Raval por razones de proximidad respecto a su lugar de residencia y de trabajo, pero adem¨¢s tienen como raz¨®n que el imam hace el serm¨®n en lengua urdu, una de las m¨¢s utilizadas en Pakist¨¢n. Los rezos acostumbran a ser en ¨¢rabe para todos los musulmanes, pero en el serm¨®n se emplea la lengua mayoritaria de los fieles que asisten.
Ropas de domingo
Como suele ser habitual cada viernes a mediod¨ªa, por las inmediaciones del Arc del Teatre no paraban de desfilar personas de etnias e indumentarias diversas. Ayer muchos de los asiduos no acudieron porque la comunidad isl¨¢mica les disuadi¨® de que lo hicieran. Pero los que pese a todo decidieron comparecer, iban ataviados con ropa de domingo. Sus compa?eros les informaron de la situaci¨®n y les invitaron a participar el pr¨®ximo viernes en la concentraci¨®n que la Federaci¨®n Espa?ola de Entidades Religiosas Isl¨¢micas (FEERI) ha convocado en la plaza de Sant Jaume para protestar por la falta de locales donde poder rezar en Barcelona. El n¨²mero creciente de musulmanes que viven en Barcelona hace insuficientes la docena de oratorios existentes, algunos situados en garajes.
Ayer, los seguidores de Mahoma que llegaron cuando la mezquita estaba llena se tomaron con calma la imposibilidad de orar. Tal como manda la tradici¨®n, iban llegando reci¨¦n duchados, perfumados y con sus mejores ropas. Adem¨¢s de los cinco rezos diarios que marca el Cor¨¢n, los varones tienen la obligaci¨®n de acudir el viernes a la mezquita. Las mujeres est¨¢n exentas de hacerlo y pueden rezar en casa. Por ello, casi todos los asistentes eran hombres. Las ¨²nicas mujeres, que se mantuvieron siempre a cierta distancia de la puerta, pertenec¨ªan a la comunidad isl¨¢mica femenina Insha Allah. Ninguna intent¨® entrar en el oratorio, entre otras cosas porque tienen muy asumido que cuando falta sitio las primeras en quedar fuera acostumbran a ser ellas.
El presidente de Camino de la Paz, Nawaz Keyani, al hablar de los feligreses que acuden a rezar a la mezquita del Raval prefiere definirlos como musulmanes en general. Admite que la gran mayor¨ªa son sun¨ªes, pero coincide con otros compa?eros suyos al afirmar que las diferencias respecto a otras sectas isl¨¢micas, como los shi¨ªes -implantados mayoritariamente en Ir¨¢n-, son m¨ªnimas y se reducen a detalles de culto; por ejemplo, los shi¨ªes se distinguen en el plano pol¨ªtico-religioso por la idea del car¨¢cter semidivino del imam. Tampoco los espa?oles conversos, que abogan por un islam adaptado a la realidad espa?ola y al tiempo presente, son partidarios de comentar las diferencias entre sun¨ªes y shi¨ªes, convencidos de que es m¨¢s determinante la actitud personal de cada musulm¨¢n, o su nivel cultural, que la corriente isl¨¢mica a la que se adscribe.
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