Ute Lemper pierde la voz y se ve obligada a suspender su actuaci¨®n en Madrid
La cantante se retir¨® ya iniciada la representaci¨®n que abr¨ªa anoche el Festival de Oto?o
"C'est la vie, je suis desol¨¦e" ("Es la vida. Estoy desolada"). Eran las ¨²nicas palabras que con voz entrecortada dec¨ªa Ute Lemper cuando se dio cuenta de que no pod¨ªa continuar la representaci¨®n de De Weimar a Par¨ªs que ya hab¨ªa empezado anoche en el escenario del teatro Alb¨¦niz, de Madrid. Con la sala abarrotada y un p¨²blico entregado, era la inauguraci¨®n del Festival de Oto?o y a Ute Lemper se le quebr¨® la voz. Por primera vez en sus cuatro lustros de trayectoria profesional, la cantante tuvo que suspender una funci¨®n. A Ute Lemper s¨®lo se le ha podido ver en Madrid esos 25 gloriosos minutos en los que cant¨® cuatro temas, ya que la funci¨®n de hoy tambi¨¦n se ha suspendido.
Mientras la cantante se refugiaba en su camerino rodeada de su equipo, y se conced¨ªa a s¨ª misma un tiempo por si su m¨ªtica voz volv¨ªa en un momento en el que ella la necesitaba como nunca, los pasillos de camerinos y los hombros del escenario parec¨ªan un velatorio. Todos cruzaban los dedos para que ocurriera un milagro que no se produjo.Ella misma not¨® al poco tiempo que la voz no le iba a volver y su habitual tez p¨¢lida se convirti¨® en cer¨²lea. La doctora Pilar Rodr¨ªguez, una estomat¨®loga que se encontraba en la sala, le hizo un reconocimiento de urgencia y observ¨® que la garganta de la diva estaba inflamada e irritada: "O bien aparece fiebre y es una gripe o es un virus que hay estos d¨ªas por Madrid que ataca a las cuerdas vocales".
Terminaba de cantar un tema de Tom Waits, tras haber interpreteado Salom¨®n, de la ?pera de seis peniques; una canci¨®n de Philippe Glass, y su conocida interpretaci¨®n de Lola, cuando hizo mutis por la derecha. No hab¨ªa concluido la canci¨®n, y aunque el p¨²blico no lo ve¨ªa, ella, caminando hacia bambalinas, hac¨ªa gestos negativos con la cabeza. All¨ª, entre cajas, quiso soltar el micro a la regidora del teatro Alb¨¦niz, para que avisara al p¨²blico de que no pod¨ªa continuar, pero la regidora se qued¨® aterrada y no sab¨ªa qu¨¦ hacer. Fue cuando Ute Lemper se dirigi¨® al p¨²blico, pidi¨¦ndole un descanso porque la voz no le respond¨ªa. Desde el patio de butacas, la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Alicia Moreno, sentada al lado de Alberto Ruiz-Gallard¨®n, presidente de la Comunidad, y no lejos de su antecesor en el cargo, Joaqu¨ªn Leguina, dio un salto y subi¨® al escenario para traducir las palabras de la cantante.
Ute Lemper se retir¨® a las nueve en punto de la noche. Veinticinco minutos m¨¢s tarde casi todos los espectadores -la sala registraba lleno hasta la bandera: casi 1.100 personas- hab¨ªan regresado a sus butacas, con una sola pregunta en la cabeza: ?suspender¨¢ la diva o se ir¨¢? Al final, los m¨¢s pesimistas acertaron: la consejera Moreno y el director del Festival de Oto?o, Ariel Goldenberg, subieron en ese momento al escenario y Goldenberg anunci¨®: "Ute Lemper ha tenido un problema grave con la voz, y ha tenido que suspender el espect¨¢culo. Se les devolver¨¢ el importe de sus entradas". S¨®lo una voz se alz¨® en las primeras filas del patio de butacas. "?Y ma?ana?", pregunt¨® la actriz Natalia Dicenta. El director del festival respondi¨®, citando una situaci¨®n similar en un recital que tuvo que anular el cantaor fallecido Camar¨®n de la Isla: "Ya me gustar¨ªa decir que s¨ª, pero, como se dice, al cielo se lo ped¨ª y el cielo me lo neg¨®". Un aplauso cerrado despidi¨® la triste declaraci¨®n. Mientras, en el patio de butacas se especulaba con el percance: "Ha empezado muy fuerte", comentaba Natalia Dicenta. Las actrices Berta Riaza y Esperanza Roy apoyaban la opini¨®n, y la cantante Massiel apuntaba: "Ha sido en la segunda canci¨®n. Se ha notado mucho. Es que ha empezado muy arriba". Lola Herrera fue la ¨²ltima en abandonar la sala, al tiempo que Moreno bajaba del escenario con l¨¢grimas en los ojos: "Estoy muy decepcionada. Hab¨ªa tenido un d¨ªa muy dif¨ªcil y, la verdad, estaba realmente transportada por el clima que hab¨ªa creado Ute".
Mientras, el p¨²blico se negaba a abandonar los aleda?os de la sala y continuaba su tertulia en el bar, pasillos, recibidores y puertas del teatro, Ute Lemper, abatida y p¨¢lida, sal¨ªa por la puerta de artistas con una peque?a maleta y con la mirada perdida. En su camerino quedaban aromas de tristeza. Los ramos de flores sin colocar en jarrones, y los centros de frutas y un peque?o piscolabis sin empezar.
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