El sucesor de Ruy L¨®pez de Segura
Francisco Vallejo es, por fin, campe¨®n del mundo. Siempre estuvo entre los primeros de su edad, desde que gan¨® la medalla de plata en el Mundial sub 10 de 1991. Ayer, en Oropesa, Castell¨®n, logr¨® el oro en el sub 18 por su capacidad de lucha, su enorme talento innato y la pizca de suerte que antes le falt¨®. Es el mayor ¨¦xito del ajedrez espa?ol desde el siglo XVI, cuando Ruy L¨®pez de Segura, un cortesano de Felipe II, fue considerado como el mejor de la ¨¦poca.El momento m¨¢s dram¨¢tico fue el del domingo, cuando Vallejo dispon¨ªa de poco m¨¢s de dos minutos para hacer 20 jugadas en una posici¨®n muy delicada frente al chino Hu¨¢ Ni, lanzado al ataque. El menorqu¨ªn se vio perdido por un instante: "Me dio una especie de mareo y pens¨¦ que el oro se me iba a escapar de nuevo, tras perseguirlo durante nueve a?os. Pero el oficio pudo con la angustia. ?ltimamente he jugado muchas partidas r¨¢pidas por Internet, que me ayudaron a ganar esa posici¨®n de locos. Recuerdo que me sent¨ª tranquilo al ver que me quedaban 48 segundos para seis jugadas, lo que en realidad es un apuro bestial", relat¨® ayer, tras a?adir a esa victoria un empate r¨¢pido en la ¨²ltima ronda con el iran¨ª Ghaemagami.
Vallejo fue entonces a su habitaci¨®n, a pegar unos cuantos gritos para desahogar su alegr¨ªa: "Por fin he tenido la suerte de los campeones", explic¨® poco despu¨¦s, mientras su tel¨¦fono m¨®vil sonaba sin parar. Desde Es Castell (Menorca), su madre, Feli, empleada en un hospital, se reafirm¨® en que tanto sacrificio hab¨ªa merecido la pena: "A los cinco a?os, Paco se pon¨ªa a ver partidas en un tablero nada m¨¢s levantarse. Toda la familia sabe mover las piezas, pero ¨¦l naci¨® con ese don. Fue duro aceptar la beca que le ofreci¨® el colegio Marcote de Mondariz (Pontevedra) en 1993, porque supon¨ªa separarse de ¨¦l casi todo el a?o. Pero nos acostumbramos, y sab¨ªamos que era lo mejor para su felicidad".
Nacido en una familia con pocos recursos -el padre, ?ngel, es militar con el grado actual de brigada-, los Vallejo necesitaron la ayuda de la Fundaci¨®n Rubi¨® Andr¨®maco para pagar los viajes de su hijo a torneos. Despu¨¦s de que un amigo de la familia, Guillermo Sim¨®, descubriese su talento y de que el ex campe¨®n de Espa?a Miguel Illescas se quedase asombrado por sus facultades durante una exhibici¨®n de simult¨¢neas, su primer entrenador fue Javier Ochoa de Echag¨¹en, hoy presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Ajedrez (Feda): "Fui consciente de que ten¨ªa en mis manos un diamante en bruto. Ahora compruebo que aquella impresi¨®n era correcta, lo que multiplica mi alegr¨ªa".
Luego lleg¨® la oferta de la empresa Marcote, que le prepar¨® un plan especial de estudios: clases por las ma?anas y entrenamientos por las tardes con Zen¨®n Franco. ?ste y su actual entrenador, el cubano Reinaldo Vera, coinciden: "Adem¨¢s de ser un gran luchador, Paco posee aquello que no se puede adquirir, la comprensi¨®n profunda del ajedrez. A¨²n tiene grandes lagunas t¨¦cnicas, pero se pueden corregir con un entrenamiento duro". La Feda acaba de contratar a un psic¨®logo cubano, Jos¨¦ Ram¨®n Huergo, que resumi¨® as¨ª su primera impresi¨®n sobre Vallejo: "Es una gran estrella en potencia, pero deber¨¢ trabajar, tanto en el aspecto t¨¦cnico como en el psicol¨®gico. Su confianza en s¨ª mismo est¨¢ muy por debajo de su fuerza como jugador, y debe administrar mejor el tiempo".
Vallejo cree que su talento, la gran experiencia acumulada a pesar de su juventud -cumpli¨® 18 a?os en agosto- y el duro entrenamiento al que est¨¢ dispuesto a someterse le capacitan para llegar a lo m¨¢s alto. Pero matiza: "No quiero convertirme en un robot que s¨®lo juega al ajedrez. La vida es mucho m¨¢s que eso. Estoy dispuesto a entrenar cinco horas diarias, pero no m¨¢s. Y creo que as¨ª puedo estar entre los mejores del mundo".
Acaba de empezar la carrera de Educaci¨®n F¨ªsica en Barcelona: "Me encanta el deporte, y ese t¨ªtulo universitario siempre ser¨¢ un seguro si la carrera como ajedrecista profesional va mal por alg¨²n motivo". Y espera que su triunfo contribuya a un aumento de la popularidad del ajedrez en Espa?a: "Deber¨ªa ser una asignatura en los colegios".
?Es supersticioso? "En principio, no. Pero una amiga me regal¨® una peque?a meiga que ha estado en mi mesilla durante el torneo. O sea, que haberlas, haylas".
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