Virenque admite finalmente ante el tribunal que consumi¨® sustancias prohibidas
"No ten¨ªa elecci¨®n. Yo era como el borrego, si me sal¨ªa del reba?o estaba acabado". As¨ª cant¨® ayer el corredor Richard Virenque, tras contestar "s¨ª" a la pregunta de si reconoc¨ªa haber tomado sustancias prohibidas. Confes¨® tan s¨®lo un d¨ªa despu¨¦s de negarlo ante el mismo Tribunal Correccional de Lille, que juzga el caso Festina. Virenque, otrora cantado como Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n, vino a justificar que se dopaba porque lo hac¨ªan todos y porque no hacerlo habr¨ªa supuesto despedirse de la gloria y de los 200 o 250 millones de pesetas que ganan los que m¨¢s ¨¦xito alcanzan en el ciclismo.
La ley francesa no castiga a los deportistas por tomar sustancias prohibidas, pero s¨ª a los que les instigan a ello, y Virenque se juega la c¨¢rcel si se demuestra que azuz¨® a hacerlo a sus gregarios del Festina.El ciclista franc¨¦s, que cumplir¨¢ 31 a?os en noviembre, ser¨¢ sancionado, sin embargo, por la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI), organi?smo para el cual una confesi¨®n de dopaje equivale a un positivo en un control. La sanci¨®n que le espera al franc¨¦s va de seis meses a un a?o, comenzando a contar, probablemente desde el 1 de febrero pr¨®ximo. A sus compa?eros del Festina que confesaron en 1998 el recurso a sustancias dopantes se les impuso una sanci¨®n de siete meses. La UCI ya ha requerido a la federaci¨®n suiza (Virenque reside en Ginebra y corre con licencia suiza) para que le instruya el expediente sancionador. Parece, pues, imposible que aunque encuentre un nuevo equipo (si es que no decide retirarse) Virenque pueda correr el pr¨®ximo Tour de Francia, la carrera que le encumbr¨® y que le permiti¨® ganar el coraz¨®n de la Francia profunda por su audacia y sus cinco reinados de la monta?a conseguidos.
Conscientes de la autodestrucci¨®n de sus carreras profesionales con estas confesiones, Virenque y Leblanc (su compa?ero en 1994, que tambi¨¦n confes¨®) tratan de dejar claro que el problema procede de un sistema corrupto, en el que ellos est¨¢n en manos de otros. Incluso de sus abogados; la l¨ªnea de defensa adoptada por Virenque durante m¨¢s de dos a?os hab¨ªa consistido en negarlo todo. Y en funci¨®n de ello, el corredor todav¨ªa mantuvo ese tono el lunes, durante el primer interrogatorio del presidente del tribunal, Daniel Delegove:
Despu¨¦s de que el primer se acumularan los testimonios en su contra y con un presidente del tribunal decidido a obtener la confesi¨®n de los corredores, la defensa de Virenque concluy¨® que iba a ser dif¨ªcil aguantar la presi¨®n de las tres semanas previstas para la vista oral. El abogado de Virenque, Eric Hammerdinger, consider¨® conveniente cambiar de l¨ªnea y solicit¨® permiso al tribunal para que su cliente pudiera declarar de nuevo. Ayer, durante la segunda sesi¨®n, lleg¨® la confesi¨®n:
Presidente.- ?Acepta usted esta realidad, reconoce haber tomado productos para doparse?
Virenque.- (Con voz apenas audible) S¨ª.
Presidente.- ?Por qu¨¦ ha tardado tanto tiempo en reconocerlo?
Virenque.- (...) En 1998, la oveja negra ten¨ªa que continuar con su oficio. Y adem¨¢s era un sistema practicado por todo el mundo.
Presidente.- Con esta confesi¨®n, usted se engrandece y puede volver a mirarse al espejo.
Virenque.- Yo siempre he podido mirarme al espejo, nunca he sido un tramposo.
Antes de abandonar el palacio de Justicia, Virenque y su ex masajista, Willy Voet, se abrazaron en medio de las l¨¢grimas. El abogado del corredor aseguraba en los pasillos que la iniciativa hab¨ªa partido de su cliente, que de este modo se hab¨ªa "liberado" del gran peso que le oprim¨ªa.
El antiguo masajista, cuyas revelaciones sobre el dopaje organizado en el Festina destaparon todo el esc¨¢ndalo, ha permanecido m¨¢s de dos a?os abandonado por todos aquellos con los que hab¨ªa trabajado codo con codo, e incluso se ha visto acusado de ser el ¨²nico culpable y de haberse aprovechado de ello. Acerca de su breve encuentro con el corredor, Willy Voet contaba ayer: "Le he dicho que hab¨ªa hecho bien, pero que a¨²n tiene que hacer m¨¢s, ¨¦l ver¨¢". El masajista espera que Richard Virenque le pida perd¨®n por haberle tratado de "traficante" durante los dos a?os en que el corredor persisti¨® en la tesis de que ¨¦l nada ten¨ªa que ver con los asuntos por los que Voet hab¨ªa sido detenido.
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