El Numancia castiga al Bar?a

Y lleg¨® Rub¨¦n Navarro, recogi¨® un rechace de Arnau, que supl¨ªa ayer a Dutruel, y marc¨®. El Numancia, fiel a su tradici¨®n, le volvi¨® a aguar la fiesta al Bar?a. Lo hizo hace cinco a?os con Cruyff, hace uno con Van Gaal (tres goles en 10 minutos) y ayer en el Camp Nou cuando el reloj estaba a punto de pararse. Los azulgrana se las promet¨ªan muy felices con los resultados del d¨ªa para dar un salto en la tabla y acabaron de nuevo trasquilados.El Bar?a, negado ante el gol, quiso vivir del penalti que marc¨® Rivaldo, desperdici¨® un ramillete de ocasiones y flirte¨® con el empate hasta que Rub¨¦n Navarro, a la tercera, no fall¨®. El Camp Nou, muy decepcionado, cerr¨® la noche con pitidos. Los azulgrana, muy inestables, viajan en una monta?a rusa: empataron ante el Milan y el Leeds, ganaron al Real Madrid y han despilfarrado su cr¨¦dito en cuatro d¨ªas.

Tras la derrota en Son Moix, Serra Ferrer cambi¨® literalmente a medio equipo sin el menor ¨¦xito: al portero Dutruel, que estaba en el disparadero, por Arnau; quit¨® a Sergi y Abelardo en la zaga (Reiziger estaba enfermo) por el quejoso Frank de Boer y Petit y apost¨® por la movilidad de Gerard como media punta. La factura fue alta: Luis Enrique, un futbolista de enganche, qued¨® anulado como volante izquierdo. Fue un equipo in¨¦dito para una noche fr¨ªa y desangelada, lejos de la pasi¨®n al l¨ªmite de hace diez d¨ªas ante el Madrid. El Camp Nou se reencontr¨® as¨ª mismo y no debi¨® gustarle lo que vio.

Espeso de ideas, sin clarividencia, falto de ritmo y de plan de juego, al Bar?a le cost¨® mover el bal¨®n con rapidez y encontrar un resquicio ante tanta presi¨®n y tanta defensa. Anulada la banda izquierda, todo el juego bascul¨® hacia la derecha para que Sim?o centrara en busca de un cabezazo de Rivaldo o Gerard, los dos hombres m¨¢s incisivos de cara al gol. El peligro del Bar?a se distribuy¨® entre los tres. El brasile?o pudo marcar pronto en una carrera a lo Ronaldo, pero fue derribado y el colegiado vio la falta fuera del ¨¢rea. La jugada irrit¨® a la grada: quiz¨¢ porque sabe que el Bar?a est¨¢ peleado con el gol (dos en tres partidos). Todos los cabezazos de Rivaldo o los remates o carreras de Gerard no tuvieron ¨¦xito. El Numancia tampoco asustaba entonces: viv¨ªa de su solvencia defensiva y de los cl¨¢sicos despistes en defensa, como una cesi¨®n de Frank de Boer a Arnau, aunque I?aki envi¨® el bal¨®n fuera. El partido lleg¨® al descanso entre bostezos hasta que el ¨¢rbitro lo despert¨®. S¨®lo hab¨ªan pasado unos segundos cuando Rivaldo centr¨® desde la banda y David Pirri, que hab¨ªa sufrido todo el partido con el marcaje a Sim?o, agarr¨® a Alfonso y lo derrib¨®. El penalti lo transform¨® Rivaldo, no sin suspense, porque el bal¨®n corri¨® ajustado al palo pasando por debajo del cuerpo de N¨²?ez. El gol dio vida al Bar?a, que a partir de entonces, triangul¨® mejor y movi¨® el bal¨®n con cierta rapidez. Hizo, en un momento, lo que no hab¨ªa hecho en largo rato. Xavi envi¨® un bal¨®n al travesa?o, Alfonso tuvo el segundo gol al alcance, otra vez Alfonso y Luis Enrique se estorbaron en un remate franco y a Rivaldo le falt¨® un palmo en una media vuelta para resolver.

Serra Ferrer cambi¨® entonces a Gerard por Iv¨¢n de la Pe?a, que no saltaba al c¨¦sped del Camp Nou desde hac¨ªa un mes, para animar el juego ofensivo. Pero todas sus acciones de fantas¨ªa se perdieron en la nada y el Numancia dio un primer aviso: I?aki corri¨® como una bala por la derecha, centr¨®, Arnau despej¨®, el bal¨®n cay¨® a los pies de Rub¨¦n Navarro que chut¨® tan mal que el bal¨®n sali¨® fuera de banda. Dos minutos despu¨¦s, se plant¨® solo en el ¨¢rea y tuvo el gol al alcance. Vio el Bar?a de cara el peligro del empate pero sigui¨® con miop¨ªa ante la porter¨ªa contraria: N¨²?ez despej¨® un disparo a bocajarro de Iv¨¢n y Xavi, solo, remat¨® fuera.

Y llegaron entonces los minutos de la basura y Herrera, el t¨¦cnico del Numancia, salt¨® de alegr¨ªa cuando el ¨¢rbitro se?al¨® una falta al borde del ¨¢rea por una plancha de Puyol. Pacheta chut¨®, Arnau rechaz¨® (la falta era directa pues el ¨¢rbitro no levant¨® el brazo) y Rub¨¦n Navarro, a la tercera, recogi¨® el rechace, marc¨® y envi¨® al Bar?a a la depresi¨®n.