Sobreinformaci¨®n y mala informaci¨®n
"La cultura de la duda"
La evoluci¨®n del mundo medi¨¢tico preocupa. El peligro que apunta el semi¨®tico y novelista Umberto Eco es que los medios de comunicaci¨®n de masas se hayan convertido de ventana del mundo en espejos en que cada uno refleja otros medios. Para Eco, la multiplicaci¨®n de medios y canales obliga, por una parte, a "transformar en noticias lo que no son noticias, sino hechos marginales sin relevancia". El italiano apunta a que en Europa, incluso m¨¢s que en Am¨¦rica, "la prensa escrita se ha convertido en esclava de la televisi¨®n". Ejemplo: la entrevista, obligada para poner imagen a unas palabras en la televisi¨®n, pero que se convierte en autopublicidad del entrevistado en el papel. M¨¢s a¨²n cuando la prensa escrita busca en las entrevistas, seg¨²n Eco, las mismas respuestas que el entrevistado ha dado a otros peri¨®dicos. Tales consideraciones las hizo el autor de El nombre de la rosa, en el coloquio animado por ¨¦l y organizado por la Universidad de Bolonia y la Academia Universal de las Culturas, sobre Informaci¨®n, conocimiento y verdad, con personalidades internacionales del mundo del periodismo, la literatura, la filosof¨ªa, la pol¨ªtica y las ciencias de la comunicaci¨®n. Naturalmente, la presencia de Internet, el medio que mezcla como ning¨²n otro texto, imagen y sonido, m¨¢s interactividad, fue casi sofocante en los debates, aunque algunos no consideraran que constituya necesariamente un medio rival al impreso, pues ¨¦ste, frente a las noticias a medida en la red, tiene una ventaja: aporta noticias inesperadas e indeseadas. Internet peca de un exceso de informaci¨®n, frente al cual se pueden introducir prioridades y valoraciones. Si Eco se pregunta si "hay alguna diferencia entre un peri¨®dico que diga todo lo que uno no puede leer y un peri¨®dico que no diga nada" entre el New York Times y la antigua Pravda, el premio Nobel de la Paz de 1986, Elie Wiesel, considera que "estar sobreinformado es como estar mal informado".
Otra cara de la globalizaci¨®n medi¨¢tica es que de la mano de los gigantescos grupos de comunicaci¨®n que est¨¢n naciendo se genere una uniformizaci¨®n, un peligro contra el que alerta la periodista italiana Lucia Annuziata, de que desde las c¨²pulas de estos conglomerados se decida "no s¨®lo qu¨¦ se publica, sino c¨®mo". Para Jean Marie Colombani, una manera de resistir el embate de los megagrupos es hacer que los periodistas se organicen para hacer o¨ªr su voz, para que "los peri¨®dicos se vuelvan peri¨®dicos de periodistas", aunque para algunos, en la era e ya no valga esta denominaci¨®n de un oficio, sino la de "productores de contenido".
Para el director de Le Point, Franz-Olivier Gisbert, la cabeza de este media-mundo, parte de la econom¨ªa-mundo, est¨¢ en Estados Unidos. Sin embargo, frente a esta aparente globalizaci¨®n, otros apuntaron que los nuevos medias y la nueva situaci¨®n no s¨®lo producen unas culturas globales, sino que favorecen tambi¨¦n el mantenimiento de culturas particulares. En Oriente Pr¨®ximo, el canal de televisi¨®n por sat¨¦lite que mantiene Hezbol¨¢ es uno de los m¨¢s vistos, mientras que los ataques por Internet se han convertido en parte de la ecuaci¨®n. A la vez, como indica el canadiense Pierre L¨¦vy, las singularidades se universalizan, pues cualquier peri¨®dico on line puede ser le¨ªdo desde cualquier otra parte del mundo, siempre, claro est¨¢, que est¨¦ conectada a la Red, pues el 50% de la poblaci¨®n mundial a¨²n no usa nunca el tel¨¦fono o vive a dos horas de marcha del m¨¢s pr¨®ximo, aunque por televisi¨®n s¨ª est¨¦ conectado a Hollywood.
Ahora bien, todo este contexto es propicio a un fen¨®meno viejo pero que los nuevos sistemas de comunicaci¨®n pueden multiplicar: el peligro de la insinuaci¨®n, o, como prefiere llamarlo el profesor y diputado Furio Colombo, de la proliferaci¨®n de leyendas metropolitanas, informaciones inventadas y falsas, pero a las que se dan cr¨¦dito, como, por ejemplo, la que inici¨® el peri¨®dico sovi¨¦tico Izvestia en 1987 sobre la desaparici¨®n de ni?os en Guatemala para nutrir un tr¨¢fico de ¨®rganos. Esta leyenda urbana ha persistido hasta nuestros d¨ªas, como de otro modo ha podido ocurrir cuando el presidente surafricano apoy¨® unas tesis completamente contrarias a las conclusiones cient¨ªficas sobre el origen y la difusi¨®n del sida. La mejor medicina para prevenirse frente a estas leyendas, o para luchar contra los apectos negativos de informaci¨®n falsa o indeseable en Internet, es la que est¨¢ en la base del mejor periodismo: lo que Enrico Mentana, director de TG5, llam¨® "la cultura de la duda".
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