Los premios m¨¢s prestigiosos de Francia recaen en dos 'forasteros' de la literatura
Schuhl obtuvo el galard¨®n Goncourt, y Kourouma, el Renaudot
Jean-Jacques Schuhl, marsell¨¦s de 50 a?os, y Ahmadou Kourouma, de 73 a?os, nacido en Costa de Marfil, recibieron los premios Goncourt y Renaudot, respectivamente, el mismo d¨ªa, el pasado 30 de octubre, ante la sorpresa general. Son autores serios, y los libros premiados, buenos, pero son desconocidos para el gran p¨²blico y en cierto modo forasteros de la literatura. Ninguno de los dos se prodiga en el mundo de los focos literarios.
Jean-Jacques Schuhl era un enigma. Desde Rose poussi¨¨re (1972) y T¨¦lex 1 (1976) no hab¨ªa sacado una p¨¢gina m¨¢s. "Escribir no es necesariamente publicar", afirma. "Durante todo este tiempo he estado tomando notas".Ahora Schuhl ha ganado el prestigioso Premio Goncourt con la novela titulada Ingrid Caven. Esta hero¨ªna es la mujer del cineasta alem¨¢n Rainer Werner Fassbinder y actriz en muchas de sus obras. Schuhl se refiere a ella como "tallar con una estilogr¨¢fica el cuerpo de una mujer adorada". Pero el libro no es una biograf¨ªa, sino un trabajo de escritura sobre una vida rocambolesca, obsesionada con la nobleza del gusto y guiada por cierta tiran¨ªa anarquista.
Schuhl no ejerce ning¨²n trabajo asalariado, tiene un rostro decr¨¦pito, marcado por largas noches de humo. "Estoy celoso de un trabajo como el realizado por Fassbinder", asegura. En una ¨¦poca, como dice, "kamicaze, desesperada, haciendo huir el aburrimiento, ese monstruo delicado. ?Y putas! ?Putas! ?Bufones! Pero enseguida hac¨ªa falta la belleza".
A la pregunta de un cuestionario tomado a Proust sobre en qu¨¦ planta o animal le gustar¨ªa reencarnarse despu¨¦s de muerto, Schuhl responde con un tono jocoso: "En un collar de diamantes de muchos quilates enroscado al cuello de Liz Taylor".
Cuatro libros en 30 a?os
Ahmadou Kourouma, franc¨®fono, ha publicado cuatro libros en 30 a?os. Posee indudables cualidades literarias, y tambi¨¦n ha sido, como Schuhl, elegido en la segunda ronda. Despu¨¦s de haber recibido el galard¨®n Live Inter en 1999 por el magn¨ªfico t¨ªtulo Mientras espero el voto de las bestias salvajes, recibe ahora el Renaudot por Allah n'est pas oblig¨¦. En ¨¦l narra los horrores de las guerras recientes de Liberia y Sierra Leona a trav¨¦s la voz de un ni?o de 12 a?os llamado Birahima. Kourouma ha evitado los peligros de una excesiva sentimentalidad. Su h¨¦roe no es s¨®lo una v¨ªctima, sino tambi¨¦n alguien "an¨®malo". Dice su personaje: "Dios no est¨¢ obligado a ser justo en todas las cosas aqu¨ª abajo". Con una lengua personal, mezcla de franc¨¦s hexagonal, de pidgin y de franc¨¦s de ?frica, el autor exacerba la violencia de su historia mezclando las tres lenguas, sorprendiendo al lector.Nacido de una casta de cazadores soldados, sucesivamente matem¨¢tico, int¨¦rprete y periodista, Kourouma no se define "afropesimista", y admira de C¨¦line "su desesperaci¨®n y su vacherie universal". Y declara como si fuera el estribillo de una canci¨®n de cuna, que "la pol¨ªtica no tiene ojos, no tiene orejas, ni tiene coraz¨®n; en pol¨ªtica, la verdad y la mentira llevan el mismo manto, lo justo y lo injusto van al mismo paso...". Indirectamente, Kourouma denuncia en su libro el silencio y la pasividad de Occidente frente a la miseria del continente negro. "El ni?o soldado es el personaje m¨¢s celebre de este fin de siglo", dice.
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