Los alumnos de ESO son incapaces de escribir 25 palabras sin cometer faltas
Un estudio entre 1.400 estudiantes revela que dos de cada tres fallos son de acentuaci¨®n
Los alumnos de ESO cometen un promedio de ocho faltas de ortograf¨ªa en una redacci¨®n de extensi¨®n media (195 palabras), seg¨²n un estudio realizado entre 1.400 estudiantes. Los errores en la acentuaci¨®n originan el 67% de las faltas, y la palabra "m¨¢s" es la que crea mayores dificultades. En las redacciones, de tema libre, se detect¨® la palabra "f¨²tbol" escrita sin tilde 163 veces y 876 errores al colocar las comas. La comparaci¨®n de los resultados con los obtenidos en un informe similar de hace 10 a?os demuestra que los alumnos cometen pr¨¢cticamente el mismo n¨²mero de faltas que entonces.
El informe revela que los estudiantes de ESO cometen dos faltas de ortograf¨ªa cada 50 palabras (las mismas que contiene este p¨¢rrafo). Dos de cada tres de estos errores se producen en tildes, el resto se reparte entre letras y signos de puntuaci¨®n. Las alumnas cometen menos faltas que sus compa?eros.?stos son algunos de los resultados de la investigaci¨®n realizada con alumnos de 2? de educaci¨®n secundaria obligatoria (ESO), de 13 a?os, de 58 centros de la Comunidad de Madrid. El autor del estudio, Jes¨²s Mesanza, profesor de Lengua, doctor en Ciencias de la Educaci¨®n e inpector del Ministerio de Educaci¨®n, ha dedicado un a?o a corregir casi un millar y medio de redacciones de 195 palabras, que suman 273.585 vocablos y contienen 11.864 errores.
La media de faltas en cada redacci¨®n es de 8,4. De ellas, 5,7 (el 67%) son en tildes; 1,5 (19%), en letras, y 1,2 (14%), en signos de puntuaci¨®n. Hay 94 alumnos de los 1.400 participantes en el estudio que redactaron ejercicios sin una sola falta. En los centros p¨²blicos se obtuvo un promedio de 8,8 disortograf¨ªas por alumno y redacci¨®n; en los privados, la media fue de 7. Los chicos cometen de media 3,5 faltas m¨¢s por redacci¨®n que sus compa?eras.
El estudio de Mesanza, realizado gracias a una licencia de investigaci¨®n, supone la puesta al d¨ªa de su tesis doctoral, concluida en 1989. En ambos casos trabaj¨® con alumnos de 13 a?os de la Comunidad de Madrid, lo que permite comparar resultados. En resumen, los alumnos de segundo de ESO de 1999 cometieron s¨®lo 0,2 errores m¨¢s por redacci¨®n que los estudiantes de octavo de EGB de 1989.
El investigador afirma que los alumnos de la ESO llevan ya bastantes a?os en la escuela y no deber¨ªan cometer ning¨²n error, pero precisa que "no es cierto que se escriba garrafalmente, se escribe algo peor que hace 30 a?os".
Mesanza recalca que las redacciones en que bas¨® su an¨¢lisis eran todas de tema libre y se hicieron sin l¨ªmite de tiempo. Esto significa que no se impuso ninguna palabra dif¨ªcil a los estudiantes, "del tipo de ornitorrinco, ni se les dictaron frases absurdas como: 'D¨ª a la lavandera que ize la bandera que yo hice', o 'al fin y al cabo, el cabo tuvo que ceder el tubo", seg¨²n ironiza el investigador, quien insiste en que los participantes se expresaron "con las palabras de andar por casa que utilizan normalmente".
Tampoco se exigi¨® un tema determinado. Por eso muchos alumnos hablaron de f¨²tbol. La palabra f¨²tbol, escrita 163 ocasiones sin tilde y en tres con "v", ocupa el octavo puesto entre las cien palabras con m¨¢s disortograf¨ªas corregidas.
Otra curiosidad es que un 11% de los estudiantes cometi¨® faltas en el encabezamiento del ejercicio, que inclu¨ªa su nombre y apellidos, la fecha, as¨ª como el nombre del colegio o instituto. Entre las 100 disortograf¨ªas m¨¢s frecuentes aparecen tres nombres -Jos¨¦, Mar¨ªa y ?scar- y cuatro apellidos -Garc¨ªa, Rodr¨ªguez, Fern¨¢ndez y Gonz¨¢lez- que en conjunto se vieron privados de su acento ortogr¨¢fico en 176 ocasiones.
El autor del estudio asegura que la receta para corregir las faltas de ortograf¨ªa es la unidad de criterio en el claustro: "Si todos los profesores se ponen de acuerdo en exigir un dominio ortogr¨¢fico en todos los ex¨¢menes, en seis meses se nota la mejor¨ªa; de lo contrario, los alumnos se relajan". Mesanza recuerda que exigir buena ortograf¨ªa "no corresponde s¨®lo al departamento de lengua".
La opini¨®n de este experto es que la ense?anza de la ortograf¨ªa no debe empezar por las letras, "eso aburre y desmotiva, porque son pura norma", sino por explicar el porqu¨¦ de los signos de puntuaci¨®n, que pueden cambiar el sentido de una frase, as¨ª como de las tildes, que hacen lo propio con las palabras. Mesanza rechaza la distinci¨®n tradicional entre "faltas gordas y leves"; cuestiona el valor pedag¨®gico del dictado, "que eval¨²a, pero no ense?a", y relativiza la influencia de la lectura en la buena ortograf¨ªa: "Se puede ser un buen lector y tener faltas, depende de la memoria visual".
Respecto a los reiterados errores en los acentos ortogr¨¢ficos, en su mayor parte por omisi¨®n, este profesor de Lengua opina que las reglas de acentuaci¨®n no deber¨ªan ense?arse hasta quinto curso de primaria. En general, su tesis es que los alumnos no aprenden bien la ortograf¨ªa porque se les ense?a demasiado pronto. Pone como ejemplo que "no se puede explicar en p¨¢rvulos que antes de 'b' y 'p' se pone 'm', porque a esa edad los alumnos ni siquiera tienen claro el significado de antes y de despu¨¦s".
Rigor en la correcci¨®n y fomento de la lectura
Los estudiantes no se esfuerzan por corregir sus faltas de ortograf¨ªa mientras no les resten nota en los ex¨¢menes. En esto coinciden varios acad¨¦micos y educadores. Tambi¨¦n est¨¢n de acuerdo en que las faltas son consecuencia de un empobrecimiento cultural generalizado, cuya soluci¨®n pasa por el fomento de la lectura. ?stas son algunas de sus opiniones:
- Gregorio Salvador. Acad¨¦mico y responsable del ¨²ltimo manual de Ortograf¨ªa de la Real Academia Espa?ola. Opina que la educaci¨®n debe ser m¨¢s exigente, y que la buena ortograf¨ªa ha de ser requerida en los ex¨¢menes. El acad¨¦mico cree que la mala ortograf¨ªa es s¨ªntoma de lo poco que se lee. "Antes cada libro lo le¨ªan cinco personas, ahora hay que vender cinco libros para conseguir un lector", ironiza. Para Salvador, lo m¨¢s grave es que se cometan tantas faltas en acentos ortogr¨¢ficos, ya que la acentuaci¨®n depende de "tres reglas b¨¢sicas que se aprenden en un par de horas de estudio".
- Nicasio Salvador. Catedr¨¢tico de Filolog¨ªa Espa?ola. Asegura que en los ¨²ltimos cursos de Filolog¨ªa, carrera en la que "se supone que los alumnos tienen una vocaci¨®n especial", uno de cada cinco estudiantes a¨²n comete faltas de ortograf¨ªa. A?ade que, en general, la forma de acentuar y puntuar "es un verdadero caos". Salvador recuerda que muchos de sus alumnos dar¨¢n clase en la educaci¨®n secundaria dentro de unos a?os. Su receta para los colegios e institutos es fomentar la lectura e inculcar respeto por el idioma desde las primeras etapas educativas, lo que "s¨®lo se conseguir¨¢ cuando todos los profesores exijan con rigor en los ex¨¢menes que no se cometan faltas".
- Cristina del Barrio. Profesora universitaria del ¨¢rea de Psicolog¨ªa Evolutiva y de la Educaci¨®n. Cree que la edad ideal para aprender las reglas de ortograf¨ªa son los nueve a?os, pero opina que las normas deben recordarse cada vez que haga falta, "aunque los alumnos tengan 13 a?os, porque no se pueden perpetuar en secundaria las lagunas de aprendizaje de la primaria". Del Barrio propone lecturas orientadas, montar obras de teatro y ense?ar mediante trabalenguas, competiciones ortogr¨¢ficas, poemas y juegos de palabras.
- Julio Vidanes. Profesor de secundaria de Lengua y Literatura. Echa de menos actividades de ortograf¨ªa en los planes de estudio. Cree que hacen falta m¨¢s bibliotecas y m¨¢s ambiente de lectura en las familias. Vidanes recuerda que hace unas d¨¦cadas, "a los 10 a?os se dominaba la ortograf¨ªa b¨¢sica".
Las 25 faltas 'm¨¢s' frecuentes
J. J. G. Madrid
Los 25 errores m¨¢s frecuentes en letras y tildes representan por s¨ª solos una de cada tres faltas de ortograf¨ªa cometidas por los alumnos de 2? de ESO. La palabra "m¨¢s" es la que provoca un mayor n¨²mero de incorrecciones en estos estudiantes de 13 a?os. En las 1.400 redacciones que analiza el estudio de Jes¨²s Mesanza, "m¨¢s" aparece sin tilde 364 veces. Le sigue de cerca "tambi¨¦n", escrita 326 veces sin tilde y 5 con "n". El tercer puesto en la clasificaci¨®n de errores m¨¢s habituales lo ocupa el mal uso de las letras may¨²sculas, que se repite en 219 ocasiones.
A las tres disortograf¨ªas ya citadas se unen en la reveladora lista los siguientes vocablos: d¨ªa, m¨ª, porque, est¨¢, f¨²tbol, qu¨¦, despu¨¦s, ¨¦l, hab¨ªa, c¨®mo, por qu¨¦, est¨¢n, s¨¦, fue, ten¨ªa, a, as¨ª, s¨ª, ha, ¨ªbamos, all¨ª y t¨².
El documento subraya que todas estas voces son "corrientes, habituales y frecuentes". ?Quiere esto decir que si se pone empe?o en ense?ar estas palabras se solucionar¨ªa de un plumazo buena parte de las dificultades de los estudiantes con la ortograf¨ªa? El autor del informe cree que no. Explica que, por un lado, ser¨ªa una experiencia "demasiado mon¨®tona", y que, por otro, "estas faltas son dif¨ªciles de corregir".
Seg¨²n Mesanza, los profesores suelen explicar a sus alumnos que la palabra "m¨¢s" no lleva tilde cuando es una conjunci¨®n adversativa -equivalente a "pero", "aunque" y "sin embargo"-, y s¨ª la lleva cuando es un adverbio de cantidad, que indica suma o superioridad. Este profesor de Lengua opina que con esa explicaci¨®n "los alumnos no se enteran de nada", y apunta que ser¨ªa mejor decirles que "m¨¢s" siempre lleva tilde. "Seguro que as¨ª no se equivocan nunca porque el uso de 'mas' como conjunci¨®n adversativa ha quedado pr¨¢cticamente en desuso", sentencia.
El investigador destaca un hecho curioso. Al comparar sus dos investigaciones, realizadas en 1989 y 1999, con un estudio similar que se hizo en 1950, descubri¨® que hay 14 palabras que aparecen siempre entre las 25 que m¨¢s faltas originan. Esas palabras son: m¨¢s, tambi¨¦n, d¨ªa, porque, m¨ª, est¨¢, despu¨¦s, a, est¨¢n, as¨ª, all¨ª, hab¨ªa, ha y c¨®mo.
En cuanto a las faltas en signos de puntuaci¨®n, los alumnos cometen 1,2 errores en cada redacci¨®n, fundamentalmente por olvidarse de ponerlos. M¨¢s de la mitad de estas faltas se producen en comas, error corregido por Mesanza en su investigaci¨®n 876 veces. El resto de faltas se reparte entre el punto y coma, el punto y los dos puntos.
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