El arquitecto Patxi Mangado dise?a la mayor sala cultural y art¨ªstica de Navarra
El arquitecto estell¨¦s Patxi Mangado ha dise?ado la sala de arte m¨¢s grande e innovadora de cuantas existen y van a existir en los pr¨®ximos a?os en Navarra. Se trata de un gran espacio subterr¨¢neo de 1.190 metros cuadrados de superficie con una peculiaridad que aumenta a¨²n m¨¢s el inter¨¦s por este futuro foro cultural: la que ser¨¢ sala de exposiciones del Auditorio y Palacio de Congresos de Navarra surge de la decisi¨®n de integrar el baluarte de San Ant¨®n en el complejo arquitect¨®nico que se construye en Pamplona.
Espacio vac¨ªo
La fase de excavaci¨®n del Auditorio ha terminado ya y se han iniciado los trabajos de cimentaci¨®n y construcci¨®n del gran edificio en forma de ele, que se prolongar¨¢n hasta el oto?o de 2001.De esta forma, el gigantesco lienzo amurallado de car¨¢cter defensivo (80 metros de muro de siller¨ªa y alturas m¨¢ximas de seis metros) mandado levantar bajo el reinado de Felipe II y con m¨¢s de cuatro siglos de vida se convertir¨¢ en privilegiado muro de sost¨¦n de la principal sala de exposiciones de la comunidad foral.
La modernidad ir¨¢ la mano con una de las obras de ingenier¨ªa civil mejor conservadas de Espa?a en su g¨¦nero. Su construcci¨®n comenz¨® en 1571. Enterrada durante el ¨²ltimo siglo, su resurrecci¨®n ser¨¢ una realidad en 2001 bajo la batuta de quien los expertos consideran tercer eslab¨®n navarro de la arquitectura contempor¨¢nea espa?ola, tras S¨¢enz de Oiza y Rafael Moneo.
El baluarte de San Ant¨®n surgi¨® al poco de comenzar los trabajos de excavaci¨®n del Auditorio-Palacio de Congresos, que se levantar¨¢ en el centro de la capital navarra. Se sab¨ªa que estaba all¨ª, aunque los t¨¦cnicos desconoc¨ªan que su estado de conservaci¨®n fuese tan bueno. Parte integrante del sistema defensivo de la cercana Ciudadela, el baluarte ha sido a lo largo de este a?o motivo de debates pol¨ªticos y t¨¦cnicos, de informes y an¨¢lisis, incluso de controversias por la eliminaci¨®n de algunos peque?os tramos de uno de sus extremos.
Decidida su integraci¨®n en las obras, Mangado, coautor del proyecto con Alfonso Alzugaray y Juan M. Ochotorena, acaba de presentar el resultado.Mangado ha optado por mantener un gran espacio vac¨ªo que se abre lentamente y en medio del cual surge la sorpresa del "descubrimiento". Los muros y techos de la futura sala, completamente lisos, no ser¨¢n sino un fondo neutro donde destaque la textura rugosa de la piedra.
La luz ser¨¢ pieza clave para definir el conjunto y Mangado ha optado por un sutil haz de luces que nacer¨¢n del suelo, formado por resinas, y ascender¨¢n a los techos, en hormig¨®n visto. No habr¨¢ referencias constructivas especiales que desvirt¨²en la monumentalidad del recinto, dominado por el blanco y el ocre de la muralla desenterrada.
"La diagonalidad del baluarte respecto a la sala", explica el arquitecto, "define dos ¨¢reas coincidentes con el extrad¨®s y el intrad¨®s de la muralla. Ambas zonas quedan comunicadas de manera que por primera vez se pueda contemplar el sistema constructivo que se empleaba para este tipo de sistemas defensivos".
La iluminaci¨®n y la ubicaci¨®n de este espacio le dotar¨¢n de una aureola calificada de "m¨¢gica" por su creador, que permitir¨¢n a la sala "pasar por alto exigencias funcionales que han sido protagonistas de espacios m¨¢s espec¨ªficos". Mangado subraya que la sala podr¨¢ acoger m¨²ltiples eventos culturales o congresos.
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