Un viaje a la otra realidad
Guinder Rodr¨ªguez, un ni?o que pica piedras cada d¨ªa en un suburbio de Lima, habla como un hombre de la responsabilidad hacia su familia; Mehdi Zana, el primer alcalde kurdo de Diyarbarkir, espera, cocinando en su nueva casa de Suecia, poder volver junto a su pueblo y su mujer, encarcelada desde hace seis a?os en Ankara; y el abuelo de Miguel Flores da la cara por su nieto, el recluso mexicano que con toda probabilidad, ser¨¢ ejecutado ma?ana en Tejas.La espalda del mundo (dirigida por Javier Corcuera y escrita por el propio Corcuera, Fernando Le¨®n y El¨ªas Querejeta) narra estas tres historias -a las que llama El ni?o, La palabra y La vida- y, "evitando manipulaciones sentimentales" intenta poner cara a la otra cara del mundo.
Ayer un debate celebrado en la macrolibrer¨ªa Fnac de Madrid reuni¨® a los creadores de esta pel¨ªcula y a periodistas como I?aki Gabilondo, Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, Javier Pradera, Francisco Calvo Serraller y Manuel Hidalgo. La reuni¨®n, celebrada en una sala abarrotada de gente, logr¨® ser acalorada, incluso acalorad¨ªsima, y provoc¨® que entre divagaciones est¨¦ticas e ideol¨®gicas se cruzaran desde el p¨²blico comentarios templados con otros m¨¢s crispados que se?alando a todos los presentes acusaba de la inutilidad de la postura est¨¦ril del que s¨®lo mira y habla.
Las calculadamente fr¨ªas im¨¢genes de La espalda del mundo provocaron el debate sobre la identidad del intelectual frente a la identidad del artista, la identidad del creador de imagen frente al creador de ideas. El¨ªas Querejeta, guionista y productor de la pel¨ªcula, subray¨® la intenci¨®n de que la c¨¢mara de Javier Corcuera (un director nacido en Lima en 1967, que debuta con esta pel¨ªcula) fuera un elemento an¨®nimo, "en las ant¨ªpodas de lo que entendemos hoy por reportaje, en el que el periodista ya sea de prensa o de televisi¨®n, est¨¢ empe?ado en forzar nuestras emociones con su pluma". Una c¨¢mara transparente que en esta pel¨ªcula se ha impuesto evitar a toda costa "la pornograf¨ªa, ideol¨®gica o sentimental".
"Mientras estamos aqu¨ª hablando en Estados Unidos est¨¢n votando a un hombre que ha mandado ejecutar a m¨¢s de 100 personas", continu¨® Querejeta al hablar de Miguel Flores y su inminente ejecuci¨®n. Javier Corcuera a?adi¨® que, aunque el caso de Flores por su cercan¨ªa es especialmente escalofriante, a ese mismo corredor de la muerte est¨¢n empujados los ni?os de la pel¨ªcula, "a los que ni siquiera hace falta condenarles".
Y finalmente Fernando Le¨®n dijo que lo importante es que esos ni?os como el abuelo del condenado hab¨ªan accedido a hacer la pel¨ªcula porque en el fondo ten¨ªan cierta esperanza. "No me planteo cambiar el mundo, pero como ocurre siempre la respuesta nos la dan los propios personajes. Cuando hablabas con el abuelo de Miguel Flores, ¨¦l sab¨ªa que la pel¨ªcula nunca salvar¨ªa la vida de su nieto, pero igualmente decidi¨® hablar para nosotros y por los otros condenados que vendr¨ªan detr¨¢s. Como Thomas Miller, el condenado al que entrevistamos, habl¨® con nosotros no porque pensara que con ello salvaba su vida, sino por lo que eso pudiera significar para otros como ¨¦l. Ellos ten¨ªan un optimismo que nosotros no debemos perder. Ellos nos est¨¢n demostrando que nosotros no tenemos el m¨¢s m¨ªnimo derecho a agotar nuestra esperanza. Si ellos la tienen, nosotros ni siquiera podemos plantearnos no tenerla".
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