Todos los caballos blancos...
No todos los d¨ªas se tiene la mala fortuna de asistir a la muerte de un rito folcl¨®rico. Con la desaparici¨®n de la mili obligatoria (entre otras razones, por abuso de los mandos, que imprimieron al oficio de las armas toda suerte de connotaciones esclavistas), desaparece tambi¨¦n uno de los ¨²ltimos residuos de ritos de iniciaci¨®n, cuyo origen y sentido se remonta a la formaci¨®n de las sociedades actuales.Aquellos adolescentes que se enfrentaban al momento de demostrar que eran dignos de la tribu, sab¨ªan que no sin dolor lo lograr¨ªan, sino que habr¨ªan de pasar por muy duras pruebas, corporales y ps¨ªquicas, de las que ha quedado un buen reguero de s¨ªmbolos en los cuentos maravillosos, adem¨¢s de las fiestas transgresoras de los quintos.
Procede este nombre de cuando se sorteaba uno de cada cinco mozos para el reemplazo anual del ej¨¦rcito. Por toda Andaluc¨ªa (y por toda Espa?a) quedan a¨²n muestras suficientemente claras de lo que debieron ser esa especie de org¨ªas previas al duro trance, adaptadas a la circunstancia de irse a la mili. Cada a?o, y en lugares apartados de sierras principalmente, los muchachos que comparten la misma edad se preparan -se preparaban- para despedirse de sus madres y novias, agrup¨¢ndose por varios d¨ªas en una panda de p¨ªcaros y desvergonzados.
Contratan una casa en la afueras donde poder entregarse a toda clase de desmanes (reminiscencia tambi¨¦n de las arcaicas casas para hombres, de las que hablan los libros de antropolog¨ªa); se ponen ropas llamativas y desastradas, y deambulan por las calles, bebiendo, cantando y provocando con su actitud a las mozas; esto singularmente con las letras de las canciones, como las que todav¨ªa se oir¨¢n este a?o, quiz¨¢s por ¨²ltima vez, en los pueblos de la Sierra de Aracena: "Todos los caballos blancos / se los llevan los cornetas, / y yo me quiero llevar / una rubia con dos tetas".
Atenci¨®n al estribillo: "Si te toca te joes, que te tienes que ir, / a luchar con los moros / al frent¨¦ de Madrid". Curiosa protesta por tener que combatir junto a los moros en la guerra civil del 36, sobre todo si se considera que durante el franquismo fue duramente reprimida cualquier manifestaci¨®n de rebeld¨ªa contra los sagrados principios de la dictadura, uno de los cuales fue la contrataci¨®n de mercenarios marroqu¨ªes, en ayuda de sublevaci¨®n militar contra la Rep¨²blica.
Pero es que a los quintos, ya digo, se les permit¨ªa todo en ese tiempo de su ¨²ltima libertad, d¨ªa ¨²ltimo tambi¨¦n de la infancia. En la pr¨®xima entrega, exploraremos otros territorios de este singular festejo, que ya se nos va irremisiblemente.
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