CANTO - THOMAS QUASTHOFF A coraz¨®n abierto
Los "bravos" de salida, cuando un cantante comparece ante el p¨²blico para iniciar un recital, han sido m¨¢s frecuentes en el mundo de la ¨®pera que en el lieder¨ªstico. A Quasthoff, ayer en Madrid, se le recibi¨® con aclamaciones. El ambiente estaba que ard¨ªa. De hecho, conseguir una entrada era poco menos que una utop¨ªa.A Quasthoff, por encima de cualquier otra consideraci¨®n, se le admira. Es, probablemente, el cantante m¨¢s querido: aqu¨ª y en otros lugares. Su extraordinario poder de superaci¨®n frente a las limitaciones f¨ªsicas ha propiciado la identificaci¨®n emocional. Quasthoff es un ejemplo.
El clima especial de afinidad no impidi¨® las avalanchas de toses (?por qu¨¦ se tose de manera tan despiadada en los conciertos? Vaya usted a saber. Yo, desde luego, no lo entiendo), a pesar de las s¨²plicas del cantante, ni el incre¨ªble sonido de un tel¨¦fono m¨®vil en Debussy que parec¨ªa el s¨¦ptimo de caballer¨ªa en plena desbandada. Quasthoff dedic¨® el recital a Felicitas Keller, recientemente fallecida. Un detalle. Para el bajo-bar¨ªtono alem¨¢n los sentimientos siempre est¨¢n en primer plano. Por ello, una actuaci¨®n suya es mucho m¨¢s que un recital de canto a secas. Es un di¨¢logo a coraz¨®n abierto.
Canto / Thomas Quasthoff
Thomas Quasthoff (bajo-bar¨ªtono)Justus Zeyen (piano). J. Brahms: Lieder und Ges?nge, opus 32. F. Liszt: tres sonetos de Petrarca. C. Debussy: tres baladas de Fran?ois Villon. M. Ravel: tres canciones de don Quijote a Dulcinea. VII Ciclo de Lied. Fundaci¨®n Caja Madrid. Teatro de La Zarzuela, 21 de noviembre.
Con su habitual lucidez, Blas Matamoro define, en las notas al programa de mano, el recital de ayer como una colecci¨®n de variantes po¨¦ticas y musicales sobre la soledad. "Tema de los temas" -escribe Matamoro- "ya que se ha dicho m¨¢s de una vez que el canto surge del silencio donde la voz renace, o del lamento de quien se ha quedado solo, o del que busca en la palabra algo extraviado y querido. En todo caso, hay que estar a solas para empezar a cantar, aunque siempre se cante para alguien, para otros". La soledad, el canto. Lo que est¨¢ a flor de piel en un recital como el de ayer es un proceso de comunicaci¨®n. Lo que envuelve todo es la sensaci¨®n de cercan¨ªa, de complicidad espiritual, de estremecimiento afectivo, de amistad.
En esas condiciones, cantar mejor o peor es secundario. Y Quasthoff canta bien. E interpreta mejor. Su Brahms es poderoso, y tiene especiales destellos de ternura a trav¨¦s de la melod¨ªa en canciones como C¨®mo eres, reina m¨ªa; su Liszt es en¨¦rgico y brillante por momentos, estando m¨¢s pendiente de la m¨²sica que de los textos de Petrarca; su viaje franc¨¦s a trav¨¦s de Debussy y Ravel alcanz¨® los instantes m¨¢s vitales en la Balada de las mujeres de Par¨ªs del primero, y en la tercera de las canciones de don Quijote a Dulcinea, ¨²ltima obra del compositor vasco-franc¨¦s. En las propinas insisti¨® en Brahms opus 94, n¨²mero 4 y en Liszt (Es muss ein Wunderbares sein). Y sigui¨® contando historias y confidencias con su arrollador encanto personal.
A Thomas Quasthoff se le adora y el bajo-bar¨ªtono alem¨¢n corresponde a esa entrega. Por todo ello, el canto es ¨²nicamente una excusa. Est¨¢ a un gran nivel, desde luego, pero lo que est¨¢ en juego por encima de todo es otra cosa. El ¨¦xito fue, lo pueden imaginar, apote¨®sico. Las emociones musicales son, a veces, as¨ª de impulsivas, de temperamentales, de intensas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.