Los terroristas que asesinaron a Ernest Lluch hicieron estallar el coche que utilizaron para huir
El cad¨¢ver del ex ministro de Sanidad estuvo dos horas sin ser descubierto en el garaje de su casa
Ernest Lluch, ministro socialista de Sanidad durante la primera legislatura del PSOE, fue asesinado ayer de dos tiros en la cabeza cuando acababa de aparcar su veh¨ªculo en el estacionamiento del edificio en el que resid¨ªa. El atentado se produjo pocos minutos antes de las diez de la noche, a unos 50 metros de un descampado en el que a las 21.55 estall¨® un coche bomba.
El asesinato de Ernest Lluch se produjo cuando acababa de dejar su coche en el aparcamiento comunitario del edificio en el que viv¨ªa, en la avenida de Chile n¨²mero 36, muy cerca del hotel Juan Carlos I y de las instalaciones del FC Barcelona. Lluch recibi¨® dos disparos en la cabeza. Uno de ellos penetr¨® por la barbilla y le atraves¨® el cr¨¢neo, por lo que muri¨® en el acto. El cuerpo qued¨® tendido en el suelo entre dos coches y no fue descubierto hasta las 23.30 horas, cuando un vecino pas¨® justo por ese lugar.Despu¨¦s de su etapa al frente del Ministerio de Sanidad, cuyo principal legado fue la Ley General de Sanidad, en la que se extendi¨® el derecho a la asistencia sanitaria a todos los espa?oles, Ernest Lluch fue nombrado rector de la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, que fue sometida durante su mandato a un intenso proceso descentralizador.
Al dejar este cargo, Lluch regres¨® a Barcelona. Ejerc¨ªa como catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica en la Universidad de Barcelona y era un destacado articulista que colaboraba con distintos medios de comunicaci¨®n y participaba en debates pol¨ªticos. Con frecuencia se refer¨ªa al terrorismo y a la situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco, y hab¨ªa sostenido con insistencia la necesidad de superar la situaci¨®n de frentismo pol¨ªtico en Euskadi. "No cejar¨¦ hasta que el nacionalismo vasco democr¨¢tico entre a formar parte del bloque constitucional", dec¨ªa en uno de sus ¨²ltimos art¨ªculos, publicado en La Vanguardia el pasado 19 de octubre. Lluch colaboraba tambi¨¦n en Cinco D¨ªas y EL PA?S, edici¨®n de Valencia, y la cadena SER.
Recientemente hab¨ªa realizado una investigaci¨®n para rebatir la extendida idea, apoyada por el entorno de ETA, de que el primer atentado de la banda terrorista hab¨ªa sido contra un miembro de la denostada Brigada Pol¨ªtico Social del franquismo llamado Melit¨®n Manzanas. Lluch hab¨ªa realizado una investigaci¨®n, publicada parcialmente, en la que demostraba que "el primer muerto de ETA fue un beb¨¦ en una fecha tan temprana como el 28 de junio de 1960". El beb¨¦ se llamaba Mar¨ªa Bego?a Urroz Ibarrola.
Homenaje a Companys
Una de las ¨²ltimas actividades p¨²blicas de Ernest Lluch relacionadas con el Pa¨ªs Vasco fue su participaci¨®n en el comit¨¦ que organiz¨® en Ir¨²n un homenaje al presidente de la Generalitat republicana Llu¨ªs Companys, fusilado tras un consejo de guerra sumar¨ªsimo en 1940, con motivo del 60? aniversario de su entrega a la polic¨ªa franquista por parte de la Gestapo.La organizaci¨®n de este acto levant¨® pol¨¦mica por la participaci¨®n en el comit¨¦ de dos representantes de Euskal Herritarrok. Lluch participaba en este comit¨¦ a t¨ªtulo personal, lo que da muestra de la estrecha vinculaci¨®n que el pol¨ªtico socialista ten¨ªa con el Pa¨ªs Vasco y sus intelectuales.
Al lugar del atentado se desplazaron anoche las principales autoridades de Catalu?a, encabezadas por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y numerosos dirigentes socialistas. El estupor era el sentimiento dominante. Joan Revent¨®s, ex presidente del Partit dels Socialistes de Catalunya, manifest¨® minutos despu¨¦s de conocer la noticia, visiblemente afectado: "Era como un hermano para m¨ª. Una bell¨ªsima persona. Yo fui a buscarlo a la Universidad de Valencia y le convenc¨ª para que se presentara en las primeras elecciones de la democracia al Congreso como diputado por Barcelona".
La noticia cay¨® ayer sobre Barcelona como un mazazo no s¨®lo por la personalidad de la v¨ªctima, muy conocida en Catalu?a, sino tambi¨¦n por la forma en que se supo. Todas las autoridades gubernativas y el alcalde de la ciudad se encontraban junto al lugar donde se hab¨ªa producido la explosi¨®n del coche bomba. De repente, todos salieron corriendo y se esparci¨® el rumor de que se hab¨ªa producido un atentado muy cerca de all¨ª, en la avenida de Chile, que pod¨ªa haber muerto un pol¨ªtico, y que en esa zona viv¨ªa Ernest Lluch.
El aparcamiento donde fue hallado el cuerpo del dirigente socialista se encontraba apenas a 50 metros del lugar donde explot¨® el coche bomba. Una fuerte conmoci¨®n se apoder¨® inmediatamente de los all¨ª reunidos, periodistas y pol¨ªticos, al confirmarse que, efectivamente, el dirigente socialista hab¨ªa sido asesinado.
El coche utilizado en la fuga que luego fue hecho estallar por los propios terroristas, era un Ford Escort de color blanco que ten¨ªa la matr¨ªcula doblada, es decir, copiada de otro veh¨ªculo de igual marca y color, que poco despu¨¦s fue localizado en Manresa.
El coche estaba aparcado en un descampado, en una zona de nueva urbanizaci¨®n situada cerca del hotel Juan Carlos I, junto a la Diagonal. En un principio se consider¨® la hip¨®tesis de que el coche estuviera preparado para cometer un atentado en otro lugar y otro momento, y que hubiera estallado accidentalmente. Se daba la circunstancia de que a unos 200 metros del lugar de la explosi¨®n tiene su residencia el presidente del Partido Popular en Catalu?a, Alberto Fern¨¢ndez D¨ªaz. Se crey¨® que el coche pudiera estar preparado para atentar contra ¨¦l, que acudi¨® inmediatamente al lugar de la explosi¨®n. Pero el atentado ya se hab¨ªa producido.
El coche qued¨® hecho un amasijo de hierros y el cap¨® fue lanzado por la fuerza de la explosi¨®n a m¨¢s de 50 metros. Por suerte, en ese momento no pasaba por esa v¨ªa ning¨²n coche porque el sem¨¢foro que regula el tr¨¢nsito unos metros antes estaba en rojo. Una chica que transitaba por una calle cercana tuvo que ser atendida en un centro sanitario a causa de un ataque de nervios.
La explosi¨®n fue tan potente que hizo temblar los edificios de un amplio sector, entre ellos el hospital de la Cruz Roja de L'Hospitalet, donde algunos enfermos, alarmados, salieron a los pasillos. La deflagraci¨®n fue seguida de un incendio con llamas de m¨¢s de cuatro metros de altura y una intensa humareda visible desde gran parte de la ciudad.
Al lugar de la explosi¨®n acudieron inmediatamente numerosos efectivos policiales y de la Guardia Urbana, pero no se acercaron al coche que hab¨ªa estallado. Los responsables policiales establecieron un amplio cord¨®n de seguridad ante el temor de que la explosi¨®n fuera una trampa destinada precisamente a los agentes de seguridad. Ante la posibilidad de que hubiera otros coches bomba en las cercan¨ªas, se cort¨® el tr¨¢fico de la carretera de Collblanc, una de las principales arterias de comunicaci¨®n de Barcelona con el Baix Llobregat.
Incertidumbre
Una hora y media despu¨¦s, la zona segu¨ªa acordonada y los vecinos que regresaban a casa no pod¨ªan acceder a ella. Era evidente que algo ocurr¨ªa y que el suceso no parec¨ªa quedar en la explosi¨®n del coche. Las fuerzas de seguridad estaban alerta y la incertidumbre era patente en el ir y venir de las autoridades que hab¨ªan acudido al lugar de la explosi¨®n: el consejero de Interior, Xavier Pom¨¦s; la delegada del Gobierno en Catalu?a, Julia Garc¨ªa-Valdecasas, y el alcalde de Barcelona, Joan Clos.De repente, el jefe superior de polic¨ªa fue llamado aparte. Alguien le comunicaba algo grave porque inmediatamente desapareci¨® del lugar. Al poco le siguieron el resto de autoridades. Cuando se confirm¨® que Ernest Lluch era la v¨ªctima, numerosos compa?eros del partido acudieron al lugar. Muchos no pod¨ªan reprimir las l¨¢grimas y cuando el juez levant¨® el cad¨¢ver, se fueron a la sede del partido. Quer¨ªan pasar juntos esa noche aciaga.
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