La polic¨ªa sospecha que un cad¨¢ver hallado ayer pertenece al ni?o Jonathan
El hallazgo de unos restos ¨®seos humanos -un cr¨¢neo y unas costillas- de peque?o tama?o podr¨ªan esclarecer el caso de Jonathan Vega, el ni?o de dos a?os desaparecido hace seis meses en un centro comercial de San Fernando de Henares (Madrid). La madre, Rosa Barrull, y la abuela, Inmaculada Carbonell, reconocieron ayer en la comisar¨ªa un peto y unas zapatillas del peque?o, halladas en las proximidades del cad¨¢ver. Aunque la polic¨ªa reconoce que hay "indicios m¨¢s que suficientes" para creer que se trata de Jonathan, habr¨¢ de confirmarlo la prueba de ADN
"Era su ropa"
Jonathan ten¨ªa dos a?os cuando desapareci¨®, el 27 de mayo, de un hipermercado de San Fernando de Henares. Una c¨¢mara del video de seguridad del establecimiento le grab¨® saliendo solo por la puerta. Vest¨ªa un peto de color azul y unas zapatillas con la imagen de Piol¨ªn (un conocido pajarito de dibujos animados).Sus familiares no han dejado de buscarle desde entonces. Su madre, Rosa, de 21 a?os, y su abuela, Inmaculada, de 38, llevan todo ese tiempo viajando por Espa?a y pegando carteles con su rostro. La polic¨ªa curs¨® hace unos meses una orden internacional interesando su b¨²squeda y localizaci¨®n a trav¨¦s de Interpol.
En un pinar
A mediod¨ªa de ayer, un camionero encontr¨® los restos ¨®seos de un ni?o en un pinar de San Fernando de Henares, a s¨®lo 1.500 metros de la casucha donde Jonathan viv¨ªa con su madre y sus dos hermanos. El transportista fue a verter la tierra de su veh¨ªculo. Fue entonces cuando vio unos huesos que inicialmente confundi¨® con los de un perro. Al aproximarse, comprob¨® que se trataba de un cr¨¢neo humano y avis¨® a la polic¨ªa a trav¨¦s de su tel¨¦fono m¨®vil.
"Nada m¨¢s ver que era un cr¨¢neo muy peque?o, como de ni?o, me vino a la cabeza el caso de Jonathan, que yo sab¨ªa que hab¨ªa desaparecido muy cerca de aqu¨ª", explic¨® el transportista a los agentes. La juez n¨²mero 2 de instrucci¨®n de Coslada, acompa?ada del m¨¦dico forense y la polic¨ªa, orden¨® el traslado de los restos al Instituto Anat¨®mico Forense.
En la inspecci¨®n ocular practicada por la polic¨ªa en el pinar donde se localiz¨® el cad¨¢ver, se hallaron a unos 20 metros de ¨¦ste las zapatillas y el peto de color azul que llevaba el ni?o el d¨ªa en que desapareci¨®. Posteriormente estas prendas fueron reconocidas por la madre del chiquillo y por la abuela paterna en la comisar¨ªa de Coslada. Al salir, la madre gritaba hist¨¦rica: "Mi Yoni, mi Yoni...esto ha sido culpa m¨ªa... No s¨¦ por qu¨¦ nos ha pasado esto... ?Ay, mi Chuky...!" [como le apodaban familiarmente al chiquillo].
Los familiares del peque?o, que viven en el poblado de La Castellana, de San Fernando de Henares, colocaron fotocopias con la cara del ni?o, de pelo rubio y ojos azules, en tiendas, fachadas de edificios y estaciones de metro. Paralelamente, la polic¨ªa rastre¨® la zona y, con ayuda de los bomberos pein¨® en dos ocasiones, sin resultados, el r¨ªo Jarama, pr¨®ximo al centro comercial donde desapareci¨® Jonathan. Anoche, fuentes policiales no pudieron precisar si el pinar privado donde se encontraron los restos hab¨ªa sido rastreado con anterioridad.
"Es posible, aunque a¨²n es prematuro hacer hip¨®tesis, que el cad¨¢ver estuviera en otro punto y que los restos hallados ayer fueran trasladados a ese lugar por perros o alima?as", manifest¨® un mando policial. El cr¨¢neo y las costillas estaban sin ocultar, a ras de tierra, en una zona de densa vegetaci¨®n y hierba seca de m¨¢s de un metro. Fuentes de la investigaci¨®n han reconocido que "por el momentro es imposible determinar las causas de la muerte y las circunstancias en que ¨¦sta pudo producirse". El cr¨¢neo no presentaba se?ales de violencia ni las ropas estaban rasgadas, por lo que no se aprecian inicialmente se?ales de violencia. Los investigadores de la comisar¨ªa de Coslada y los de la Brigada Judicial de Madrid barajaron desde el primer momento la hip¨®tesis de que Jonathan hubiera desaparecido de forma accidental o que alguien se lo hubiera llevado, aunque no para cobrar un rescate.
La familia del chiquillo, por su parte, descart¨® de plano que ¨¦ste hubiera sido secuestrado por un clan gitano opuesto a la familia Barrull, y m¨¢s en concreto, por la familia de su padre, Marcelino Vega, muerto en accidente de tr¨¢fico el 7 de agosto de 1998, cuando contaba 21 a?os. Tanto la madre como la abuela se inclinaban a pensar que el peque?o pudiera haber sido raptado "por una familia normal, que lo quiere para ellos y que le ha cogido cari?o porque es un cr¨ªo muy guapo".
Hasta ahora, la polic¨ªa carec¨ªa de pistas sobre el paradero de Jonathan. La b¨²squeda se ampli¨® fuera de Espa?a con la colaboraci¨®n desde finales del pasado julio de la Interpol, que difundi¨® la imagen del peque?o a los 170 pa¨ªses asociados, adem¨¢s de insertar su ficha en la p¨¢gina de Internet www.interpol.int.
"Ten¨ªamos la esperanza de que estuviera bien. ?jal¨¢ se lo hubieran llevado, como pens¨¢bamos al principio. Al menos guardar¨ªamos la esperanza de verlo alg¨²n d¨ªa; pero ya no, ya no tenemos ninguna esperanza de nada", dec¨ªa anoche la abuela de Jonathan, Inmaculada Carbonel, tras haber reconocido en la comisar¨ªa de Coslada las ropas que llevaba el peque?o el d¨ªa de su desaparici¨®n, el pasado mes de mayo.
La familia conoci¨® el hallazgo del cad¨¢ver por la televisi¨®n
Vecinos de la familia consideraban: "Es dif¨ªcil que el ni?o haya llegado solo al lugar donde lo han encontrado, porque no es nuestro camino habitual, pero no sabemos...". El pinar, situado en una hondonada, apenas a 300 metros de por donde discurren las obras de la futura M-45, dista unos 900 del poblado donde vive la familia Barrull y aproximamente 1.500 metros del centro comercial donde desapareci¨® el chiquillo cuando estaba con su t¨ªa y dos primitos.El 28 de mayo, un d¨ªa despu¨¦s de que desapareciera Jonathan Vega, la polic¨ªa de San Fernando y Coslada ya rastreaba los alrededores del centro comercial por orden del juez. La b¨²squeda se centr¨® sobre todo en las orillas del Jarama, situado a 200 metros del hipermercado. En vano.
La familia, que malvive de la venta de chatarra, sospech¨®, en un principio, de un secuestro. "Lo han visto tan solo y tan guapo en el Pryca que se lo han llevado"aseguraba su madre, de 21 a?os. La madre esperaba cobrar 25 millones de indemnizaci¨®n por la muerte de su marido, el padre de Yony, en un accidente de tr¨¢fico ocurrido el 7 de agosto de 1998.
Tras cinco d¨ªas de rastreo, los bomberos y los miembros de Protecci¨®n Civil levantaron la b¨²squeda. La polic¨ªa segu¨ªa en contacto con la familia, que se sent¨ªa cada vez m¨¢s sola : "Cada vez somos menos busc¨¢ndole", se quejaba la madre. Algunos parientes recorr¨ªan entonces localidades cercanas en furgonetas (Daganzo, Guadalajara, Aljavir, Torrej¨®n...), buscando al cr¨ªo y pegando carteles con su foto en las paredes y comercios. Hab¨ªan pasado ya m¨¢s de 12 d¨ªas, sin noticias de Yony.
El 8 de agosto lleg¨® la prometida indemnizaci¨®n por la muerte en accidente de Marcelino Vega. No eran 25 millones, sino 15. La madre prometi¨® dar ocho millones al que ofreciera una pista fiable. Con el resto del dinero decidi¨® comprar una furgoneta, llenarla de carteles, y lanzarse por toda Espa?a a localizar al ni?o en un intento desesperado. "Tengo 21 a?os y estar¨¦ buscando a mi hijo aunque tenga que caminar todas las carreteras usando una garrota", prometi¨®.
El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansu¨¢tegui, se reuni¨® con los patriarcas gitanos para pedirles informaci¨®n. No logr¨® ni una s¨®la pista, aunque los jefes de las familias le juraron que el ni?o no estaba en manos de ning¨²n clan.
El defensor del Menor, Javier Urra, declar¨® anoche que buena parte de la sociedad nunca se crey¨® del todo la desaparici¨®n de Jonathan, sino que sospech¨® que pudiera haber algo oscuro tras el caso. "Si se confirmase que el cad¨¢ver hallado es el de Jonathan", agreg¨® el defensor del Menor, "esta tragedia debe hacer reflexionar a esta parte de la sociedad sobre sus actitudes sobre el colectivo gitano".
Noche de llanto en la chabola
Los familiares de Jonathan dan por perdido al ni?o. Ayer se agruparon en una chabola del poblado de La Castellana (San Fernando de Henares) en torno a una hoguera unidos por la desilusi¨®n de no recuperar al chiquillo. A medianoche y a cielo abierto en el exterior de la chabola, una veintena de hombres de etnia gitana, entre ellos los hermanos de Rosa, la madre del ni?o, se calentaban en una fogata. El silencio mandaba y las miradas se clavaban en los rizos del fuego.El reflejo de las llamas iluminaba a fogonazos las caras. No hab¨ªa l¨¢grimas. Muchos fumaban. Al patriarca apenas se le pod¨ªa ver el rostro, semioculto tras la visera de su sombrero. Sujetaba con fuerza la empu?adura de su bast¨®n. Con rabia contenida.
Las mujeres del clan, en el interior de la casucha, apenas pod¨ªan reprimir el llanto. Acomodadas en los sillones de la habitaci¨®n de escaso y destartalado mobiliario. La chimenea estaba semi apagada y ol¨ªa a humo. Junto al rescoldo, Inmaculada Carbonell, de 38 a?os, la abuela del ni?o. Encorvada, jugaba con Adolfo, de cuatro a?os, el hermano mayor del desaparecido. Le enga?aba con una cadena dorada. Rosa, la madre, estaba tan sedada que parec¨ªa inconsciente. Como ajena a todo, dormitaba sobre el hombro de una familiar.
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