El amigo de los nacionalistas
La heterodoxia de Lluch le llev¨® a asociarse a Elkarri el pasado mes de octubre
El nacionalismo vasco acus¨® de un modo particular el asesinato de Ernest Lluch, ya que ha tenido en ¨¦l una de las escasas voces respetuosas hacia sus planteamientos que ha logrado conservar en este a?o de aislamiento pol¨ªtico. Lluch formaba parte de un peque?o grupo de personalidades, entre los que se cuentan la ex secretaria de Estado Margarita Robles, o el popular Miguel Herrero de Mi?¨®n, que han sido para el nacionalismo poros por los que respirar hacia el exterior y apoyo en sus horas m¨¢s bajas. Por ello, ten¨ªa un lugar los martes en una tertulia de la radio p¨²blica vasca, que le reivindic¨® ayer como uno de sus colaboradores "m¨¢s queridos".Tambi¨¦n por ello, el PNV y EA vieron en su asesinato la misma malevolencia, a?adida al puro crimen, que vislumbraron ya en el que acab¨® en julio con el tambi¨¦n socialista Juan Mar¨ªa J¨¢uregui. "Le han matado por pensar lo mismo que yo pienso", dijo Lluch entonces. Su heterodoxia, que le llev¨® el mes pasado a hacerse socio del movimiento Elkarri, con cuyo responsable, Jonan Fern¨¢ndez, manten¨ªa una fluida comunicaci¨®n. Promov¨ªa el di¨¢logo entre nacionalistas y no nacionalistas, la b¨²squeda de soluciones al conflicto vasco basadas en la exploraci¨®n hasta el final de las posibilidades de la disposici¨®n adicional primera de la Constituci¨®n y combat¨ªa la transferencia al nacionalismo del estigma de los atentados de ETA.
Los nacionalistas sienten que la banda terrorista, mucho m¨¢s selectiva en sus atentados contra el PSOE que contra el PP, persigue cortarles toda retirada e impedir al precio que sea el acercamiento entre los antiguos socios de gobierno.
Durante sus estancias en su apartamento de San Sebasti¨¢n, frente al Kursaal, pod¨ªa entrevistarse igual con el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, que con personalidades relevantes de la Iglesia, la universidad, la cultura, la pol¨ªtica y la empresa o las finanzas, que se ve¨ªan con ¨¦l, ya sea regular u ocasionalmente, para ofrecerle o recabarle su visi¨®n del conflicto vasco. Con el presidente de Adegi, Jos¨¦ Mar¨ªa Korta, estuvo s¨®lo 15 d¨ªas antes de caer ¨¦ste tambi¨¦n asesinado. Durante la tregua se entrevist¨® con Arnaldo Otegi.
Al menos durante la ¨¦poca en que Joaqu¨ªn Almunia era secretario general del PSOE, Lluch transmiti¨® a la ejecutiva socialista las impresiones que extra¨ªa de contactos tan diversos. En agosto, Lluch sinti¨® miedo y hasta censur¨® el descenso de la eficacia policial en Euskadi. Parad¨®jicamente, ha sido en Barcelona donde ETA le ha matado.
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