"Los paisajes naturales que quedan en la ciudad cobran gran valor"
La obsesi¨®n por el paisaje no es exclusiva de los pintores impresionistas y los romanticones con tiempo libre abundante. El paisaje tiene una asignatura propia (optativa) y es materia de desvelos y madrugones para los estudiantes de la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenieros de Caminos de Madrid. En su clase, el profesor Ignacio Espa?ol (Almer¨ªa, 1959) desentra?a los enigmas del terreno, del horizonte. De ni?o, a Ignacio le fascinaba la geograf¨ªa, pero se apunt¨® a la ingenier¨ªa "sin mucho convencimiento". Entonces, la especialidad del paisaje le salv¨® del tedio, sobre todo a partir del cuarto curso, en el que la abstracci¨®n deja paso a asignaturas "m¨¢s reales" como la hidrolog¨ªa o la geolog¨ªa. Y es que el paisaje, adem¨¢s de deleitar, marca destinos: los de un vertedero, una depuradora, una carretera o una v¨ªa del tren.Pregunta. ?Qu¨¦ es el paisaje?
Respuesta. Es un concepto que acu?an los rom¨¢nticos en Europa, que se inventan una percepci¨®n especial del medio ambiente cuando la sociedad se vuelve m¨¢s urbana. En Espa?a se utilizaba la expresi¨®n "lo lejos" hasta que adoptamos la palabra francesa paisaje.
P. ?Qu¨¦ le sugiere el de Madrid?
R. Me parece que tiene mucha presi¨®n y es muy fr¨¢gil, ya que un peque?o cambio var¨ªa toda la percepci¨®n del entorno, y eso nos preocupa a los ingenieros de caminos. Las continuas transformaciones en una ciudad tan din¨¢mica provocan que los pocos paisajes naturales que nos quedan de repente cobren gran valor, porque est¨¢n ah¨ª, record¨¢ndonos nuestra historia natural.
P. ?Por eso interesan tanto los estudios sobre impacto ambiental?
R. Claro, porque comentan los resultados que tendr¨¢ la obra que se propone, aunque ser¨ªa m¨¢s positivo observar primero el camino sobre el terreno y despu¨¦s ver qu¨¦ carretera construyo, como se hac¨ªa antes, y no hacer la carretera sin ver siquiera el camino.
P. ?Y el paisaje del siglo XXI ser¨¢ equilibrado o descompensado?
R. Est¨¢ aumentando el inter¨¦s por el paisaje. El turismo lo maneja como un valor m¨¢s de la visita del turista, pero se debe a que esta ciudad est¨¢ avanzando hacia la neutralizaci¨®n del sitio. Somos personas sin pasado, sin lugar, as¨ª que en el siglo XXI el poco paisaje natural que nos quede va a cobrar much¨ªsimo m¨¢s valor. Adem¨¢s, no existe una idea clara del paisaje que queremos porque nos gusta llegar al centro y aparcar el coche, pero tambi¨¦n ver las calles sin veh¨ªculos. Eso nos trae locos a los ingenieros. Si se sigue construyendo y transformando sin criterio, no s¨¦ c¨®mo acabaremos.
P. ?Por qu¨¦, sin embargo, no molesta tanto ver una v¨ªa del tren en medio del campo?
R. Porque la percepci¨®n de los ferrocarriles va asociada con la nostalgia y el AVE tiene connotaciones de futuro.
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