Aparicio afirma que el Gobierno puede imponer una reforma laboral

Los l¨ªderes de CC OO, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo, y de UGT, C¨¢ndido M¨¦ndez, manifestaron ayer su deseo de que el Gobierno no imponga una reforma laboral si sindicatos y patronal no logran pactarla. Tras tres horas de reuni¨®n con Fidalgo y M¨¦ndez, el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, anim¨® a los agentes sociales a que fijen calendarios para alcanzar un acuerdo, pero record¨® su poder de actuaci¨®n: "Espero que nadie le pida al Gobierno que no aproveche sus oportunidades".

Los sindicatos salieron ayer del ministerio con una impresi¨®n "tranquilizadora". Pero la distensi¨®n que caracteriz¨® las declaraciones p¨²blicas de Fidalgo, M¨¦ndez y Aparicio no logr¨® ocultar las posiciones iniciales de cada parte. Los sindicatos volvieron a pedir que el Ejecutivo no utilice el arma de la Ley de Acompa?amiento de Presupuestos para introducir medidas laborales. "El ministro debe mantener el convencimiento de que la mejor legislaci¨®n laboral es la previamente pactada", se?al¨® M¨¦ndez. Para Fidalgo, el Gobierno "har¨ªa mal en desconfiar de las posibilidades del di¨¢logo y legislar unilateralmente". Sin embargo, los periodos se acortan. Patronal y sindicatos tienen fijada una reuni¨®n clave para el lunes.El principal obst¨¢culo son los calendarios. Las centrales consideran el horizonte abierto hasta mayo, fecha en la que expiran los anteriores acuerdos referentes al mercado laboral, de 1997. Patronal y Gobierno tienen m¨¢s prisa: se aferran a este a?o o al inicio del que viene para pactar nuevas medidas laborales. Aparicio dijo a los sindicatos que "nadie puede pedir al Gobierno que no act¨²e".

Sobre estas negociaciones habl¨® ayer el editor senior de The Economist, Hugh Jones, responsable del an¨¢lisis en un n¨²mero sobre Espa?a. Jones pidi¨® al Gobierno que "deje el asunto en manos de los afectados" y que no es verdad que el problema sea s¨®lo de falta de flexibilidad laboral. El mercado no es, a su juicio, tan inflexible.