Ben Jelloun narra historias de pasi¨®n con N¨¢poles como fondo
'Los n¨¢ufragos del amor' es la ¨²ltima novela del escritor marroqu¨ª
Los n¨¢ufragos del amor (Alfaguara) es, adem¨¢s del t¨ªtulo del nuevo libro de Tahar Ben Jelloun (Fez, 1944), una imagen de dimensi¨®n m¨ªtica. Diversos personajes que en alg¨²n momento sucumbieron al desgarro de la pasi¨®n se encuentran recluidos en un hospicio para pobres en N¨¢poles, al cuidado de una vieja jud¨ªa y musulmana. Es ella quien, a la manera de una Sherazade en harapos, cuenta todas esas historias al protagonista, un escritor que no escribe y que huye de su pa¨ªs y su crisis matrimonial. "Al final", concluye Ben Jelloun, "ese profesor mediocre conseguir¨¢ ponerse a escribir, porque vivir¨¢ con cada personaje una aventura de amor, de racismo, de solidaridad".
Tahar Ben Jelloun descarta cualquier parecido con Larbi Bennya, el protagonista de Los n¨¢ufragos del amor: "Si escribo mis libros en primera persona es porque creo que es la mejor manera de que el lector se identifique con el personaje". El escritor, aunque reside en Francia desde hace 30 a?os, viaja a menudo a su casa de T¨¢nger, porque Marruecos, dice, es su fuente de inspiraci¨®n. Si en esta ocasi¨®n el libro est¨¢ ambientado en Italia, es porque "cuando el diario Il Mattino me ofreci¨® escribir una serie de cuentos sobre N¨¢poles, fui a conocer la ciudad y me fascin¨® su espontaneidad. Casualmente, mientras preparaba un libro sobre la Mafia descubr¨ª un grandioso edificio del siglo XVIII, construido por Carlos III de Borb¨®n actualmente en ruinas, que hab¨ªa sido un albergue para pobres. Lo ¨²nico que se conservaba, el subsuelo, ten¨ªa todo el aspecto de haber sido una especie de corte de los milagros, as¨ª que me pareci¨® el lugar id¨®neo para ambientar una historia".Ben Jelloun previene al lector de que este libro no habla de los pobres, sino del amor: "Los pobres son iguales en todas partes. En Par¨ªs mismo, hoy convertida en una ciudad para ricos, la periferia es cada d¨ªa m¨¢s grande y m¨¢s pobre". De ejemplificar la potencia, a veces tr¨¢gica, de ese sentimiento que deber¨¢ cambiar la vida del profesor dan fe las peripecias del funambulista Federico, minusv¨¢lido y muerto por abandono; la hermosa joven Antonella, despojada de su hijo por su propia madre, o el inmigrante ilegal Momo, balance¨¢ndose perpetuamente en la cuerda floja de la clandestinidad.
La presencia de la vieja guardiana, portadora de todas las voces del albergue, es fundamental, seg¨²n el escritor, "porque representa una met¨¢fora de la ciudad: harapienta, v¨ªctima de la ceguera, pero que todav¨ªa conserva alg¨²n resquicio de una resplandeciente belleza antigua". En opini¨®n de Ben Jelloun, si hubiese que buscar un equivalente para Barcelona, "deber¨ªa tratarse de una mujer joven, muy elegante pero a la vez neur¨®tica", aunque acto seguido a?ade que conoce demasiado poco a la ciudad para embarcarse en un proyecto as¨ª. El autor de obras como La noche del pecado hace especial hincapi¨¦ en el respeto que todo escritor debe tener hacia el lector: "Eso es un verdadero problema, porque yo al lector no lo conozco, pero s¨¦ que debo darle un producto bueno, trabajado y bien acabado". Asegura que la concesi¨®n del Premio Goncourt de 1987 por La noche sagrada no hizo cambiar su literatura, "pues lo que no se puede hacer es escribir en funci¨®n de lo que el p¨²blico espera de ti. Lo ¨²nico que debes hacer es escribir a partir de la sinceridad, el coraz¨®n y la inteligencia".
Partiendo, pues, de esa exigencia, Ben Jelloun prepara su nuevo libro, una dram¨¢tica historia sobre los presos de la c¨¢rcel marroqu¨ª de Tazmamart durante el r¨¦gimen del fallecido Hassan II. "Algunos de ellos llegaron a pasar hasta 18 a?os sin ver la luz y no hab¨ªa m¨¦dicos que se ocuparan de su salud cada vez m¨¢s deteriorada. Muchos murieron de hambre o enfermedades, de locura, desesperaci¨®n y hasta de mala suerte". El libro, que se titular¨¢ precisamente Sufr¨ªan por la luz, ser¨¢ publicado por RBA en abril del a?o pr¨®ximo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.