La espada y el reloj

Los j¨®venes bailarines ?ngel Rojas y Carlos Rodr¨ªguez se iniciaron ya muy pronto en la creaci¨®n coreogr¨¢fica y con su incipiente talento se han convertido en una de las esperanzas blancas de la danza esc¨¦nica espa?ola. Furia representa un cambio de escala para ellos, con un resultado irregular tanto en el terreno art¨ªstico como est¨¦tico.En la obra est¨¢n contenidos, al menos, dos espect¨¢culos, muchas ideas diferentes y apuntes a distintos rumbos. La excesiva duraci¨®n de los n¨²meros en solitario y la injustificada presencia de largos intermedios musicales van desconcertando al espectador. Tambi¨¦n, al parecer, se carece de un gui¨®n interno capaz de enlazar las piezas, y el resultado es una serie de n¨²meros, algunos m¨¢s afortunados que otros, pero con estilos y voluntades tan dispares que no hay un resultado final cohesionado.

La obra comienza a lo grande con una potente escenograf¨ªa de transparencias de aire constructivista que luego no es explotada. Rojas y Rodr¨ªguez usan muchos pasos, sus secuencias de baile tienden a la filigrana, pero esto se opaca tras una ritualizaci¨®n constante, una atm¨®sfera tensa que a veces le viene bien al flamenco, pero a veces no. Con todo, es un placer ver bailar a ?ngel y a Carlos. En sus solos se entregan a fondo y sacan lo mejor de s¨ª mismos. Tambi¨¦n est¨¢ claro que poseen sentido del grupo para organizar las evoluciones de conjunto.