Di¨¢logo de sordos, Parlamento de inanes

Estos d¨ªas, por el asesinato de Ernest Lluch, se habla y escribe profusa y confusamente sobre la necesidad del di¨¢logo: a dos bandas, entre Aznar e Ibarretxe; a tres, entre PP, PSOE y PNV; a n+1 bandas, entre PP, PSOE, IU, PNV, EA, CiU, EH, ETA, etc¨¦tera. En este lamentable guirigay, nadie se acuerda de que todas las bandas representativas de los ciudadanos pueden, deben, dialogar en el Parlamento. ?Para qu¨¦ est¨¢ ¨¦ste si no es para dialogar de los problemas y conflictos colectivos?Los espa?olitos, tan olvidadizos y err¨¢ticos como siempre, se olvidan del Parlamento que hemos elegido y que pagamos, bastante bien, con nuestros impuestos. ?Acaso no se acuerdan de tan venerable instituci¨®n porque se ha convertido en una c¨¢scara que no recubre sino mon¨®logos exang¨¹es?

Algunos de los que participamos en los estudios previos a la Constituci¨®n, hace 25 a?os, propugnamos que el Senado ten¨ªa que ser imprescindible para debatir los conflictos del Estado de las autonom¨ªas. Sin embargo, desde entonces, el Senado duerme el sue?o de los justos. Y el Congreso de los Diputados parece tener nostalgia de lo mismo. En cualquier pa¨ªs maduro, Congreso y Senado est¨¢n hechos para el di¨¢logo pol¨ªtico, y, como dir¨ªa el viejo Clinton, el conflicto vasco es... pol¨ªtica, imb¨¦cil.- Gonzalo S¨¢enz de Buruaga. Madrid.