Galapagar 'blues'
El viernes d¨ªa 1 fui a Galapagar (Madrid) a escuchar blues, a cargo de tres virginianos que no cumpl¨ªan ninguno los 65: los Hammer Brothers.Dos de ellos (piano y guitarra uno, m¨¢s el contrabajo) eran casi gemelos, con su pelo plateado y rizado y su piel chocolate; y el tercero, como se explicaba en el programa, no era ni hab¨ªa sido hermano nunca, y, tambi¨¦n con su pelo blanco, era el bater¨ªa.
Mal promovido lo de Galapagar, en un precioso y nuevo teatro del centro cultural, con capacidad para 200, ¨¦ramos s¨®lo 100. Hora y media estuvieron los Hammer Brothers -dos hermanos s¨ª y uno no- inaccesibles al desaliento, sin descanso, musicando y cantando.
Algunos, y entre ellos yo, reaccionamos un poco fr¨ªos y, adem¨¢s, esper¨¢bamos una versi¨®n de When the saints are marching in, que siempre es un alivio para los que no entendemos. Como no llegaba, esperamos.
Con el paso de los minutos, el ambiente se caldeaba, la entrega de los tres hermanos -dos s¨ª y uno no- era total, y ellos segu¨ªan incansables a pesar de su edad; siempre musicando y cantando simult¨¢neamente.
En un momento inesperado, el bater¨ªa sali¨® del fondo oscuro donde parec¨ªa haber sido condenado y nos dedic¨® un solo, sentido y profundo soul, desde la altura y delgadez de su aparente origen, quiz¨¢ watusi, al tiempo que confirmaba que no era brother en lo familiar, m¨¢s s¨ª en lo espiritual. El final fueron dos repeticiones ansiadas con fuerza.
Todos acabamos contentos y llenos de m¨²sica tras 90 minutos, sin parar ellos ni uno solo. Salimos a la calle de las afueras de Galapagar, frente al tambi¨¦n nov¨ªsimo centro deportivo, y hab¨ªa una noche fresca y agradable y unas estrellas que ya no se ven m¨¢s que en el cine. Nadie se acord¨® de Louis Armstrong y de When the saints are marching in, lo que de nuevo fue tambi¨¦n un consuelo, no por Louis y sus santos, sino porque ya hab¨ªamos o¨ªdo m¨²sica del alma en directo. Al llegar a casa, iniciado ya el d¨ªa 2, y por tanto mi cumplea?os, me marqu¨¦ un blues en el portal y dos vecinas que entraron se dijeron lo cl¨¢sico: "?Huy ¨¦ste, c¨®mo va!"- Luis Cabello.
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