El comercio como generador de crecimiento y riqueza
Vivimos unos momentos hist¨®ricos apasionantes. Nunca hubo, en la historia de la humanidad, un momento en el que hayamos tenido la oportunidad que ahora tenemos para construir una sociedad con mejor calidad de vida y m¨¢s segura para todos. Las nuevas tecnolog¨ªas y la eliminaci¨®n de barreras nos permiten un nivel de acercamiento que jam¨¢s existi¨® y, por tanto, un mayor acceso a la cultura y a los productos de otros pa¨ªses. Nos permiten conocernos mejor y ello es bueno para evitar perjuicios y conflictos y por tanto facilita la paz y el progreso.Este fen¨®meno, que muchos conocen como globalizaci¨®n, representa un desaf¨ªo colosal para el desarrollo armonioso del g¨¦nero humano. Sin embargo, pocos aspectos econ¨®micos y sociales de la actualidad son tan pol¨¦micos como el de la globalizaci¨®n. No es de extra?ar. Acercar m¨¢s y m¨¢s la gente, sus productos y sus mercados es un cambio enorme que afecta a todos. Y una convulsi¨®n de estas dimensiones es inquietante, especialmente si se percibe como imprevisible e incontrolable. ?Est¨¢n justificados los temores que muchos tienen ante este fen¨®meno?
Muchos dicen que la globalizaci¨®n conduce a la desigualdad o que un aumento del comercio internacional resulta autom¨¢ticamente en una distribuci¨®n desigual de recursos. Nosotros, en la OMC, creemos lo contrario. La lecci¨®n m¨¢s importante de los ¨²ltimos cincuenta a?os es la conveniencia de aceptar el mundo que hay m¨¢s all¨¢ de nuestras fronteras en lugar de rechazarlo. La apertura es algo bueno. No hay m¨¢s que comparar la pesadilla proteccionista de los a?os treinta con todo lo logrado desde la Segunda Guerra Mundial. Desde que el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) fue creado en 1948, el comercio mundial se ha multiplicado por quince. El nivel de vida tanto en los pa¨ªses desarrollados como en v¨ªas de desarrollo se ha triplicado, lo que ha sacado a millones de personas de la pobreza.
Es cierto que el comercio en s¨ª no es suficiente para solucionar los problemas. Para paliar la pobreza tambi¨¦n se requiere una gesti¨®n pol¨ªtica adecuada, ayuda para disminuir la deuda, y, por supuesto, inversi¨®n en educaci¨®n e infraestructura. Pero el comercio m¨¢s libre, desde nuestro punto de vista, es un requisito previo necesario para el crecimiento econ¨®mico y para una mayor prosperidad. ?sta es la raz¨®n por la que las sociedades abiertas han obtenido hasta cinco veces mejores resultados econ¨®micos que las cerradas
El desaf¨ªo para todos nosotros es c¨®mo lograr que estas experiencias tan enriquecedoras para el g¨¦nero humano puedan ser realmente compartidas por todos. Una forma de conseguirlo es con instituciones internacionales fuertes y democr¨¢ticas, que permitan que nadie se sienta marginado, donde se respeten los derechos de todos, donde cada cual vea defendidos sus intereses leg¨ªtimos. La Organizaci¨®n Mundial del Comercio hace precisamente eso: establecer una base legal para los crecientes intercambios comerciales, para que haya una relaci¨®n comercial y econ¨®mica fluida y ordenada entre estados en beneficio de todos.
Hace un a?o, en Seattle, la Conferencia de la OMC intent¨® mejorar la normativa comercial internacional con el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones para la liberalizaci¨®n del comercio. No se consigui¨® porque muchos pa¨ªses no estaban preparados para ello y otros temieron ser marginados o pensaron que sus intereses quedar¨ªan comprometidos. Pero la OMC no se ha paralizado porque aprendimos la lecci¨®n: ahora conocemos mejor las necesidades de los pa¨ªses y sus inquietudes.
Durante este a?o hemos logrado restablecer la confianza en la OMC. Hemos iniciado negociaciones en los sectores de agricultura y servicios, hemos establecido un mecanismo para atender las preocupaciones de algunos pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo ante sus dificultades por aplicar los acuerdos de la Ronda Uruguay. Hemos logrado un paquete de medidas para mejorar el acceso a los mercados de los pa¨ªses m¨¢s pobres, y hemos dado la bienvenida a cinco nuevos pa¨ªses en la gran familia de la OMC. Mientras tanto, la negociaci¨®n para el acceso de China contin¨²a.
A veces se ha acusado a la OMC de no tomar en consideraci¨®n las leyes y las inquietudes en la defensa del medio ambiente, de la salud y de la identidad cultural de los pa¨ªses. Eso no es cierto. La OMC no obliga a nadie a renunciar a sus propios niveles de salvaguardia de estos principios. Lo que no puede aceptar es la discriminaci¨®n por razones no justificadas o arbitrarias. El sistema multilateral de comercio debe basarse en la no discriminaci¨®n.
La OMC tiene un importante papel que desempe?ar en el progreso econ¨®mico del mundo. Estoy convencido de que si la OMC no existiera la gente clamar¨ªa por tener un foro donde los gobiernos pudieran negociar reglas, ratificadas por los respectivos parlamentos, que promovieran el comercio libre y un marco transparente y previsible para la actividad empresarial y para un intercambio de bienes mayor y m¨¢s justo entre los seres humanos.
Mike Moore es director general de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio.
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