La primera batalla contra la bacteria
Tres d¨ªas despu¨¦s de que se declarara la 'legionella' en 1983 un equipo de Sanidad se desplaz¨® a Llutxent
Un d¨ªa comenzaron a llegar ambulancias a Llutxent y a llevarse, ululando, vecinos a Valencia. Un pueblo, laborioso, tranquilo, de los que una sola sirena saca, expectantes y compasivas, a las gentes de sus casas se estremeci¨® con aquel inexplicable traj¨ªn en pleno calmoso verano. Un temblor fr¨ªo recorri¨®, a finales de un caluroso julio de 1983, las empinadas y quebradas calles de esta villa del Valle de Albaida, eminentemente agr¨ªcola y ganadera, protegida por el m¨¢gico Mont Sant.Primero, de golpe, fueron doce o quince los ingresados. Despu¨¦s, un goteo de seis, siete u ocho personas, cada jornada, hasta un total de medio centenar en un pueblo de unos 2.500 habitantes, 2.314, seg¨²n el censo de 1981. Un porcentaje alt¨ªsimo, mucho m¨¢s elevado que el de Alcoy. Todos ten¨ªan un familiar o un amigo en los hospitales valencianos.
Por si ello no fuera poco, los pueblos de la comarca les miraban como apestados, les cerraban las puertas de casas y tiendas, ni les vend¨ªan nada ni les daban agua; cruzaban la calle para no cruzarse con los de Llutxent; hasta se apartaban en el and¨¦n de las carreteras, al pasar los coches de los llutxentins. Se vieron solos, marginados como los leprosos medievales; enseguida supieron que s¨®lo saldr¨ªan con sus propias fuerzas.
Los m¨¦dicos estaban tan perplejos -Ning¨² no entenia res del que estava passant, recuerdan- como los pacientes y sus familias. Se topaban con unas fiebres muy altas y unos enfermos que se sent¨ªan mal, muy mal, que se mor¨ªan. Un diagn¨®stico imposible, un origen y causas desconocidas, una enfermedad de dif¨ªcil determinaci¨®n. Pod¨ªa ser el brote de una epidemia contagiosa, como las que recordaban los m¨¢s ancianos. Y, encima, la escasez de medios personales y materiales, end¨¦mica en la sanidad rural. La ¨²nica salida que aconsejaba la prudencia era el ingreso urgente de los afectados en los hospitales La Fe y el General de la ciudad de Valencia.
Pero estos centros sanitarios ni dispon¨ªan de habitaciones, ni estaban preparados, ni esperaban un ingreso tan de golpe y numeroso, ni sab¨ªan d¨®nde poner y c¨®mo tratar aquellos at¨ªpicos pacientes. Intranquilos los acompa?antes, a gritos -?Qu¨¦ s'ens moren al corredor!- consiguieron habitaciones. Los llutxentins residentes en Valencia tambi¨¦n acogieron en sus hogares a sus paisanos desplazados; hasta veinte durmieron, como pudieron, muchos sobre un colch¨®n en el suelo, ?menos mal que era el est¨ªo!, en una de las viviendas.
- Evitar el p¨¢nico con la transparencia. Sin dar ninguna oportunidad al p¨¢nico -ni esperar catorce meses a que escampase-, al tercer d¨ªa, el viernes 29 de julio de 1983 se reuni¨® la Comisi¨®n Municipal de Sanidad con los m¨¦dicos locales, para tratar sobre el "alcance del brote de epidemia registrado en la localidad", seg¨²n el acta, que sigue anotando que "ya comenzaba a producir un sentimiento de alarma entre los vecinos". Casi simult¨¢neamente, a pesar de ser un fin de semana del per¨ªodo vacacional, llega un equipo t¨¦cnico de la Consejer¨ªa de Sanidad, encabezado por el director general de Salud P¨²blica, Ferran Mart¨ªnez Navarro, y en el que destacar¨¢n el ingeniero Enrique Quesada y la m¨¦dica epidemi¨®loga, Carmen Moya, futura directora general y delegada de Gobierno. El objetivo de los funcionarios es, seg¨²n explican al Ayuntamiento de Llutxent, "investigar sobre el terreno" las causas productoras de lo que ya se denomina en ese momento "brote epid¨¦mico de neumon¨ªa". Una investigaci¨®n que, en principio, se concreta en el estudio de todas las infraestructuras de los servicios y las circunstancias personales de los afectados, mediante m¨²ltiples entrevistas directas con sus allegados. Se crea inmediatamente un gabinete de crisis que coordina al equipo de la consejer¨ªa, a los sanitarios locales y al ayuntamiento, presidido por el entonces alcalde del PCPV, Honori Estornell, que supervisa el dispositivo y la operaci¨®n.
- Brote localizado y plan de combate. La actividad no se interrumpe, las oficinas municipales no se cierran "a fin de crear un punto fijo de referencia". Un trabajo tan agotador da sus resultados a primera hora de la madrugada del s¨¢bado 30 de julio. Se dispone de datos sobre h¨¢bitos y circunstancias de los afectados, de sus anal¨ªticas, de indicios que orientan a los especialistas y de muestras que el propio director general de Salud P¨²blica transporta esa noche al Centro Nacional de Microbiolog¨ªa de Majadahonda. El consejero de Sanidad, Miquel Millana, recuerda que "acababa de tomar posesi¨®n de una consejer¨ªa con las competencias reci¨¦n estrenadas y hubo que poner en marcha todos los recursos, no demasiados, que ten¨ªamos y actuar casi en plan militar; aquella fue una noche intens¨ªsima que pas¨¦ colgado al tel¨¦fono y sin dormir", dirigiendo las actuaciones y pidiendo a su antiguo profesor, el entonces ministro de Sanidad Ernest Lluch, que pusiera a disposici¨®n de la Generalitat los servicios del ministerio; "Lluch, concluye Millana, se port¨® como un gran ministro y un verdadero valenciano".
A la una de la madrugada de ese largo s¨¢bado la alcald¨ªa ya redacta un edicto, que ser¨¢ difundido a primera hora de la ma?ana, aconsejando una serie de medidas profil¨¢cticas y preventivas. El alcalde y la secretaria, Loreto Primo, viajan a Valencia a fin de visitar a los hospitalizados y conocer en la consejer¨ªa los primeros y provisionales resultados de los an¨¢lisis de Majadahonda. Estas impresiones son comunicadas a las 12 de la noche al pueblo, reunido en asamblea. Mediante megafon¨ªa, bandos, reuniones, plenos y sesiones abiertas se informa puntualmente a la poblaci¨®n de todas las novedades que se van produciendo, incluidas las llamadas del ministro Lluch o del vicepresidente Guerra, que generan optimismo. A los ciudadanos no se les oculta nada, se les facilitan los datos con total y absoluta transparencia. As¨ª se conjuran miedos y temores.
El domingo d¨ªa 31 de julio de 1983 lo pasan los t¨¦cnicos de la Consejer¨ªa de Sanidad y los responsables municipales investigando en Llutxent aspectos muy concretos de los servicios municipales. El alcalde Estornell, consciente de lo que se le viene encima, ha nombrado un coordinador; se trata del entonces joven cineasta, nacido en Llutxent Antoni Canet, que tambi¨¦n tiene a su padre enfermo, pero que, ante los ruegos del alcalde, no puede negarse; Estornell conoc¨ªa la capacidad de Canet para organizar eventos en su pueblo y, adem¨¢s, le hab¨ªa visto en los rodajes de pel¨ªculas moviendo a 300 extras, a 20 artistas y a 30 t¨¦cnicos, "ideal para movilizar a todo el pueblo", pens¨®. El director de cine no se arrepiente: "S'ho passarem molt malament, amb familiars morint-se, dies i nits sense dormir, uns treballs sobrehumans, per¨° mai m¨¦s tindr¨¦ una experi¨¨ncia d'humanisme, solidaritat i civisme tan forta i bonica com aquella".
Al anochecer del domingo visita Llutxent el consejero de Sanidad, Miquel Millana, y se re¨²ne un pleno municipal urgente y una asamblea popular simult¨¢nea, que tendr¨¢n lugar a la una y media del ya lunes uno de agosto. El propio consejero informa de los resultados y conclusiones de los an¨¢lisis de Majadahonda: se trata de "neumon¨ªa producida por la bacteria legionella neumophila", presente en la red de distribuci¨®n del agua potable, que la "v¨ªa de transmisi¨®n es el agua aspirada por inhalaci¨®n" y de la imposibilidad de contagio de "persona a persona".
Es esta la primera vez, a nivel mundial, que se da un brote de legionella en un espacio amplio y abierto; no hay antecedentes ni referencias de lucha contra la bacteria. Hay que inventar inmediatamente un plan de actuaci¨®n y ¨¦ste se concreta en siete puntos: la toma de muestras de agua de pozos, dep¨®sitos y salidas de la red, cierre de las bombas, cloraci¨®n de las tuber¨ªas de impulsi¨®n, corte del suministro y diversos almacenajes y vaciados de la red, clorar con hipoclorito s¨®dico s¨®lido todo el sistema y mantener todos los grifos cerrados tres horas, evacuar los 560.000 litros del sistema en seis horas y reanudar el servicio.
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