Dos sicarios en el vuelo de Mosc¨² a M¨¢laga
Un p¨¢jaro de cuidado
Fue a mediados del mes de octubre y s¨®lo pasaron una noche en Espa?a. Sergu¨¦i Neverov y Vasili Tumanov llegaron el d¨ªa 14 al aeropuerto de M¨¢laga y alquilaron un Seat Toledo para dirigirse a un lujoso hotel de Marbella. Pagaron 50.000 pesetas por cada habitaci¨®n, dejaron las maletas y se fueron a visitar a un empresario ruso residente en Espa?a desde hace cinco a?os. No discutieron mucho. S¨®lo le trasladaron un mensaje muy escueto: "Tienes un mes para pagarnos 80.000 d¨®lares. Si no lo haces, t¨² y tu hija, que sabemos vive en Alemania, tendr¨¦is problemas". Dicho esto, regresaron a Mosc¨².Tanto se asust¨® el empresario que el 10 de noviembre acudi¨® a la polic¨ªa. Le cont¨® que se le estaba acabando el plazo para satisfacer la extorsi¨®n. La unidad contra la delincuencia y el crimen organizado (Udyco) de M¨¢laga se puso a trabajar en coordinaci¨®n con un servicio de la polic¨ªa rusa -el centro interdepartamental para el blanqueo de capitales- creado hace un a?o y dirigido por el general Mirhaylenko. Fueron dos semanas muy intensas.
La polic¨ªa espa?ola averigu¨® que el empresario ruso hab¨ªa contactado con un amigo suyo de Mosc¨², Raf Yakubov, de d¨ªa hombre de negocios y de noche jefe de una mafia local, para que negociara el importe de la extorsi¨®n. Las noticias que ven¨ªan de Rusia no eran muy buenas. El tal Raf era un p¨¢jaro de cuidado: tras su lujosa mansi¨®n en el centro de Mosc¨² y sus cuatro coches de lujo se ocultaba una condena de cinco a?os por atraco y un sinf¨ªn de asuntos sucios. Mientras la polic¨ªa espa?ola vigilaba todos los vuelos procedentes de Mosc¨² -no fuera a ser que a los dos matones les diera por volver-, los agentes rusos estrecharon el cerco sobre las dos organizaciones criminales: la que dirig¨ªa Raf y la del sicario Neverov. Seguros de que un d¨ªa tendr¨ªan que encontrarse para negociar la extorsi¨®n, decidieron estar a la escucha, muy atentos. Y ese d¨ªa lleg¨®.Lunes 27 de noviembre. Cafeter¨ªa del cine Kodak, pleno centro de Mosc¨². En pantalla, El sexto d¨ªa, de Arnold Schwarzennegger. La reuni¨®n se produce. A Neverov lo acompa?an siete de los suyos, dos de ellos con pistolas. A Raf, que tambi¨¦n va fuertemente armado, lo acompa?an cuatro. Llegan a un acuerdo. Neverov acepta rebajar la extorsi¨®n a la mitad -40.000 d¨®lares- y se dirige a un tel¨¦fono para comunic¨¢rselo inmediatamente al empresario de Marbella. Un polic¨ªa de ¨¦lite escucha la conversaci¨®n.
"Si pagas nos despediremos como dos barcos en el mar, si no...". Apenas dicho esto, Sergu¨¦i Neverov, un sicario de 38 a?os con antecedentes por asesinato y robo, siente una pistola en su nuca.
Los otros 12 tambi¨¦n fueron detenidos y ahora est¨¢n en prisi¨®n. Un teniente coronel ruso que particip¨® en la operaci¨®n explica que se trata de gente muy peligrosa: "Se dedican a todas las ramas del crimen: robos, atracos, asesinatos por encargo...".
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