Ferrero arrasa con todo
El jugador espa?ol soport¨® la presi¨®n, combati¨® a Hewitt con sus mismas armas y gan¨® el punto decisivo
Tres horas y 36 minutos de sufrimiento acabaron por dar la Copa Davis a Espa?a. El de Juan Carlos Ferrero, de 20 a?os, fue un triunfo sentido desde el palco, desde la grada, desde los hogares de millones de telespectadores, pero sobre todo desde el banquillo del equipo, posiblemente el que m¨¢s hab¨ªa sufrido estos ¨²ltimos d¨ªas. Espa?a gan¨® por primera vez la Copa Davis y Ferrero disip¨® cualquier atisbo de duda sobre sus capacidades.El joven jugador espa?ol arras¨® con todo. Gan¨® a Lleyton Hewitt, de 19, en cuatro mangas soportando la presi¨®n propia del hist¨®rico momento y demostrando a todo el mundo que pod¨ªa ganarle con sus mismas armas simplemente porque es un poco mejor. Ferrero no especula con su juego. Se lanza a la pista y lo da todo, igual que su rival de ayer. Por eso el partido que dedicidi¨® la final tuvo atisbos de gran clase. Se enfrentaron dos tenistas entregados, con una capacidad de sufrimiento brutal y poco dispuestos a ceder ni un ¨¢pice del terreno conquistado.
La batalla fue de las que hacen ¨¦poca. Desde los primeros puntos, ambos marcaron claramente su territorio y sentaron las bases en las que se dirimir¨ªa el enfrentamiento. Aquello fue una aut¨¦ntica guerra. Y en los palcos se vivi¨® tambi¨¦n con intensidad. El de los Hewitt parec¨ªa un funeral al principio, cuando Lleyton perdi¨® los dos primeros sets. El de los Ferrero, con la abuela octogenaria de la familia, a la que incluso el Rey lanz¨® un saludo, era una fiesta.
No hab¨ªa para menos. Lo que se estaba viendo en la pista era que Ferrero no s¨®lo era capaz de jugar de t¨² a t¨² a Hewitt, sino que pod¨ªa desbordarle. Y eso no es nada sencillo, trat¨¢ndose de uno de los jugadores con m¨¢s futuro y que ya ocupa la s¨¦ptima posici¨®n mundial.
Estaba claro que, al final, todo quedar¨ªa encuadrado en un marco de perfiles psicol¨®gicos. Pero para poner la foto fueron necesarios muchos escarceos. Ferrero domin¨® la primera manga con claridad, amparado en unos golpes veloces y profundos a los que Hewitt no pod¨ªa hacer frente. El valenciano tuvo dominada tambi¨¦n la segunda, cuando logr¨® un r¨¢pido break en el tercer juego. Sin embargo, acab¨® perdiendo su saque (4-4) y all¨ª se vivi¨® uno de los grandes momentos.
Hewitt estaba tenso y nervioso. Trasluc¨ªa la sensaci¨®n de que el partido se le estaba escapando. No parec¨ªa preparado para una batalla tan lineal, sin t¨¢cticas ni estrategias, sin tapujos, simplemente contraponiendo las calidades. Y tuvo que reponerse. Pero lo hizo. Y ah¨ª demostr¨® por qu¨¦ es un gran campe¨®n. El break volvi¨® a darle vida y en los pr¨®ximos juegos los dos se la dieron y se la quitaron sucesivamente -Ferrero dispuso de un break-point, pero tuvo que salvar dos bolas de set- hasta llegar al desempate.
Cuando gan¨® la segunda manga, todos dieron por enterrado a Hewitt. Todos, menos ¨¦l. Cierto que Ferrero comenz¨® a jugar el peor tenis del partido y, por primera vez, acus¨® la tensi¨®n. Pero el n¨²mero uno australiano desarroll¨® un tenis de alt¨ªsimo voltaje y llev¨® la pugna hasta la cuarta manga. Y en ella los dos dieron lo mejor.
La bola pasaba rozando la red y ca¨ªa limpiando las l¨ªneas. Aquello era una sucesi¨®n de golpes ganadores que parec¨ªa no tener fin. Ferrero dispuso de una pelota de rotura, pero Hewitt la salv¨® subiendo a volear. Cuando el espa?ol logr¨® un break que parec¨ªa definitivo y se dispuso a sacar para el partido (con 5-3), el australiano le arrebat¨® el saque de inmediato. Y as¨ª se lleg¨® al d¨¦cimo juego.
Hewitt deb¨ªa defender su saque para empatar a cinco. Pero entonces la presi¨®n ya era excesiva. El p¨²blico se hab¨ªa convertido en un jugador muy activo. Con 15-40, el australiano salv¨® dos bolas de eliminatoria. Pero ah¨ª Ferrero estuvo m¨¢s fuerte. Una doble falta dio al espa?ol una nueva bola de partido, que perdi¨® con un drive que sali¨® por los pelos. Un resto directo le coloc¨® de nuevo en disposici¨®n de decidir. Y ya no fall¨®.
Fue la confirmaci¨®n de todo: de que es un gran jugador, de que soporta perfectamente la presi¨®n, de que es el m¨¢s fuerte mentalmente y de que el G-4 no se equivoc¨® confiando en ¨¦l tanto el viernes como ayer.
La eliminatoria concluy¨® con el 3-1. Los capitanes acordaron no disputar el ¨²ltimo encuentro. ?les Corretja, que iba a oponerse a Patrick Rafter, se qued¨® in¨¦dito en los individuales, pero recordando su triunfal doble con Joan Balcells.
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